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viernes, 11 de marzo de 2022

Osvaldo Bayer: "Carta a un joven radical” (abril de 1988)

Señor Presidente de la Juventud Radical, Carlos Raimundi:

Hace poco, en un diario, usted escribió: “No compartí -y es público y notorio- la ambigüedad de las instrucciones a los fiscales, el punto final ni la demora en tratar el tema de los detenidos politicos heredados de la dictadura”

Eso lo hizo usted como critica al gobierno de su partido. Se olvida -tal vez se trata de una traicion del inconsciente- nada menos que la ley de Obediencia Debida, una de las grandes monstruosidades juridicas (y no exagero si digo la más grande en la historia de nuestro país) que dejó a alevosos asesinos, torturadores y ladrones de uniforme en libertad. Pero bien, de ello serán responsables ante sus hijos, nietos y las futuras generaciones los diputados y senadores que traicionaron a la Republica y a la democracia levantando la mano para aprobarla demostrando una cobardía moral y una falta de coraje civil que hacen temer tiempos muy tristes para la República. Pero no es precisamente a ese, su “olvido”, en el que queria hacer hincapié, sino en su frase (la repito) “no compartí la demora en tratar el tema de los detenidos politicos”.

Una de las cosas más tristes y desoladoras, señor Raimundi, es un joven demagogo u oportunista. Porque usted asoma como alguien que se queda satisfecho con una mera frase. Y aquí va la pregunta frente a a realidad de los hechos; ¿que hace usted en su partido -y su juventud- por los presos politicos de Alfonsín? (Usted habla de “detenidos” porque claro, la palara presos es menos elegante y recuerda la triste realidad que el gobierno de su partido, señor Raimundi, es el unico constitucional que ha retenido presos politicos de una dictadura en toda la historia argentina). Usted está en desacuerdo, muy bien. ¿Pero cuando se ha movilizado a su Juventud Radical para que llene la Plaza de los Dos Congresos a exigir a sus propios legisladores una ley de revisión de causa a los “detenidos politicos” o simplemente un computo triple que salgan en libertad ya mismo hastan tanto se inicie esa tal revisión de causa? ¿Cuando usted y su juventud radical marcharon a la Plaza de Mayo para exigir del señor Alfonsin -el cual usted nos muestra como un campeón de los derechos humanos- que dé solución ya mismo a la tremenda injusticia que representa retener en la cárcel a jóvenes torturados y humillados más allá de todo límite durante la dictadura de los generales? ¿Cuando usted y su juventud hicieron una sentada o una huelga de hambre ante el Ministerio de Justicia donde está el señor Jorge Sabato de ministro para exigirle que elabore un proyecto que reivindique los derechos humanos para esos muchachos a los que se deja pudrir en la cárcel?

Usted, en el mismo articulo, sostiene que durante el gobierno de su partido no ha habido “ni una sola denuncia por violacion a los derechos humanos”. Y aquí se contradice usted mismo. ¿Le parece que retener presos politicos de una dictadura, condenados por jueces de la dictadura sin pruebas y sólo en base a la “instrucción militar” efectuada en centros de torturas como “La Escuelita” o la cárcel de San Nicolás no es estar flagrante falta con los derechis humanos?

Admita, señor Raimundi, que usted y su Juventud Radical se mueven actualmente sólo por candidaturas presidenciales o de las otras. Eso es muy triste: juventud y radical (radical, esa bella palabra que significa en realidad “de raíz”; al parecer sólo les interesa quedarse en las ramas y comer los frutos) cuyo único tema que los convoca sea la lucha por ver quién se halla más cerca del “reparto” y la “manija”.

En el mismo articulo usted me aconseja “ser prudente”, en politica. El mundo patas arriba. El joven “radical” que aconseja a un abuelo ser “prudente”. Antes eran los viejos que señalaban prudencia a los jóvenes. En los derechos humanos no puede haber ni “real politik” ni esa “prudencia” que usted me aconseja. O se respetan o se transgreden. No puede haber terminos medios. En una republica que se precie de libre y democrática no puede haber inocentes presos y genocidas libres. Todo ese palabrerío oportunista de “el camino es sinuoso y los pasos deban ser prudentes” no llega a cubrir su desnudez ante la brutal realidad de la existencia de presos politicos. Ni palabras chorreantes de demagogia y retórica vacía cuando afirma “esa es la mejor ética que podemos exhibir (los radicales): haber asegurado con la estabilidad democrática el respeto por los derechos humanos de los argentinos por muchos decenios”.

Pero, olvidemos agravios: lo invito a luchar juntos por la libertad de los presos politicos. Limpie su mente de “internas” y de “manijas”, reuna a los jóvenes de buena voluntad y no nos demos tregua contra la burocracia y la corrupción moral. Luchemos por quienes sufren por el oportunismo de un gobierno que transa con los fuertes y olvida a los débiles.

Saque su juventud a la calle por los que sufren y la dignificará. Porque si no, para la historia, quedará como lema de ustedes aquello que sus correligionarios de Franja Morada cantaban en penosa autocritica: “No somos derecha, no somos de izquierda, somos una mierda”.








Fuente: “Carta a un joven radical” de Osvaldo Bayer, Carta abierta al Presidente de la Juventud Radical, Sr. Carlos Raimundi en Madres N° 40, abril de 1988.

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viernes, 21 de junio de 2019

Gral. Juan Domingo Perón: "Carta al Sr. Alberto Asseff Secretario General de la Juventud de la UCR del Pueblo" (25 de junio de 1967)

Madrid, 25 de junio de 1967

Señor Don Alberto E. Asseff (h)

BUENOS AIRES

Mi querido compatriota:

Me ha dado Usted una gran satisfacción con su carta del 12 del corriente, de contenido tan sensato como amable, que tengo el placer de contestar.

Siempre he tratado en mi vida pública de apartarme de todo sectarismo, no sólo por naturaleza y por costumbre, sino también porque en política todo sectarismo es negativo. Pertenezco a un sector de nuestra comunidad que nunca ha querido ser un partido político sino un gran movimiento nacional. Como tal ha sido formado por hombres de todos los estamentos nacionales y de todas las proveniencias. Su ideología y su doctrina son puramente nacionales y, aunque entre nosotros pueda haber algunos sectarios, como generalmente ocurre en todos los movimientos ideológicos y doctrinarios, ello no quiere decir que el Movimiento lo sea.

