Periodista: ¿Usted es
el autor de la primera alianza de peronistas con radicales...?
Rodolfo Decker:
El entonces coronel Perón me pregunta si era capaz de organizar la personería
política del Partido Laborista en toda la República.
P.: ¿De dónde lo
conocía a Perón?
R.D.: De la
Secretaría de Trabajo. Porque yo comencé trabajando como secretario privado del
coronel Mercante en la Secretaría de Trabajo y Previsión.
P.: ¿Cómo fue el
armado de la personería del Partido Laborista?
R.D.: Yo estaba con
Mercante en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Perón estaba siempre en la
Secretaría, entonces yo hacía un poco también de secretario de Perón. Era
abogado, ya recibido, me recibí muy joven; entonces estaba con ellos y como me
ven tan trabajador, de allí sale el encargo y como ven que luché durante un mes
para lograr la personería en toda la República, cuando se arman las listas de
Perón dice Mercante: «Yo quiero que el doctor Decker vaya como diputado». Y
después también es el coronel Perón quien decide «que vaya el doctor Decker
como presidente del primer bloque de diputados».
P.: ¿Quién hizo la
relación con los radicales?
R.D.: La gente no sabe que Perón, después del 17 de octubre
se encuentra con que no tiene partido, porque lo que la gente todavía no
conoce, o no se da cuenta, como es posible, una obra épica como es preparar los
partidos en menos de dos meses y dar la batalla del 24 de febrero y triunfar.
Eso es lo que la gente no se da cuenta, y los peronistas se olvidan de exaltar
ese hecho. Perón, después del 17 de octubre, a los radicales les había ofrecido
todo, todo. De la vicepresidencia para abajo todo.
P.: Para ir como
candidato de ellos...
R.D.: Sí, él no
tenía ningún inconveniente.
P.: Después del 17 de
octubre en el gabinete de Farrell está como ministro del Interior Armando
Antille, que es radical; Juan Cooke, el padre de John William Cooke, es radical
y es canciller.
R.D.: Correcto.
Los radicales querían aceptar, pero el «Dragón verde» de Villa María, Amadeo
Sabatini, jefe del radicalismo, quería la candidatura a la Presidencia para él.
Pero no podía ser, Perón había hecho todo, los trabajadores lo seguían a él. No
lo seguían al «Dragón verde».
P.: ¿Eso qué motiva?
R.D.: Que Perón
se encuentra sin partido, pero había radicales que se habían entusiasmado con
Perón.
P.: ¿Sabatini
manejaba el partido?
R.D.: No
formalmente, pero tenía la mayor influencia. El estuvo el 19 de setiembre de
1945 encabezando la llamada Marcha de la Libertad. Sabatini era factótum en ese
entonces en la Unión Cívica Radical.
P.: Pero el
candidato de la Unión Democrática adonde termina jugando el radicalismo fue
Tamborini...
R.D.: Tamborini
había sido presidente del partido, pero no tenía el prestigio que muchos le
asignan. El hombre que realmente tenía prestigio era Sabatini. Había hecho un
muy buen gobierno en la provincia de Córdoba, y por eso se lo estimaba mucho.
Pero Perón tenía otros amigos radicales, ¿Cómo los iba a dejar afuera? Estaba
Juan Hortensio Quijano, estaban los que usted acaba de nombrar como Antille y
Cooke, en la provincia de Buenos Aires había varios. Pero también tenía otros
amigos, nacionalistas, y muchos conservadores que le gustaban por su espíritu
nacionalista, por la defensa de las cosas argentinas. Pero no iba a juntar esa
gente con los radicales, porque era gente que le había estado dando palo a los
radicales toda la vida.
P.: ¿Quiénes, por
ejemplo?
R.D.: José Luis
Visca. (Como diputado presidió la Comisión Visca que ejercía censura sobre
medios en todo el país. N. de la R.) O Héctor Cámpora, que era conservador.
Cámpora nació como candidato a diputado nacional en mi estudio de la calle
Cerrito 466, que es desde donde habló Perón una vez.
P.: ¿Cuándo?
R.D.: Cuando iba
a hablar el 10 de diciembre de 1945 sobre la 9 de Julio en un acto de réplica a
la Marcha de la Libertad habían montado el palco frente al Obelisco. Todos
querían subirse y de buenas a primeras se vino el palco abajo, cuando faltaban
pocos minutos para el acto. Pasaron entonces los micrófonos y todos los equipos
de audio al edificio de la calle Cerrito 466, justo en la esquina de Diagonal
Norte. Desde allí habla Perón. Pero mientras se estaba preparando todo en mi
oficina del tercer piso estaba el coronel Mercante, que estaba organizando las
candidaturas de legisladores de la provincia de Buenos Aires.
EN LA PROVINCIA
P.: ¿Ya con radicales
en las listas?
