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martes, 9 de mayo de 2023

Elio Aprile: "El P.A.R. algunas respuestas" (1990)

En septiembre de 1990, fundabamos, con un grupo de amigos, una nueva linea politica en el radicalismo marplatense: el PAR (Pensamiento y Acción Radical).

El texto siguiente fue distribuido entre adherentes al radicalismo, a modo de informacion sobre lo que aspiraba a ser la nueva linea politica.

Forma parte de la historia del radicalismo argentino, y creo que toda agrupacion politica que tenga cierta permanencia en el tiempo, la inequivoca existencia de lineas internas.

Esta palpable realidad, seguramente constataba a poco que se rastree el devenir historico de la UCR, deja algunas reflexiones insoslayables.

No hay historia partidaria sin ese proceso dialectico en el que diversas posturas ideológicas dentro del mismo partido se van sucesivamente superando y, como resultado de tal lucha constante, vivificando el partido que, no obstante los cambios que sobrevienen de tal enfrentamiento, va permaneciendo a lo largo del tiempo y del espacio en que esta insertado socialmente.

No habría radicalismo que hoy tenemos sin las sucesivas pujas que desde Alem hasta Alfonsín han ido gestando permanentes posturas internas (llamadas líneas), dado que resultaría inintelegible para la razón comprender lo que hoy somos como partido si no fuera a la luz de tal presencia de pensamientos diversificados que a lo largo de un siglo han ido incorporando elementos doctrinarios sobre los que hoy el radicalismo se asienta.

De los puntos anteriores se desprende que la lucha interna, ademas de necesaria, es deseable, pues hace al ritmo vital del partido.

Lo malo, lo verdaderamente dañino es la perversion de tal interna convertida en “internismo”. Este “internismo” sobreviene cuando la lucha tiene como objeto el poder por el poder mismo, y como medio intereses personales o sectoriales, huecos de toda propuesta doctrinaria que le dé sentido a la aspiracion de poder.

Podrá apreciarse, por lo dicho, que resulta saludable para la vida partidaria -segun la historia lo confirma- la aparicion de nuevas líneas internas.

El P.A.R. (Pensamiento y Accion Radical) aspira a ser una linea interna. ¿Para que?


ALGUNAS RESPUESTAS

Para recuperar viejos principios de estricto orden moral que los arduos años de poder fueron desdibujando como elemento de consideracion entre los ciudadanos.

Para que -aprendida la leccion- nunca más sometamos al partido a una lamentable unificacion con el gobierno, de suerte tal que ambos, frutos de esa maliciosa fusion dejen de ser lo que realmente debieran ser.

Para abrir los cauces participativos bajo la clara idea de que la politica no es una pura gimnasia para llegar al poder, sino una militancia civica que reclama vocacion de servicio, consolidacion doctrinaria y capacitacion permanente.

Para darle nuevos contenidos a un partido inserto en una sociedad que cambia y que, en tal cambio, reclama una adecuacion constante de parte de los partidos, si es que no desean ser superados por la historia.

Para que estos contenidos nuevos no sean el resultado de dirigentes que a modo de oráculos -bajen linea- se termina dando de baja a la linea.

Para federalizar el partido, recuperando los protagonismos ciertos de los distritos, y evitando las ingerencias patriarcales de la provincia o de la nacion que operan como -referentes- a los que ha de supeditarse toda iniciativa politica.

Para que los futuros hombres de gobierno -y no los tecnocrátas- sean egresados de su propio partido politico, que fue capaz de crear las condiciones para convertir al comité en una deseable escuela de capacitacion civica y tecnica.

Para crear las condiciones internas que dentro de un tiempo permitan que otra linea interna venga, como nosotros hoy lo hacemos, a reclamarnos sin traumas de ninguna especie, la obligacion de actualizarnos.

En suma, el PAR no es otra cosa que la vocacion por llevar hasta sus ultimas consecuencias esta propuesta partidaria que, más allá de los elementos doctrinarios ya detallados, esté revestida de una profunda carga efectiva.

No hay tarea importante realizable si no se la asume desde una generosa disposicion afectiva. Creemos que tambien la politica, tan manoseada, tan bastardeada, puede – y debe- ser territorio para los que quieren y para los que sueñan.





Fuente: "El P.A.R algunas respuestas" en "A la altura de la gente 1975-2000" de Blas Aureio Aprile ex intendente de la ciudad de Mar del Plata, septiembre de 2000, Ediciones System Graphic.