Cuando formamos nuestro Movimiento, yo personalmente o por intermedio de otros compañeros, hicimos un llamado a los hombres de todos los partidos políticos que entonces componían el panorama nacional y muchos se incorporaron al Movimiento. El Partido Radical, concurrió en masa con algunos de sus sectores más progresistas, lo que se justificaba ampliamente porque esos sectores estaban en un revisionismo que coincidía con nuestros pensamientos y programas. En cambio, otros se negaron a hacerlo, tal vez por una cuestión partidaria y, no por sentimientos, ni porque no coincidieran con nuestros designios. De la misma manera acogimos a los sectores socialistas, conservadores, etc. que se incorporaron al Movimiento Peronista en las mismas condiciones que los demás.

Tanto consideramos a los radicales de entonces, que el Vice Presidente de nuestro primer Gobierno fue el Doctor Quijano de esa proveniencia. No era este un favor a nadie, sino que se trataba de personas que provenían de una agrupación política que pensaba y sentía como todos nosotros. Otro tanto pasó con los socialistas y aún los conservadores que, en amplios sectores nos han acompañado en estos veinte años de lucha y trabajo. Ningún radical podrá sostener con fundamento que han combatido al Peronismo por diferencias ideológicas o porque nosotros les hemos negado el derecho de participar en nuestras actividades durante esos veinte años.

Los que han estado en contra nuestra lo han hecho por meras cuestiones políticas de menor cuantía, jamás por diferencias de fondo. Es natural que cuando fuimos combatidos violentamente, no tuvimos otro remedio que defendernos.

Nosotros estamos donde siempre estuvimos: listos para unirnos a los demás argentinos de buena voluntad que deseen compartir el esfuerzo común, dentro de las ideas acordes que la evolución impone y las necesidades nacionales aconsejan para un mejor destino nacional. En la Patria están presentes y latentes elocuentes muestras de tales intenciones que la Providencia nos ha permitido realizar. En ese concepto es que seguimos una marcha y una lucha que no desarrollamos en contra de nadie sino en favor de todos.

No se me escapa que hay obstáculos: en el radicalismo, por parte de los que pasionalmente mantienen el encono de luchas pasadas por los que piensan que "Perón los pueda engañar nuevamente" dividiendo el radicalismo y por los que sienten ya marginados y superados por los hechos. Los primeros sólo pueden ser neutralizados por un procedimiento que emplee, como fuerza motriz, a la grandeza; los últimos con la resignación, que también es virtud política y, los que creen que yo les he engañado, "sacándose eso" de la cabeza porque, como antes he dicho, nosotros no engañamos a nadie que no haya querido engañarse a sí mismo.

En cuanto a los dirigentes gremiales poco interesados en un acuerdo, renguean de la misma pata que los dirigentes radicales que no ven perspectivas personales en la unión, pero afortunadamente el natural trasvasamiento generacional, que se realiza en este orden de ideas en el peronismo sindical, terminará con ellos. El Peronismo, como partido político, ha publicado en la forma que ha sido posible, su posición  ante la dictadura militar, tanto al comienzo de la misma como luego cuando la superchería se puso en evidencia, como asimismo, seremos más claros y terminantes en el accionar ya que seguimos sosteniendo uno de los apotegmas más viejos del Peronismo: "mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar".

Los que duden sobre la viabilidad de un acuerdo es porque les falta fe y confianza, probablemente porque ellos tampoco son capaces de inspirarlas. En esta clase de acuerdos hay que entrar como en el baño frío: de golpe y luego adentro moverse, porque si andamos tanteando nos puede dar miedo y no meternos. Una vez adentro, si hemos ingresado de buena fe y con convencimiento, todo se arreglará.

Si nos gastamos en discusiones y controversias inoperantes, es probable que la dictadura salga con su gusto: quedarse diez años en el gobierno y, entre tanto, llevar al país a su desastre definitivo.

Es claro que la maquinaria oficialista echará mano a todos los recursos del poder para que no nos unamos porque piensan que es necesario "dividir para reinar", pero no debemos temer ni a la dictadura ni a sus escribas publicitarios, porque tenemos razón, que superará siempre a todos los sofismas de una propaganda como la goma de mascar, que todos mastican pero ninguno la traga.

Sobre los objetivos del acuerdo, no creo que debamos discutir mucho: nosotros sabemos lo que ustedes quieren y ustedes saben lo que nosotros anhelamos, pero por sobre toda otra consideración, nos unimos para salvar al país, primero de las actuales acechanzas dictatoriales al servicio de la antipatria y luego del desastre que en todos los órdenes infiere la acción de un gobierno militar que intenta perpetuar ignominiosamente un poder bastardo, que ha usurpado.

Con referencia a mi persona, a mi edad y con mi historial, Usted comprenderá que estoy sobre el bien y sobre el mal. Creo simplemente que puedo prestar mi último servicio al país y en ello pongo mi empeño. Es una suerte de testamento político dinámico: entregar a la nueva generación de argentinos el "testimonio" con el que he corrido veinte años en esta carrera de posta generacional que estamos  corriendo. Si, además de ese testimonio, pudiera pasarles algo de la extraordinaria experiencia con que la vida me ha cargado, al cargarme de años, me podría morir más tranquilo.

Cuando algunos radicales afirman que yo los he engañado, no dicen la verdad: bastaría preguntarles a los actuales peronistas provenientes del radicalismo, si están desconformes de haber engrosado nuestro Movimiento. Lo que pasa es que resulta difícil explicar lo inexplicable, como resulta el hecho de haberse colocado en oposición de un Movimiento que realiza lo que hace tantos años viene propugnando el radicalismo.

La juventud radical, libre de otros intereses que no sea el bien de la Patria, debe conocer la verdad tal como es, para que le sirva de punto de partida en una empresa que puede llegar a ser decisiva en el futuro del país. Ellos tienen derecho a participar activa y decisivamente en nuestro destino porque, en último análisis, serán los que han de gozar o sufrir las consecuencias. Por eso comparto sus ideas: este tiempo requiere menos improvisación y sordidez y más buena fe que den posibilidad de proceder con mayor grandeza y mejores intenciones que las que se han visto hasta ahora, probablemente ocasionadas por una lucha insensata impulsada más por las pasiones que por la reflexión y el razonamiento.

