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jueves, 5 de agosto de 2021

Fernando de la Rúa: "Discurso de jura de la Constitución de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires" (10 de octubre de 1996)

Señora presidenta de la Asamblea Constituyente, señores constituyentes, señor representante del Poder Ejecutivo, vicepresidente de la Nación doctor Carlos Federico Ruckauf... (aplausos)... señor presidente del Concejo Deliberante, señor Vicejefe de Gobierno, autoridades militares, policiales, eclesiásticas y diplomáticas, señoras y señores: la Constitución es la base del orden jurídico de la Nación y de la ciudad. Cultivar la mística de la ley es la fuerza de la democracia y de la vida republicana.

Hoy hemos jurado la Constitución que se acaba de sancionar como Estatuto Organizativo de la Ciudad de Buenos Aires. Le debemos acatamiento y la instrumentación de las instituciones que ella prevé en orden al control, la participación, el equilibrio de los poderes y la vigencia de los derechos. Es preciso difundir su texto, de forma tal que la ciudadanía lo conozca y lo comprenda.

Como no podía ser de otro modo, en la Ciudad de Buenos Aires la obra constituyente no podía ser indiferente ni silenciosa. El intenso trabajo de los constituyentes se desenvolvió en el marco de discusiones, debates y hasta polémicas. Cuando al final, el resumen del texto brinda el fruto del trabajo realizado, encontramos el equilibrio institucional y la calidad de la obra cumplida.

Por mi parte, y aunque sin gravitar, también me permití dar opiniones que en algunos casos resultaron contrapuestas o conflictivas y en otros coincidentes.

Como dijera la señora presidenta debo señalar que al cabo de la obra realizada encontramos un amplio campo de coincidencias; hallamos equilibrio, sensatez y prudencia republicanas en la redacción del texto constitucional. (Aplausos.)

Al asumir como Jefe de Gobierno pedí que se pusiera especial énfasis en cuanto al control republicano del gobierno, y en efecto se han previsto importantes instituciones para tal fin. Son amplios los mecanismos que al respecto la Constitución establece: la Sindicatura General, la Auditoría General, el Defensor del Pueblo, además de las facultades propias de las Legislatura.

También son amplios los mecanismos de participación popular imprescindibles para que la autonomía sea vivida de manera protagónica por el pueblo de la ciudad, que no se sienta marginado ni a espaldas del gobierno, sino que pueda intervenir con su opinión, su decisión y su verdadera participación.

Se ha creado un número importante de organismos, la mayoría de ellos de carácter honorario, como corresponde a la colaboración solidaria que reclamamos y que debe brindarse para asegurar mejores decisiones en los más diversos campos vinculados con la niñez, la juventud, la mujer, los jubilados, los usuarios de servicios públicos, los consumidores.

La propia descentralización es una herramienta formidable para la participación que acerca el gobierno a los vecinos.

Y se han denunciado derechos fundamentales e importantes, buscando algunas fórmulas innovadoras.

En este sentido, en el orden jurídico en que desenvolvemos la vida autónoma de la Ciudad de Buenos Aires, lo que conforma a la unidad de la Nación es la Constitución Nacional, y en ella se enmarca la Constitución de la Ciudad.

Buenos Aires tiene una Constitución que marca un hito de progreso en el camino de la autonomía, y esta constitución está en el marco superior de la Constitución Nacional, porque en Buenos Aires no somos ni queremos ser una sociedad distinta a la de los otros pueblos del país, sino la misma sociedad nacional que aquí, en Buenos Aires, ejerce sus derechos propios para su realización en el marco de la autonomía. (Aplausos.)

Comprendo la responsabilidad que significa para el Jefe de Gobierno de la Ciudad a partir de ahora el desempeño de sus funciones hasta la elección de la próxima Legislatura. Está el Concejo Deliberante para las cuestiones municipales de la ley orgánica, porque la Constitución prevé también su continuación. Ya no estará en funciones, a partir de hoy, la Asamblea Constituyente.

Me comprometo a ejercer esta responsabilidad con el equilibrio, el respeto a las diversas opiniones, la sumisión absoluta a la legalidad, la ecuanimidad que se debe poner en los actos de gobierno y la transparencia absoluta en la gestión. (Aplausos.)

Me comprometo al ejercicio de mis funciones con el más absoluto respeto a la Constitución Nacional, a los tratados internacionales, a las leyes de la Nación y a la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.

