La defensa de la Constitución y la Ley Sáenz Peña
La tarea a nuestra reorganización partidaria deberá ser,
consecuentemente la defensa de la Constitución y de la Ley Sáenz Peña. Ningún
otro problema deberá serle antepuesto. Los radicales, como partido político de
significación íntimamente popular, no puede admitir que un gobierno de hecho
reforme las bases de nuestra nacionalidad y modifique esas condiciones
electorales donde el pueblo humilde y trabajador funda su pacifica esperanza de
bienestar y liberación.
Por eso, señores no es posible que lo traicionemos en estos
momentos para mantener una división que en muchos casos, obedeció a circunstancias
ya desaparecidas, y en otros a disidencias domesticas que no afectan su
naturaleza política, ni su índole sociológica. Y quien en hora de tanta
solemnidad haga primar sus resentimientos o ambiciones particulares, para
resistir a nuestra generosa invitación unificadora, desde ya, con voz popular califiquémoslo
de traidores.
Reforma Constitucional Necesaria
No se infiera de esta postura nuestra conformidad con la ley
fundamental. No. Creemos necesaria su reforma; no se precisamente si en los
temas que ha sugerido el pensamiento del Gobierno Provisional, desde que nada
ha concretado, pero afirmamos que no es este el momento propicio. Esta será tal
vez de un gobierno legal y democráticamente organizado.
Para la reforma constitucional nuestro programa deberá
considerar los caracteres evolucionados de nuestra sociedad.
Las nuevas condiciones de la vida social han engendrado
formas que tienden a corregir no siempre eficazmente las deficiencias de un
Estado concebido bajo la exaltación del individualismo económico. Es necesario
pues, modernizar la concepción del Estado, adaptarlo a esas existencias; darle
funciones que promuevan la solidaridad social y que, como reguladora de los
intereses colectivos, ejercite una justicia distributiva, más humana y leal que
la emergente de la libre concurrencia individual. Los derechos que ella
consagre deberán tener caracteres de funcionalidad.
Nuestra Constitución deber perder, por tanto, ese espíritu económico
que la fundamenta y dentro del cual se amparen eficazmente los privilegios que
la nueva edad quiere desterrar. Y es para plasmar en ella ese espíritu los
radicales debemos en momentos de normalidad institucional producir esa modificación.
Tierra
Cualquier empeño en suprimir los privilegios, será esfuerzo
inútil mientras no se produzca la democratización de la tierra y la protección
del trabajo contra la avaricia de los intermediarios, interviniendo el Estado
en el comercio de frutos.
Economía e Impuestos, Petróleo y Política Obrera
Propiciando la democratización económica e industrial,
mediante una legislación amparadora contra los "trusts" y el
"dumping". La aspiración de que sea de función social a los recursos
fiscales, ya sea estimulando la producción o propendiendo a la nivelación
económica de las clases. La orientación nacionalista de nuestra política
internacional y petrolera, el concepto social que destaca la Reforma
Universitaria y la defensa de la tierra publica, son principios todos de noble
inspiración que se hallan encarnados en el pueblo que interpretan una intima
conciencia nacional. La aspiración de que sea observado en la amplitud de sus
temas, con alto espíritu de justicia social y reconocimiento de todas las forma
que tiendan a asegurar su dignidad de hombres y sus condiciones mínimas de
bienestar.
En el Teatro Real de Rosario, se efectúa el primer acto público de la UCR, después del golpe de estado, La Juventud Radical se organiza y echa las bases de la reorganizacion de la UCR, hablan Ernesto Laclau (Foto), Nicolás Romano, J Viale Abalos, Emir Mercader y representantes de varias provincia. |
Fuente: "Nuestro programa tendrá más conceptos que ideas" del dirigente juvenil Ernesto Laclau en el Teatro Real de Rosario, 8 de noviembre de 1930. En El Radicalismo "Ensayo sobre su Historia y Doctrina" de Gabriel del Mazo, 1984. Y Diario "Santa Fe" Lunes 10 de Noviembre de 1930.
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