Comparto su idea sobre la necesidad de unirnos y promover un gran movimiento nacional en procura de mejor suerte para la República, en el que debe participar la ciudadanía argentina que esté inspirada en los mismos sentimientos. En la Argentina, como ocurre en casi todo el mundo actual, nadie puede gobernar sin el concurso del Pueblo organizado. Eso sólo se puede conseguir con el esfuerzo común de las fuerzas políticas con arraigo popular y mediante las tres banderas que enarbolamos ya hace más de veinte años: la independencia económica, la soberanía popular y nacional y la justicia social.

El enfrentamiento, no sólo de los radicales sino de todo el que comparta estas ideas de buena fe, no puede ser sino perjudicial para los fines de nuestra propia  nacionalidad. Se hace más evidente en el caso del radicalismo, porque coincidimos en los objetivos básicos que inspiran nuestra acción y porque dividimos negativamente una acción que, congruentemente, debía sernos común. De ello, es de donde las fuerzas antinacionales, pueden sacar mayor provecho, frente a un Pueblo arbitrariamente dividido.

Claro que no se trata de un pacto entre el General Perón y la generación intermedia ni la juventud del radicalismo, ni menos aún se trata de un sucio contubernio (como los que hemos contemplado en otros casos) hecho a espaldas del Pueblo, sino de un acuerdo honesto en procura de resolver el más grave problema que se le ha presentado al país en muchos años. Por otra parte, yo soy sólo un peronista más, que cumplo mi función y mi misión en un puesto, como cualquier otro. No procedo jamás discrecionalmente sino ajustado estrictamente a la función que el Movimiento me ha confiado. Dentro de esa acción, de mi responsabilidad, no estoy facultado para excluir a nadie de un pacto nacional. Los que enfrenten este acuerdo, como bien dice Usted, lo harán porque no creen en la unidad del Pueblo y tampoco en nuestro propio destino.

El país se encuentra en una grave encrucijada, que no nos da tiempo para gastarnos en cabildeos ni en tratativas intrascendentes. Es preciso que la juventud argentina, sin diferencias de banderías ni partidismos, se dé cuenta cabal de ello y se una en la tarea común de buscar remedio a los males, que cada día serán mayores si no se pone coto a los desbordes dictatoriales del gobierno militar que está azotando al país. Debe también persuadirse que sin luchar en forma efectiva y tal vez violenta no conseguirá imponer su ley de acción. Para lograrlo es que necesita estar unida y solidaria porque la lucha impone accionar hombro con hombro. Si hay decisión y buena fe nada se opondrá a estos designios, pero si entramos al campo de las triquiñuelas políticas estaremos perdidos antes de empezar.

Yo sé que tenemos enemigos pero, si accionamos con la firme voluntad de vencer, también sé que venceremos. Para ello es que necesitamos formar un movimiento nacional, con un Pueblo unido en ideales comunes, encuadrado por dirigentes que tengan conciencia de su deber de argentinos, que atienda al enemigo que tenemos al frente y no se desgaste en litigios internos por cuestiones e intereses personales o de círculo. Debemos olvidar lo que del pasado nos puede ser negativo, Porque sino no se podrán alcanzar las condiciones que nos permitan luchar por el futuro.

El Peronismo está en su puesto: tenemos conducción y poseemos un caudal poderoso, animado por una doctrina que nos es común, sabemos lo que queremos y estamos en la tarea de organizamos convenientemente para adaptarnos a las actuales circunstancias.
Hasta ahora, para hacer frente a las contingencias electorales, teníamos votos, lo que nos permitía prescindir de la organización.

Ahora ya no se trata de elecciones y debemos organizamos para enfrentar una lucha diferente en la cual la organización es imprescindible. Antes de lanzamos a esa lucha en forma decisiva anhelamos que Ustedes nos acompañen en pie de igualdad, con las mismas prerrogativas e idénticas obligaciones. Ese es nuestro pensamiento, el que ha sido siempre y el que mantendremos tanto en la fortuna como en la desgracia. Sin la solidaridad inspirada en la mayor grandeza, ninguna lucha es posible en común.

Bueno amigo: creo haber contestado a todas sus justas inquietudes que, a pesar de mis setenta y uno, son las mismas mías porque así como hay viejos de veinte hay también jóvenes de setenta. Soy un partidario decidido y enérgico de nuestra unión, desgraciadamente me encuentro tan lejos que debo confiar en todos Ustedes para realizarla. Dios quiera que lo hagan en forma que la Patria tenga algo que agradecerles.

Un gran abrazo.


Juan Domingo Perón





Fuente: "Carta del Gral. Juan Domingo Perón al Sr. Alberto Asseff Secretario General de la Juventud de la UCR del Pueblo" (25/6/67)  en Correspondencia 1/Juan Domingo Perón, Editorial Corregidor 1983.


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miércoles, 18 de abril de 2018

Juventud Radical: "La Posición frente al Colonialismo" Carta a J.J. Hernández Arregui (septiembre de 1970)


LA POSICIÓN DE LA JUVENTUD RADICAL FRENTE AL COLONIALISMO

Buenos Aires, septiembre de 1970


Estimado doctor Hernández Arregui:

Sus actos y sus obras son un factor fundamental en el esclarecimiento de las mentes argentinas colonizadas. En este duro y prodigioso alumbramiento histórico en el que descubrimos, al fin, nuestra personalidad individual y colectiva, hemos despertado como hombres y soldados de la Argentina avasallada, dentro de la Patria Grande iberoamericana y de este Tercer Mundo inédito que hoy marca, ya, una presencia definitiva en el mapa universal, sacudiendo siglos de sometimiento y humillación.

El respeto y admiración personal y política que usted se ha granjeado por ello entre nosotros, motiva estas líneas, como expresión de la actitud de un sector de la juventud radical que desde sus orígenes se enfrentó constantemente con el cipayaje entronizado en los cuadros de una UCR que terminó traicionando sus raíces históricas y, hoy, culmina en un difícil pero no estéril proceso en nosotros los jóvenes, de avance hacia una concepción nacional y revolucionaria.

De estas actitudes-doctor Hernández Arregui-, su influencia ha sido un factor determinante.

Toda nuestra experiencia en el radicalismo se resume en la definición de una línea nacional, popular y antiimperialista.