Me comprometo a ejercer la difícil responsabilidad de integrar la Comisión del Poder Judicial oyendo la opinión de todos, para que haya una justicia que sea garantía de los derechos de todos y a este fin escuchar opiniones y procurar el necesario consenso.

Me comprometo a trabajar con los vecinos, con la gente, e iniciar el proceso de descentralización que tendrá su plenitud en el año 2001, de acuerdo con lo que prevé la Constitución, pero que debe empezar ya mismo, para resolver los graves problemas de la Ciudad.

En esta primera etapa constituiremos las delegaciones del gobierno de la ciudad, que serán la base para que en el plazo fijado por la Constitución se proceda a la elección de las juntas electivas que ejercerán el gobierno de las comunas dispuestas por la Constitución.

El nuestro es un proceso en marcha. El de la autonomía es un camino que hoy vive un hito fundamental e histórico con la jura de la Constitución, pero que debe continuar y avanzar. Aquí no hay conflictos abiertos, ni deben crearse conflictos artificiales. (Aplausos.) La Constitución sancionada no es un acto de rebelión, sino de reafirmación, porque está en el marco jurídico de la Constitución Nacional y porque en su mismo texto expresa que las reivindicaciones que se enuncian se realizarán cuando se obtenga la reforma de las leyes nacionales que hasta hoy están frenando la autonomía... (aplausos)..., la autonomía que la Ciudad quiere alcanzar, una autonomía plena, con justicia y poder de policía, con acceso al puerto, con facultades no recortadas, una autonomía sin conflictos en la que haya un sentido de afirmación de principios por cuya consecución todos debemos luchar desde el marco de respeto a la ley, en la capacidad de convencimiento, en el esfuerzo para alcanzar la autonomía plena que surge de la Constitución Nacional y a la que la Ciudad tiene derecho.

Siempre he dicho que entre las distintas áreas del Estado debe haber primero relaciones de cooperación antes que vínculos de conflicto porque se trata de construir el Estado sobre bases sólidas para resolver los problemas de la gente. Los conflictos estériles demoran las soluciones que la gente precisa.

Hoy tenemos un instrumento jurídico. Pueden existir diferencias de opinión sobre cómo se tomaron ciertas resoluciones o por qué se adoptaron otras. Pero una vez sancionado el texto, es necesario brindarle acatamiento. Como decía Fray Mamerto Esquiú cuando se sancionó la Constitución de 1853, necesaria para la unión nacional: obedeced, señores; sin sumisión no hay ley.

Una vez dictada la ley debemos seguir el camino que ella marca, máxime que aquí tenemos el amplio marco jurídico de la Constitución de la Ciudad y de la Constitución Nacional. Debemos preservarlas porque constituyen el fundamento de la mística de la legalidad en que debe vivir nuestra comunidad para que nunca la vida democrática y republicana sea subvertida y para alejar de nuestra escena la violencia de la prepotencia o la falta de honestidad... (Aplausos.)

Por eso este Jefe de Gobierno, que asumió en la transición a partir del 6 de agosto pasado por decisión de la misma Asamblea Constituyente, hoy sabe y siente con alegría que la Ciudad cuenta con el instrumento jurídico fundamental que es su Constitución.

Empezaremos de inmediato a preparar los textos legales que desarrollen la institucionalización en marcha y a sancionar aquellos de la forma que nos habilita la Constitución, que es por decreto de necesidad y urgencia.

En efecto, el 6 de agosto la Asamblea Constituyente me autorizó a dictar decretos de necesidad y urgencia. quiero decirles que he usado de esa facultad una sola vez... (aplausos)... para dejar sin efecto la afectación de la traza de una calle considerada innecesaria. Esa traza estaba provocando demandas y embargos sobre la Ciudad por algo que no se justificaba. Este Jefe de Gobierno no quiere usar decretos de necesidad y urgencia sino que quiere tener una Legislatura que sancione las leyes de la ciudad. (Aplausos.)

Este gobierno quiere actuar con el ejemplo democrático intensamente vivido. Las instituciones no son solo aspectos formales que deben cumplirse en apariencia sino normas que trasuntan modos de conducta y que tienen un espíritu que debe interpretarse realmente para actuar con ejemplaridad republicana. Así seguiremos trabajando hasta que la Legislatura elegida por el pueblo asuma sus funciones y el pleno orden institucional de la Ciudad muestre la marcha del conjunto de las instituciones republicanas.

