Como hombres jóvenes del radicalismo pertenecemos a una generación
sacrificada, cuyo aporte creador obstruyeron el fraude, por una parte, y por la
otra la formación de capitales políticos, tantas voces al margen de reglas éticas
y cívicas, y el entrelazamiento de intereses que bloquearon los mecanismos de renovación.
Así se vio el sorprendente espectáculo de una joven nación con vida pública
privada de juventud.
Compartimos con nuestro pueblo la reflexiva determinación de
iniciar una nueva etapa de nuestra historia civil.
Ansiamos una legalidad de fondo con instituciones democráticas
vitalidades por un renovado espíritu cívico, resguardado de deformaciones por
la previsión de los resortes necesarios para evitar la reedición de las fallas
que subalternanizan la acción política.
No basta garantizar el sufragio en el instante de colocarlo
en la urna. En ese instante, el ciudadano no se elige: se limita a escoger
entre una nomina y otra nomina. Habrá que garantizarlo antes y después, en el
seno de las agrupaciones que canalizan las corrientes populares que pueden
presionar en la conciencia de cada ciudadano. Aspiramos a una reorganización
general de la política argentina. El radicalismo no puede permanecer insensible
al reclamo de la opinión nacional que exige la dignificación y el
enaltecimiento de nuestra democracia. Formulamos una apelación al patriotismo
de sus conductores para que tracen con sus actos el rumbo a que aspira el país.
Presidente: Moisés Lebensohn
Secretario: Juan Carlos Pugliese
Fuente: Declaración de la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires ante los sucesos del 4 de junio de 1943.
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