Rescatando los contenidos históricos del yrigoyenismo y de la intransigencia, cuya expresión superior fue FORJA, se elaboró en nuestra militancia una concepción revolucionaria nacida bajo las limitaciones naturales de una estructura perimida.
Muy pronto advertimos la estrechez del horizonte histórico del partido que alguna vez fuera aceptado por las mayorías nativas como la expresión de la Causa Nacional contra el Régimen.

Es que no en vano la irrupción de la clase obrera como tal en al política nacional bajo el signo del 17 de octubre de 1945, había deteriorado y quebrado definitivamente el esquema jurídico-político del liberalismo. . Esquema al cual ya pertenecía el radicalismo desde el levantamiento de la abstención en 1935, con el copamiento alvearista de la conducción partidaria. Esta circunstancia la advertiríamos en nuestra práctica y en el desarrollo del nivel de conciencia individual y colectivo, que se da en nuestro país en general y en cada uno de nosotros en particular, a partir de la recolonización iniciada en 1955 por la contrarrevolución en marcha. Es decir, en la última y mas rica etapa de la formación de la conciencia nacional de los argentinos. Así surgimos a una nueva y vasta realidad que se daba en nuestra patria a partir de la caída del peronismo y de las frustraciones liberales para construir una democracia sin el pueblo. Y fue justamente la incomprensión de este proceso por parte de la UCRP como consecuencia de las limitaciones de clase y el consiguiente aferrarse a formas caducadas, lo que nos diferencio con claridad de ella en su con- junto y de su significado real en la sociedad argentina, como importante masa de maniobras dentro del juego que el sistema elaboró para escamotear al pueblo su poder político

Las contradicciones habrían de acentuarse durante el gobierno de Illia que, huérfano de apoyo popular y despreciado por la oligarquía, fue la expresión de la incapacidad de los sectores medios para encarar una salida autónoma en un país dependiente. Así, nuestra conciencia liberada fue cada vez más antagónica con la realidad que nos demostraba hasta qué punto se insertaba el radicalismo en el sistema.

Nuestras reiteradas actitudes críticas hicieron eclosión definitiva en mayo de 1965 en ocasión de la invasión imperialista a Santo Domingo. Entonces nos mantuvimos junto al pueblo, y desde la tribuna levantada en Plaza Congreso, nuestro orador Carlos Suárez denunció la traición a la postura yrigoyenista por parte del canciller Zavala Ortiz, quien rematando su definitiva colonización mental habría de abrazarse más tarde en Saigón con el títere Cao Ky. El movimiento de la Juventud Radical surgió entonces como expresión de un sector del radicalismo que rescataba sus esencias nacionales ligándolas históricamente a las luchas actuales del pueblo, que se expresaban en la clase obrera peronista. En setiembre de 1965 el "primer encuentro nacional de la Juventud Radical" que concitó numerosas representaciones del interior y Buenos Aires decía:

"la opción peronismo-antiperonismo en la que insiste el gobierno es la pieza clave del juego oligárquico que tiende a acentuar el divorcio entre las capas medias y otros sectores de la población y la clase obrera" (...) "Pueblo y anti-pueblo, patria o colonia, independencia o vasallaje, son los ejes reales de la lucha popular y el radicalismo debe insertarse en ella positivamente o sucumbirá."

Los hechos hablarían más tarde, y en su elocuencia habrían de demostrar cómo la incomprensión de esta disyuntiva abrió el camino al recrudecimiento de la recolonización económica y la represión popular a través de la dictadura de los monopolios. Frente a esta nueva circunstancia, carta desesperada del sistema, señalábamos en julio de 1966 “… la acción no pasa por oponer a la dictadura pro-imperialista como la que impera hoy en el país el retorno al formalismo institucional del liberalismo (...) La lucha ha de estar dirigida a vertebrar definitivamente el movimiento nacional que reconquiste el poder para el pueblo. En una permanente labor orientada en tal objetivo, la acción común con los sectores nacionales que desarrollamos constantemente nos llevo a un dialogo con el General Perón en Madrid, a quien valoramos en su importancia histórica como símbolo que sintetiza las aspiraciones colectivas del pueblo y como conductor y bandera de unidad de la clase obrera.

En "Colonialismo o liberación" documento conjunto con la Juventud Peronista dado en 1967 se afirmaba:

"Durante este siglo dos grandes movimientos populares, Radicalismo Yrigoyenista y Movimiento Peronista, enfrentaron el contubernio oligárquico-imperialista; cada uno de ellos es prueba palpable del avance histórico del espíritu de la tierra y de los "métodos" de que se ha valido su enemigo para reconquistar un poder que pertenece al pueblo. De allí es que a los que hoy como ayer quieren negociar el futuro y la grandeza argentinos pretextando hipotéticas salidas institucionales, les decimos que la Revolución Nacional y Social exigida por el país no tiene cabida en un aparato jurídico-político construido precisamente para impedir esa solución".

El surgimiento de la CGT de los Argentinos obraría como un verdadero polo de confluencia popular. Convertida en eje central de la lucha contra la dictadura en una perspectiva nacional y revolucionaria, formamos parte de sus filas. Había llegado para nosotros, como para vastos sectores de la juventud, desde distintos ángulos y procedencias, el momento de encuadrar nuestra militancia concreta en el movimiento mayoritario, que aun en sus contradicciones es la expresión vital y vigente de la liberación de todos los argentinos.

Saludamos a usted con profundo afecto.

Carlos Suárez; Guillermo Tello Rosas; Arturo C. Goldstraj; Mario Battiti; Jorge Vargas; Carlos Arballo.




El Presidente Illia recibe a una delegación de la Juventud Radical del Pueblo, entre ellos se encuentra el Presidente de la agrupacion, Sr. Guillermo Tello Rosas.










Fuente: “La Posición de la Juventud Radical frente al Colonialismo”, septiembre de 1970 en Hernández Arregui, Juan José, La Formación de la Conciencia Nacional, 2da. Edición, Buenos Aires, Plus Ultra, pp. 545-547, 1973.

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jueves, 7 de diciembre de 2017

Juventud Radical: "Declaración de solidaridad con el pueblo de Guatemala" (24 de junio de 1954)

Declaración de solidaridad del Comité de la Juventud de la Unión Cívica Radical de la Capital.

Con el pueblo de Guatemala avasallado en su legítimos derechos soberanos.