Este es un momento histórico para Buenos Aires. Y en este momento debemos recordar a los pueblos del interior de la República y decirles que Buenos Aires ha dictado su Constitución pero esto no significa que se aísla sino al contrario: que se integra.

Buenos Aires se siente parte de toda la Nación unida fraternalmente a los pueblos del interior que siguen sintiendo a Buenos Aires como propia. Sí, esta es también la Ciudad de todos los argentinos, y los que vivimos en ella tenemos la responsabilidad de gobernarla de manera ejemplar, de modo que se exhiba ante la faz de la República como un modelo de vida republicana y democrática, de respeto a los derechos, de transparencia en la gestión y de realización del progreso que todos esperamos.

Por eso, que llegue el saludo cordial a todas las provincias argentinas. Buenos Aires se integra a la unión fraternal con todos los pueblos de la Patria en este proceso de autonomía que está en marcha.

Seguiremos trabajando en ese camino con la responsabilidad de ser capital de la República, sede de los poderes de la Nación, con los que no buscamos conflictos y no deseamos que busquen conflictos innecesarios. (Aplausos.)

Esperamos que cada uno en el ámbito de sus funciones resuelva con responsabilidad y cooperación los problemas de la gente, que todos sabemos que son muchos. Cada uno debe trabajar con ahínco, con fe y con fuerza para dar respuesta a las demandas ciudadanas que reclaman solidaridad frente a la pobreza, un planeamiento urbano respetuoso y armónico de los derechos y los deberes de cada uno, una administración transparente, donde las cuentas públicas estén a la vista de todos y se defienda el interés del conjunto, dado que se trata de los recursos de toda la sociedad.

Ese espíritu está claramente expresado en esta Constitución según la cual el poder no es de uno solo –nadie puede tener semejante presuntuosidad– sino del pueblo. Y para que sea realmente del pueblo se organiza un sistema equilibrado de reparto institucional donde la coexistencia del Poder Ejecutivo junto con el Legislativo y el Judicial asegure el equilibrio republicano, la libertad y el desarrollo adecuado de las instituciones. (Aplausos.)

Saludo la obra constitucional que ha cumplido la Asamblea Constituyente. Han trabajado con esfuerzo. Nos han dado algunos sustos. Temí en su momento que se creara un exceso de instituciones costosas que el presupuesto actual de la Ciudad no podría afrontar por las deudas que arrastra. Pero ha prevalecido el equilibrio y se ha morigerado el número de instituciones –muchas de las cuales son honorarias–, creando aquellas necesarias para la participación.

Tengo gran respeto por el trabajo realizado por la Asamblea Constituyente que hoy culmina sus funciones con este acto de juramento de la Constitución. Reitero mi saludo a la obra constitucional y en nombre de la Ciudad les agradezco el trabajo que han efectuado.

Queda una tarea por cumplir: difundir el texto para que quienes hablen de él lo hagan conociéndolo y no se lancen fantasmas sobre la escena que pongan dudas sobre su contenido. (Aplausos.)

Después de haber leído esta Constitución les digo que aquí no se priva ningún derecho. Nada va en contra de la Constitución Nacional. Se estructura un sistema republicano adecuado a las necesidades de la ciudad. Además, en el marco institucional en que debe darse la interpretación de la Constitución, todos pueden saber que la Ciudad de Buenos Aires avanza en la organización de su autonomía con un texto constitucional que debe ser respetado y acatado. Y repito que para ello es necesario difundirlo y explicarlo. Sobre la base del conocimiento de las normas viene el hábito de cumplirlas y de respetarlas. Esto contribuirá en gran medida a esa mística de la realidad que expresa en su dimensión suprema la Constitución Nacional, que es el marco protector que a todos nos abarca.

Buenos Aires sigue la marcha hacia su plena autonomía para fortalecer en ella la democracia y la República y, sobre todo, el sentido de solidaridad y de justicia que es la síntesis más expresiva de la vida de nuestra sociedad.


-Puestos de pie los señores convencionales y el público prorrumpen en aplausos prolongados.





Fuente: Discurso del señor Jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa. Vigésima Reunión - Sesión de Jura - 10 de octubre de 1996, Versión taquigráfica 20. Diario De Sesiones Convención Constituyente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Tomo III, 1996.

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