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miércoles, 18 de abril de 2018

Juventud Radical: "La Posición frente al Colonialismo" Carta a J.J. Hernández Arregui (septiembre de 1970)


LA POSICIÓN DE LA JUVENTUD RADICAL FRENTE AL COLONIALISMO

Buenos Aires, septiembre de 1970


Estimado doctor Hernández Arregui:

Sus actos y sus obras son un factor fundamental en el esclarecimiento de las mentes argentinas colonizadas. En este duro y prodigioso alumbramiento histórico en el que descubrimos, al fin, nuestra personalidad individual y colectiva, hemos despertado como hombres y soldados de la Argentina avasallada, dentro de la Patria Grande iberoamericana y de este Tercer Mundo inédito que hoy marca, ya, una presencia definitiva en el mapa universal, sacudiendo siglos de sometimiento y humillación.

El respeto y admiración personal y política que usted se ha granjeado por ello entre nosotros, motiva estas líneas, como expresión de la actitud de un sector de la juventud radical que desde sus orígenes se enfrentó constantemente con el cipayaje entronizado en los cuadros de una UCR que terminó traicionando sus raíces históricas y, hoy, culmina en un difícil pero no estéril proceso en nosotros los jóvenes, de avance hacia una concepción nacional y revolucionaria.

De estas actitudes-doctor Hernández Arregui-, su influencia ha sido un factor determinante.

Toda nuestra experiencia en el radicalismo se resume en la definición de una línea nacional, popular y antiimperialista.

Rescatando los contenidos históricos del yrigoyenismo y de la intransigencia, cuya expresión superior fue FORJA, se elaboró en nuestra militancia una concepción revolucionaria nacida bajo las limitaciones naturales de una estructura perimida.
Muy pronto advertimos la estrechez del horizonte histórico del partido que alguna vez fuera aceptado por las mayorías nativas como la expresión de la Causa Nacional contra el Régimen.

Es que no en vano la irrupción de la clase obrera como tal en al política nacional bajo el signo del 17 de octubre de 1945, había deteriorado y quebrado definitivamente el esquema jurídico-político del liberalismo. . Esquema al cual ya pertenecía el radicalismo desde el levantamiento de la abstención en 1935, con el copamiento alvearista de la conducción partidaria. Esta circunstancia la advertiríamos en nuestra práctica y en el desarrollo del nivel de conciencia individual y colectivo, que se da en nuestro país en general y en cada uno de nosotros en particular, a partir de la recolonización iniciada en 1955 por la contrarrevolución en marcha. Es decir, en la última y mas rica etapa de la formación de la conciencia nacional de los argentinos. Así surgimos a una nueva y vasta realidad que se daba en nuestra patria a partir de la caída del peronismo y de las frustraciones liberales para construir una democracia sin el pueblo. Y fue justamente la incomprensión de este proceso por parte de la UCRP como consecuencia de las limitaciones de clase y el consiguiente aferrarse a formas caducadas, lo que nos diferencio con claridad de ella en su con- junto y de su significado real en la sociedad argentina, como importante masa de maniobras dentro del juego que el sistema elaboró para escamotear al pueblo su poder político

Las contradicciones habrían de acentuarse durante el gobierno de Illia que, huérfano de apoyo popular y despreciado por la oligarquía, fue la expresión de la incapacidad de los sectores medios para encarar una salida autónoma en un país dependiente. Así, nuestra conciencia liberada fue cada vez más antagónica con la realidad que nos demostraba hasta qué punto se insertaba el radicalismo en el sistema.

Nuestras reiteradas actitudes críticas hicieron eclosión definitiva en mayo de 1965 en ocasión de la invasión imperialista a Santo Domingo. Entonces nos mantuvimos junto al pueblo, y desde la tribuna levantada en Plaza Congreso, nuestro orador Carlos Suárez denunció la traición a la postura yrigoyenista por parte del canciller Zavala Ortiz, quien rematando su definitiva colonización mental habría de abrazarse más tarde en Saigón con el títere Cao Ky. El movimiento de la Juventud Radical surgió entonces como expresión de un sector del radicalismo que rescataba sus esencias nacionales ligándolas históricamente a las luchas actuales del pueblo, que se expresaban en la clase obrera peronista. En setiembre de 1965 el "primer encuentro nacional de la Juventud Radical" que concitó numerosas representaciones del interior y Buenos Aires decía:

"la opción peronismo-antiperonismo en la que insiste el gobierno es la pieza clave del juego oligárquico que tiende a acentuar el divorcio entre las capas medias y otros sectores de la población y la clase obrera" (...) "Pueblo y anti-pueblo, patria o colonia, independencia o vasallaje, son los ejes reales de la lucha popular y el radicalismo debe insertarse en ella positivamente o sucumbirá."

Los hechos hablarían más tarde, y en su elocuencia habrían de demostrar cómo la incomprensión de esta disyuntiva abrió el camino al recrudecimiento de la recolonización económica y la represión popular a través de la dictadura de los monopolios. Frente a esta nueva circunstancia, carta desesperada del sistema, señalábamos en julio de 1966 “… la acción no pasa por oponer a la dictadura pro-imperialista como la que impera hoy en el país el retorno al formalismo institucional del liberalismo (...) La lucha ha de estar dirigida a vertebrar definitivamente el movimiento nacional que reconquiste el poder para el pueblo. En una permanente labor orientada en tal objetivo, la acción común con los sectores nacionales que desarrollamos constantemente nos llevo a un dialogo con el General Perón en Madrid, a quien valoramos en su importancia histórica como símbolo que sintetiza las aspiraciones colectivas del pueblo y como conductor y bandera de unidad de la clase obrera.

En "Colonialismo o liberación" documento conjunto con la Juventud Peronista dado en 1967 se afirmaba:

"Durante este siglo dos grandes movimientos populares, Radicalismo Yrigoyenista y Movimiento Peronista, enfrentaron el contubernio oligárquico-imperialista; cada uno de ellos es prueba palpable del avance histórico del espíritu de la tierra y de los "métodos" de que se ha valido su enemigo para reconquistar un poder que pertenece al pueblo. De allí es que a los que hoy como ayer quieren negociar el futuro y la grandeza argentinos pretextando hipotéticas salidas institucionales, les decimos que la Revolución Nacional y Social exigida por el país no tiene cabida en un aparato jurídico-político construido precisamente para impedir esa solución".

El surgimiento de la CGT de los Argentinos obraría como un verdadero polo de confluencia popular. Convertida en eje central de la lucha contra la dictadura en una perspectiva nacional y revolucionaria, formamos parte de sus filas. Había llegado para nosotros, como para vastos sectores de la juventud, desde distintos ángulos y procedencias, el momento de encuadrar nuestra militancia concreta en el movimiento mayoritario, que aun en sus contradicciones es la expresión vital y vigente de la liberación de todos los argentinos.

Saludamos a usted con profundo afecto.

Carlos Suárez; Guillermo Tello Rosas; Arturo C. Goldstraj; Mario Battiti; Jorge Vargas; Carlos Arballo.




El Presidente Illia recibe a una delegación de la Juventud Radical del Pueblo, entre ellos se encuentra el Presidente de la agrupacion, Sr. Guillermo Tello Rosas.










Fuente: “La Posición de la Juventud Radical frente al Colonialismo”, septiembre de 1970 en Hernández Arregui, Juan José, La Formación de la Conciencia Nacional, 2da. Edición, Buenos Aires, Plus Ultra, pp. 545-547, 1973.

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