Ante el espectáculo que, ya ha dejado de ser insólito en la historia de Hispanoamérica, de pueblos avasallados en sus instituciones y dignidad nacional, por las fuerzas oscuras del imperialismo, se hace un deber de este Comité de la Juventud de la UNION CIVICA RADICAL de la Capital, en esta ultima edición, de los atropellos, solidarizarse con el pueblo de Guatemala-

En estos momentos convulsionados que vive la especie humana, dividida en dos bloques que pretenden mutuamente el dominio del planeta, basándose únicamente en el poder material de sus superbombas y de sus cañones, debemos reivindicar el derecho de los pueblos de darse el sistema de gobierno que consideren mas conveniente y el de ser respetados en su integridad territorial y moral. El hecho crudo a que asistimos es que en nombre de la democracia y de la libertad, le será negado a un pueblo americano, ese derecho, de darse las formas políticas y los gobernantes que el pueblo desee.

Este es el dilema, creado en la formidable (…), se pretende defender la democracia y la libertad –si ese planteamiento simplista y artificial que hace uno y otro bando-, en nombre de esa misma libertad, se sojuzga y conculca la libertad de un pueblo. El expediente es gastado, -por lo conocido- El peligro de infiltración comunista. No es con conquistas de pueblos indefensos con los que se va a combatir a esta corriente –porque buena o mala, es una idea- sino demostrando, que nuestro sistema de vida es mejor, que acá en America, los hombres en libertad no padecen miserias, privaciones ni hambre y son respetados en su dignidad humana. Pero las fuerzas insensibles del imperialismo, continúan su marcha de dominación y destrucción. Los casos se repiten en el Viejo Continente y en nuestra America, solo que el olor cambia. Allá nos quema el del petróleo que trajo la desgracia de Mossadegt. Acá nos empalaga la United Fruit. Com. Esta es la tragicomedia, que en nombres de derechos consustanciales con la cultura Occidental, se desconocerán los mismos. Al hacer esta declaración partimos del principio rector de nuestra nacionalidad, enunciado por nuestro héroe máximo: “Nuestra causa, es la del género humano”, repudiando la actitud obsecuente de los gobiernos títeres que aprestándose a legalizar el nuevo zarpazo, sienten el precedente mas nefasto de intervención. La no intervención, queda solo en los tratados, que, cuando los intereses priman no interesan los medios.

Pueblos de America y del Mundo, solo habrá paz, justicia y moral cuando poderosos o débiles comprendan y respeten el gran apotegma:
“Los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos”



COMITÉ DE LA JUVENTUD DE LA UCR DE LA CAPITAL




Jacobo Arbenz presidente de Guatemala destituido por la acción de la CIA.







Fuente: Declaración de solidaridad del Comité de la Juventud de la Unión Cívica Radical de la Capital con el pueblo de Guatemala avasallado en su legítimos derechos soberanos, 24 de junio de 1954.

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lunes, 29 de febrero de 2016

Juventud Radical: "Pleito entre Raúl Alfonsin y Jose Ignacio Rucci" (25 de julio de 1973)

Cualquier ciudadano argentino que hay participado activamente en la lucha por la recuperación de la soberanía popular tiene muchos mas títulos para referirse al movimiento obrero que los que puede exhibir José Rucci quien como todo el pueblo lo sabe pacto reiteradamente con los personeros de regimenes militares traicionando los intereses de la clase trabajadora.

Es norma del secretario de la CGT acusar a quienes denuncian su carácter de agente de los monopolios y del antipueblo, de haber apoyado las intervenciones a los gremios en el 55 tratando de esta manera de desacreditarlos ante el pueblo peronista que Rucci y su pandilla fusilaron a mansalva en Ezeiza.

Repudiamos y nos indigna que en su declaración mencione la figura de don H. Yrigoyen cuya memoria no puede ser mansillada por tan nefasto personaje de quien todos conocen su inconducta moral y política.

En cuanto a sus expresiones laudatorias hacia el doctor R. Balbín sostenemos que poco favor le hacen al citado dirigente.

Cuando exige saber con que camiseta jugamos, la respuesta es muy clara con la Argentina, esa que este mcartista consecuente siempre ensalza pero que jamás defendió en trinchera alguna de la lucha por la liberación nacional. Si para Rucci la juventud peronista, Agustín Tosco y Alfonsín son trotskistas, para el pueblo argentino son patriotas.












Fuente: Declaracion de la Junta Ejecutiva de la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires con motivo del pleito entablado entre el Dr. Raul Alfonsin lider del movimiento de renovación y cambio y Jose Ignacio Rucci secretario general de la CGT, 25 de julio de 1973. 
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viernes, 22 de mayo de 2015

Juventud Radical: "Ante el 4 de junio" (21 de junio de 1943)

Como hombres jóvenes del radicalismo pertenecemos a una generación sacrificada, cuyo aporte creador obstruyeron el fraude, por una parte, y por la otra la formación de capitales políticos, tantas voces al margen de reglas éticas y cívicas, y el entrelazamiento de intereses que bloquearon los mecanismos de renovación. Así se vio el sorprendente espectáculo de una joven nación con vida pública privada de juventud.

Compartimos con nuestro pueblo la reflexiva determinación de iniciar una nueva etapa de nuestra historia civil.

Ansiamos una legalidad de fondo con instituciones democráticas vitalidades por un renovado espíritu cívico, resguardado de deformaciones por la previsión de los resortes necesarios para evitar la reedición de las fallas que subalternanizan la acción política.

No basta garantizar el sufragio en el instante de colocarlo en la urna. En ese instante, el ciudadano no se elige: se limita a escoger entre una nomina y otra nomina. Habrá que garantizarlo antes y después, en el seno de las agrupaciones que canalizan las corrientes populares que pueden presionar en la conciencia de cada ciudadano. Aspiramos a una reorganización general de la política argentina. El radicalismo no puede permanecer insensible al reclamo de la opinión nacional que exige la dignificación y el enaltecimiento de nuestra democracia. Formulamos una apelación al patriotismo de sus conductores para que tracen con sus actos el rumbo a que aspira el país.


Presidente: Moisés Lebensohn

Secretario: Juan Carlos Pugliese









Fuente: Declaración de la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires ante los sucesos del 4 de junio de 1943.