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viernes, 21 de abril de 2023

La Nación: "Elio Aprile, El poeta que le puso más arena a la playa" (11 de enero de 1999)

Filósofo de carrera y albañil de oficio, el intendente de Mar del Plata le cambió la cara a la ciudad atlántica

El hombre que les cambió la cara a las playas de Mar del Plata es un poeta aficionado y maestro con licencia, dueño de un nombre que parece un trabalenguas: se llama Blas Primo Aurelio Aprile.

Como intendente de esa ciudad mítica para los argentinos, Aprile vive en una paradoja permanente: es un desconocido para la mayoría de la gente, pero sus decisiones gravitan sobre millones de personas cada verano.

De él depende, por ejemplo, que Mar del Plata se inunde o no cuando llueve, que el estacionamiento y el tránsito estén ordenados o sean un caos, que la infraestructura turística sea suficiente o no alcance para nada, y que millones de turistas se hacinen o no en las playas de la ciudad.

Profesor y ex albañil

Siciliano (llegó a la Argentina en 1950, cuando tenía dos años), intendente de Mar del Plata desde 1995, profesor de Filosofía y ex albañil, Elio Aprile es un raro ejemplar de radical balbinista con rasgos que lindan con lo demagógico, al que sus enemigos políticos le han hecho fama de autoritario.

Tiene en su haber, sin embargo, un voto de confianza formidable: en mayo de 1996, cinco meses después de haber sido elegido con el 40 por ciento de los votos, los marplatenses le dieron carta blanca en una consulta popular, y desde entonces Aprile empezó a tallar a su manera el perfil de esa ciudad que cada verano mitiga las penas de millones de argentinos.

Un político all´uso nostro

Elio Aprile no es un político de manual. Suele decir: "Yo no inventé nada. Para mí lo nuevo consiste en recuperar valores viejos, como la honestidad, la solidaridad y la austeridad".

Crítico impiadoso con su propio partido, algunos de sus principales colaboradores son peronistas y otros socialistas, y sus adversarios más enconados parecen estar dentro mismo del radicalismo, donde se escuchan voces que lo acusan de demagogo.

En marzo de 1997, durante el Día Nacional de la Rehabilitación del Lisiado, trabajó media jornada en una silla de ruedas, y el año pasado asistió a la inauguración de la pileta en un colegio presentándose como "docente en uso de licencia" y no como intendente.

No tiene casa propia, vive con sus padres, y reflexiona: "¿No es raro que un político tenga que explicar su pobreza cuando hay tantos que no pueden explicar su riqueza?"

En el radicalismo, su mentor es Angel Roig; su referente, Juan Manuel Casella, y su personaje histórico preferido, Leandro Alem. "La UCR es un partido que se olvidó de la gente, con dirigentes que no advierten la necesidad de dar un paso al costado. Se sigue mirando la política desde el ojo de la cerradura de un comité", dice.

Un poeta por la reelección

De su padre aprendió el oficio de albañil, y con él se pagó sus estudios de Filosofía en la Universidad Católica. Allí empezó a militar en el radicalismo, llegó a ser presidente del centro de estudiantes y consolidó una formación humanista que ya no abandonó.

"La filosofía es el sustrato en que se apoya toda concepción ideológica, política", ha dicho. Es autor de un libro de poemas ( Poesías sustantivas ), de dos de aforismos ( Espejos rotos y Resonancias ) y de dos ensayos ( A la altura de la gente y La ciudad posible ), y fanático del teatro vocacional, para cuyos grupos sigue escribiendo obras.

Este hombre casado con una maestra de discapacitados, padre de cuatro hijos y con una buena imagen pública, ha comenzado a trabajar por su reelección como intendente de Mar del Plata, ya que como extranjero no puede aspirar a otro cargo electivo.

Si antes terminaba sus actos de campaña contando fábulas, ahora tendrá que mostrar los resultados de tres años de gestión. Y aunque Blas Aprile, más conocido como Elio o El Tano, tome decisiones que afectan cada verano a millones de argentinos, serán sólo los marplatenses quienes decidan su suerte.

Tal vez tengan en cuenta, a la hora de votar, que para bien o para mal él ha sido quien definitivamente le cambió la cara a Mar del Plata.







Fuente: "El poeta que le puso más arena a la playa" en Diario La Nación de su edición del 11 de enero de 1999.


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