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sábado, 11 de abril de 2015

Leopoldo Moreau: "Las Protestas de la Juventud Radical" (9 de abril de 1973)

Delgado, movedizo, Leopoldo Moreau (foto; 25, estudiante de Abogacía, milita en el radicalismo desde los 12 años) es posiblemente, la voz mas representativa de la Juventud Radical. Para conocer la opinión de ese sector —considerado el ala izquierda del alfonsinismo—, la semana pasada Siete Días dialogó con Moreau.

¿Que hubiera ocurrido si Alfonsín hubiese sido candidato?

La polarización de fuerzas en Argentina hubiese tenido otras características. Si el radicalismo hubiera adoptado claramente un programa de liberación nacional y hubiera vinculado su actividad a la denuncia de la dependencia en Argentina, es evidente que muchas fuerzas progresistas se hubieran nucleado alrededor de este partido tradicional

¿Cual es la responsabilidad de Balbín en la derrota electoral?

Entendemos que el resultado obtenido por el radicalismo el 11 de marzo es la culminación de una serie de desaciertos de la conducción circunstancial de la UCR que nosotros venimos señalando desde 1967, cuando constituimos la Juventud Radical.

¿Cuales son esos desaciertos?

—Entre otras cosas, la falta de capacidad de insertar orgánicamente al radicalismo en las luchas populares. La conducción radical no vivenció el cordobazo ni el rosariazo y, por ende, fue incapaz de comprender e interpretar la realidad y forma de expresarse de las masas en Argentina desde 1966.

—Respecto de Mor Roig...

La inclusión de Mor Roig en el Ministerio de Interior forma parte de una estrategia que, si bien no es declarada por la conducción partidaria, constituye la columna vertebral de su política. Esa política de la dirección radical se expreso en la campaña electoral con el slogan de la pacificación. Porque es necesaria la pacificación con los sectores populares, pero es inadmisible con la reacción ni con el régimen militar. El 11 de marzo demostró que nuestro pueblo no quería paz con el gobierno. Por lo demás, el episodio Mor Roig integra un proceso de crisis de autenticidad en el radicalismo; y eso porque la dirección partidaria traslada como verdades absolutas determinadas afirmaciones que son mentiras.

¿Por ejemplo?

Según ellos Balbín habría sido el artífice de la unidad partidaria durante los últimos años. Para nosotros, la unidad no la mantuvo Balbín, sino los grupos militantes del partido que lucharon junto al pueblo. Otra "verdad absoluta" que deforma la realidad es la de considerar que Balbín y Mor Roig son los artífices de la institucionalización. Nosotros afirmamos que las elecciones las lograron las masas que en las calles quemaron las distintas etapas de la Revolución Argentina. Estos dos ejemplos demuestran que la conducción del radicalismo busca la conciliación con sectores cuyos intereses están absolutamente contrapuestos a los intereses de los sectores populares.

¿Postulan a Alfonsín para pilotear el Comité Nacional?

Desde 1967 bregamos por una reorganización que implica la renuncia de las autoridades, desde el Comité Nacional hasta el último comité de distrito. Lo fundamental no es cambiar un hombre por otro, sino una concepción política por otra, que brote del debate de los afiliados. Postulamos en lo inmediato liberarnos de la dependencia, para luego arribar al socialismo, eliminando la propiedad privada de los medios de producción.

¿Que posición adoptaran frente al peronismo?

Trabajemos juntos para la liberación nacional. Pero seguiremos denunciando a los sectores que, enquistados en las mayorías populares que pretenden desviarlas de su objetivo. Coincidimos con la Juventud Peronista en caracterizar al frondo-frigerismo y a los grupos clericales como enemigos del pueblo. Solo con las movilizaciones populares garantizaremos el cumplimiento del progreso de liberación nacional.














Fuente: Leopoldo Moreau: "Las Protestas de la Juventud Radical" (9 de abril de 1973); Revista Siete Días Ilustrados. Aporte de Mágicas Ruinas.

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jueves, 8 de noviembre de 2012

Nicolas Romano: "La Unión Cívica Radical...logro la libertad del sufragio y el advenimiento de nuevas fuerzas sociales" (8 de noviembre de 1930)

En el Teatro Real de Rosario, se efectúa el primer acto público de la UCR, después del golpe de estado, La Juventud Radical se organiza y echa las bases de la reorganizacion de la UCR, hablan Ernesto Laclau , Nicolás Romano, J Viale Abalos, Emir Mercader y representantes de varias provincia.

La democracia será verdad cuando extirpemos la miseria, que es el mejor instrumento para el gobierno del privilegio. Es preciso defender los principios constitucionales y el ejercicio regular de sus órganos de expresión, cueste lo que cueste pero nos envuelve también, ese soplo renovador que agita al mundo, y sentimos próxima la urgencia de trazar un programa con arreglo a las características peculiares del medio nacional. Por un fluir espontáneo van fijándose poco a poco las líneas precisas del cartel que debemos presentar al juicio de nuestros conciudadanos.


Corresponde promover una reforma del régimen y del sistema impositivo, de manera que las cargas públicas sean proporcionales al beneficio que cada uno recibe del esfuerzo de los demás. Vendrá el debate sobre el régimen legal de la tierra, sobre los extravíos del latifundio y la oportunidad de ajustar los códigos individualistas a las necesidades contemporáneas de orden colectivo. Hay que proteger asimismo, las fuerzas de riqueza nacional. Hay que protegerlas con fines fiscales siempre atentos a la lucha universal por el monopolio del petróleo, que un día y otro día, va despertando la voracidad imperialista de las naciones poderosas. Poblar el desierto, civilizar la Patagonia, trazar un plan ejecutivo de vialidad, favorecer el desarrollo industrial, rescatar títulos y nuestra moneda, son cuestiones que el Radicalismo deberá provocar si quiere sobrevivir solucionando las necesidades integrales del país como totalidad o considerado en sus peculiaridades regionales.

Es decir, todo un sintético plan surgido de las directivas impresas desde el gobierno de Yrigoyen, pero que ahora ausente Yrigoyen, correspondía hacer explicito, pues correrían el riesgo de que fuesen olvidadas o retrogradadas.

Ya nuestro partido intento ordenar un código regulador de los derechos obreros y buena parte de la legislación de trabajo vigente fue lograda con el concurso del Radicalismo desde diferentes órganos de gobierno. Nosotros queremos redimir al trabajador tanto de su esclavitud económica como de la esclavitud resultante del analfabetismo que retarda los progresos de la Republica. Por eso propiciamos la enseñanza gratuita en todos sus ramos y obligatoria hasta los ciclos de cultura general o especialización técnica. Y queremos como consecuencia lógica, la autonomía universitaria, la docencia social, el mantenimiento de la Reforma de 1918, que va emancipando a las universidades, explotadas por círculos de casta o por pedantes con borlas doctorales. Sobre una misma base programática, los jóvenes consideraban patriótica tarea, la de mantener activa la Unión Cívica Radical, la gran colectividad que logro la libertad del sufragio y el advenimiento de nuevas fuerzas sociales.










Fuente: Nicolas Romano: "La Unión Cívica Radical...logro la libertad del sufragio y el advenimiento de nuevas fuerzas sociales" en El Radicalismo "Ensayo sobre su Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, 1984.
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Ernesto Laclau: "Nuestro programa tendrá más conceptos que ideas" (8 de noviembre de 1930)

En el espíritu de la época, la formula de su tiempo, el tema cívico de su acción, las ideas han sido largamente sentidas en el dolor y la esperanza popular. No seria una ideología sin alma, que sale en busca de adeptos para una aventura electoral, sino, que por el contrario, surgirá de la entraña del pueblo, superando las formas iniciales del instinto y del sentimiento. Nuestro programa tendrá más conceptos que ideas. La nueva Carta del Radicalismo, deberá estar inspirada en los principios de la democracia integral, no olvidando que las transformaciones morales de una sociedad solo pueden prepararse a trabes de las formas, únicos moldes que pueden educar las almas en la disciplina y la conducta.

La defensa de la Constitución y la Ley Sáenz Peña

La tarea a nuestra reorganización partidaria deberá ser, consecuentemente la defensa de la Constitución y de la Ley Sáenz Peña. Ningún otro problema deberá serle antepuesto. Los radicales, como partido político de significación íntimamente popular, no puede admitir que un gobierno de hecho reforme las bases de nuestra nacionalidad y modifique esas condiciones electorales donde el pueblo humilde y trabajador funda su pacifica esperanza de bienestar y liberación.
Por eso, señores no es posible que lo traicionemos en estos momentos para mantener una división que en muchos casos, obedeció a circunstancias ya desaparecidas, y en otros a disidencias domesticas que no afectan su naturaleza política, ni su índole sociológica. Y quien en hora de tanta solemnidad haga primar sus resentimientos o ambiciones particulares, para resistir a nuestra generosa invitación unificadora, desde ya, con voz popular califiquémoslo de traidores.

Reforma Constitucional Necesaria

No se infiera de esta postura nuestra conformidad con la ley fundamental. No. Creemos necesaria su reforma; no se precisamente si en los temas que ha sugerido el pensamiento del Gobierno Provisional, desde que nada ha concretado, pero afirmamos que no es este el momento propicio. Esta será tal vez de un gobierno legal y democráticamente organizado.

Para la reforma constitucional nuestro programa deberá considerar los caracteres evolucionados de nuestra sociedad.

Las nuevas condiciones de la vida social han engendrado formas que tienden a corregir no siempre eficazmente las deficiencias de un Estado concebido bajo la exaltación del individualismo económico. Es necesario pues, modernizar la concepción del Estado, adaptarlo a esas existencias; darle funciones que promuevan la solidaridad social y que, como reguladora de los intereses colectivos, ejercite una justicia distributiva, más humana y leal que la emergente de la libre concurrencia individual. Los derechos que ella consagre deberán tener caracteres de funcionalidad.

Nuestra Constitución deber perder, por tanto, ese espíritu económico que la fundamenta y dentro del cual se amparen eficazmente los privilegios que la nueva edad quiere desterrar. Y es para plasmar en ella ese espíritu los radicales debemos en momentos de normalidad institucional producir esa modificación.

Tierra

Cualquier empeño en suprimir los privilegios, será esfuerzo inútil mientras no se produzca la democratización de la tierra y la protección del trabajo contra la avaricia de los intermediarios, interviniendo el Estado en el comercio de frutos.

Economía e Impuestos, Petróleo y Política Obrera

Propiciando la democratización económica e industrial, mediante una legislación amparadora contra los "trusts" y el "dumping". La aspiración de que sea de función social a los recursos fiscales, ya sea estimulando la producción o propendiendo a la nivelación económica de las clases. La orientación nacionalista de nuestra política internacional y petrolera, el concepto social que destaca la Reforma Universitaria y la defensa de la tierra publica, son principios todos de noble inspiración que se hallan encarnados en el pueblo que interpretan una intima conciencia nacional. La aspiración de que sea observado en la amplitud de sus temas, con alto espíritu de justicia social y reconocimiento de todas las forma que tiendan a asegurar su dignidad de hombres y sus condiciones mínimas de bienestar.



En el Teatro Real de Rosario, se efectúa el primer acto público de la UCR, después del golpe de estado, La Juventud Radical se organiza y echa las bases de la reorganizacion de la UCR, hablan Ernesto Laclau (Foto), Nicolás Romano, J Viale Abalos, Emir Mercader y representantes de varias provincia.






Fuente: "Nuestro programa tendrá más conceptos que ideas" del dirigente juvenil Ernesto Laclau en el Teatro Real de Rosario, 8 de noviembre de 1930. En El Radicalismo "Ensayo sobre su Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, 1984. Y Diario "Santa Fe" Lunes 10 de Noviembre de 1930.
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viernes, 22 de julio de 2011

Juventud Radical: "Carta Orgánica de la Juventud Radical" (27 de febrero de 1953)


CARTA ORGÁNICA NACIONAL DE LA JUVENTUD 

(Sancionada el 27 de febrero de 1953)


Art. 1— La Organización Nacional de la Juventud de la Unión Cívica Radical se regirá por la presente Carta Orgánica y en lo que no esté expresamente dispuesto en ésta, por la Carta Orgánica Nacional de la Unión Cívica Radical.

Art. 2 — Actuarán en la organización los afiliados de 18 a 30 años, de edad que figuren inscriptos en los padrones partidarios de la juventud.

Art. 3— Incluirá una categoría de adherentes menores de 18 años, que podrán participar en las actividades generales de la organización con voz pero sin voto.

Art. 4 — La Organización Nacional de la Juventud de la Unión Cívica Radical tiene por fines:

a) Colaborar en la acción cívica permanente del partido.

b) Difundir la doctrina y los ideales de la Unión Cívica Radical.

c)  Capacitar a los jóvenes afiliados, organizando el estudio de los problemas nacionales y universales y las soluciones propuestas por el partido.

d) Deliberar periódicamente sobre los intereses de la República y la marcha de la Unión Cívica Radical.

Art. 5 — La Organización de la Juventud de la Unión Cívica Radi­cal y los demás organismos, desenvolverán su actividad con autonomía de la Organización partidaria, pero condicionarán su acción a la de aquélla, a efectos de lograr una mayor eficacia en su labor y dentro de lo precep­tuado por la Carta Orgánica Nacional y resoluciones y recomendaciones de sus organismos máximos.

Art. 6 — Las organizaciones juveniles se regirán en su Constitución, y funcionamiento por las normas que organizan la estructura del partido en los órdenes nacional y de distritos, consultando la representación de minorías y el voto directo.

Art.7 — La Organización Juvenil de cada Distrito deberá constar:

a)  De un Congreso Provincial o Territorial y de la Capital Federal integrados por los delegados de los Centros o Comités Juveniles departamentales o Seccionales, elegidos directamente por los afi­liados. Sus funciones serán deliberativas y de orientación general y se reunirán por lo menos una vez al año.

b) De una Junta Ejecutiva Provincial o Territorial integrada por delegados elegidos directamente por los afiliados. Sus atribucio­nes serán de índole administrativa y funcionará permanentemente.

Art. 8 — Cada Organización Provincial o Territorial y de la Capital Federal, enviará al Congreso Nacional de la Juventud, un número de delegados igual a la mitad de Convencionales que ese Distrito envía a la Convención Nacional del Partido. En ningún caso podrán ser de un nú­mero menor de tres, los que durarán dos años en sus funciones. Asimismo elegirán un tercio de ese número como suplentes.

Art. 9 — El Congreso Nacional de la Juventud de la Unión Cívica Radical se reunirá anualmente en el lugar que designe la Junta Ejecutiva Nacional, procurando hacerlo en sitios distintos de la República y extra­ordinariamente, cuando un número de delegados no inferior de 25 y per­tenecientes a no menos de 3 Distritos, así lo soliciten al presidente de la Junta Ejecutiva.

Art. 10 — El Congreso Nacional de la Juventud de la Unión Cívica Radical se dará sus propias autoridades; considerará el informe anual de la Junta Ejecutiva Nacional y elegirá cada dos años seis representantes titulares y tres suplentes a la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical los que tendrán voz sin voto.

Art. 11 — Cada Organización Provincial o Territorial y de la Ca­pital Federal, enviará a la Junta Ejecutiva Nacional, tres Delegados titulares y un suplente, que durarán dos años en sus cargos.

Art. 12. — La Junta Ejecutiva Nacional de la Juventud tendrá su asiento donde lo tuviere el Comité Nacional y sus funciones serán:

-redactar el plan de trabajo anual y hacerlo cumplir.

-administrar los fondos de la organización.

-vigilar el funcionamiento de los organismos de distritos en las con­diciones que establece la presente Carta Orgánica y en caso que éstas no fueran cumplidas, intervenirlos por resolución aprobada por los dos tercios de los votos de los miembros presentes

-cada dos años elegirá dos representantes titulares y un suplente al Comité Nacional de la Unión Cívica Radical que tendrán voz sin voto.

Art. 13. — La Junta Ejecutiva elegirá una Comisión Directiva com­puesta de 1 (un) Presidente, 1 (un) Vicepresidente, 2 (dos) Secretarios, 1 (un) Tesorero y 4 (cuatro) Vocales. Esta Comisión Directiva se en­cargará de las actividades administrativas y convocará a la Junta Eje­cutiva cuando las circunstancias lo requieran, pudiendo en caso de ur­gencia extrema, tomar resoluciones que deberán ser confirmadas por la Junta Ejecutiva en su próxima reunión.

Art. 14. — Los organismos Juveniles, tendrán representación ante todos los organismos del Partido, por delegados con voz y sin voto. Esta­rán representados ante el Comité Nacional por dos delegados titulares y un suplente y seis titulares y tres suplentes ante la Convención Nacional, en las condiciones precedentes. La representación ante las entidades lo­cales del partido será determinada en cuanto a su composición y atribu­ciones por las disposiciones que adopten los respectivos cuerpos delibe­rativos de distrito.

Art. 15. — Tanto el Congreso Nacional de la Juventud como la Junta Ejecutiva Nacional de la Juventud, regirán sus respectivos funciona­mientos por reglamentos internos que ellos mismos deberán dictar.

Art. 16. — La Organización Nacional de la Juventud de la Unión Cívica Radical formará un tesoro con el aporte del 10 % de las entrada de las cuotas de los afiliados de las Organizaciones Juveniles de Distrito y con los fondos que le provea el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical.

Art. 17. — Será incompatible el desempeño de cargos directivos en la Organización de la Juventud y en el Partido, simultáneamente y alternativamente.

Art. 18. — Los miembros de la Organización Nacional de la Juventud de la Unión Cívica Radical podrán integrar a un mismo tiempo organis­mos de distrito y Nacional y de la Junta Ejecutiva Nacional, simultánea­mente. Las incompatibilidades entre miembros de organismos será reglamentada por las respectivas Cartas Orgánicas.

Art. 19. — Todo afiliado que ejerza la presidencia de un organismo, no podrá ser reelecto en ese cargo sino por dos tercios de votos. La ac­tuación de los afiliados en los Organismos Juveniles, termina automáticamente al cumplir los mismos el límite de edad.

Art. 20. — La Organización de la Juventud dictará y reformará su estatuto en el orden nacional y de distritos, ajustándose a los principios de la Carta Orgánica Nacional, de las Cartas Orgánicas de Distritos y los someterá a conocimiento y aprobación del Comité Nacional y Comité de Distritos en su caso.

Art. 21. — Esta reglamentación no deroga los derechos y atribucio­nes que tiene otorgadas por las Reglamentaciones ya vigentes en los distritos.









Fuente: "Carta Orgánica de la Juventud" sancionada el 27 de febrero de 1953. El Radicalismo Tomo III "Ensayo sobre su  de febrero de Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, 1984. 
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