R.D.: Los
radicales en Buenos Aires quisieron ir con fórmula propia. Entonces Mercante
fue apoyado por los laboristas y por el Partido Independiente que hizo el
general Perón para que ahí estuvieran los conservadores y los de origen
nacionalista.
P.: La Unión Cívica
Radical no entró ahí como partido...
R.D.: La Unión
Cívica Radical entró como Unión Cívica Radical Junta Renovadora. Estaba la
gente de Forja también ahí, Quijano, Darío Alessandro, padre del actual
embajador en Cuba.
P.: ¿Quién dominada
en la coalición?
R.D.: De todas la
mayor fue el Partido Laborista. Yo fui apoderado general del Partido Laborista,
estuve en toda su creación.
P.: Se lo vincula más
a Cipriano Reyes con el Partido Laborista...
R.D.: El nació
con el Partido Laborista. El formó parte de la primera comisión del partido
donde yo era el apoderado general y él era uno de los vicepresidentes. Cipriano
Reyes era un dirigente de segunda línea en un frigorífico. El dirigente de la
carne era un comunista, José Peter, al que Perón trató de atraer, pero el tipo
no venía. Entonces tenía que levantar otra figura.
P.: Lo levanta a
Cipriano...
R.D.: Y lo
levanta a Cipriano. Para mejor en una huelga le matan un hermano a Cipriano
Reyes. Entonces Perón le manda una gran corona en nombre de la Secretaría de
Trabajo y le pide a Mercante que vaya personalmente al entierro del hermano de
Reyes.
P.: ¿En qué tipo de
radicalismo se buscaba esta alianza; quiénes eran esos radicales?
R.D.: Había de
todo. Estaba Reale en la provincia de Buenos Aires; en Córdoba, Argentino
Auchter, que fue gobernador de la provincia. Vamos a la elección y el Partido
Laborista arrasa en la provincia de Buenos Aires con los pocos votos que le
trajo el Partido Independiente. Pero al no tener el apoyo de los radicales,
como en el orden nacional lo tenía Perón, hubo minoría en el Senado en Buenos
Aires.
P.: ¿Eso qué
consecuencia tuvo?
R.D.: Al tener
minoría en el Senado de la provincia, Mercante tuvo que hacer necesariamente una
política distinta con mejor relación con la oposición. En la provincia para la
designación de los grandes funcionarios era necesario el acuerdo del Senado. Y
si Mercante hubiera hecho la misma política que Perón en el orden provincial,
no hubiera hecho un buen gobierno. No hubiera tenido los funcionarios que
necesitaba. Habría estado peleándose constantemente.
P.: O sea que le
convino tener un Senado en minoría a Mercante...
R.D.: No digo que le haya convenido. Pero tuvo que cambiar
la política de Perón. Tuvo que ser más diplomático. Perón en el resto del país
tenía más de dos tercios, como lo demostramos en el juicio contra la Corte
Suprema de Justicia de la Nación. Al tener más de dos tercios se imponía. Para
peor, los radicales, los famosos 44 radicales, creo que tuvieron un gran error.
Porque más que como argentinos pensaron como radicales. Porque si hubieran
pensado más como argentinos que como radicales, no podía ser que rechazasen
todos los proyectos del oficialismo.
PROYECTOS MODIFICADOS
P.: Pero esa minoría
no incidía en nada, y era perseguida...
R.D.: Me perdona. Fíjese que muchos proyectos se modificaron
para tener un poco el visto bueno, para no ser tan inflexibles. Las políticas
de Estado hay que llevarlas consultando también a la oposición.
P.: ¿Qué no pudo
hacer Perón en su primer mandato?
R.D.: Perdimos
mucho tiempo en debates estériles. El debate de la Corte Suprema duró tres días
y dos noches, seguidos, sí seguidos. Yo que era el presidente del bloque tenía
que cuidar de no perder los dos tercios, porque los radicales en cuanto yo
perdiera los dos tercios presentaban una moción de orden, se iba a la votación
y el juicio se caía. Yo los hacía dormir a los diputados en el Salón de los
Pasos Perdidos para que no se me fueran. Me pasé tres días sin dormir.
P.: ¿Usted ve raro
este acuerdo de ahora de algunos radicales con el peronismo de hoy, a la luz de
aquella experiencia?
R.D.: Aquella
experiencia fue para hacer un partido que apoyara, es decir no una unión
accidental, sino una unión permanente. Y la pauta da que cuando algunos
dirigentes de la comisión del Partido Laborista empiezan a decir que el
movimiento había superado al hombre, Perón dispone que se disuelva cada uno de
los partidos y se forma el Partido Unico de la Revolución Nacional, del cual yo
fui secretario general.
P.: ¿Eso cuándo se
crea?
R.D.: Esto se
crea aproximadamente a fines del 46 y después se crea el Partido Peronista. El
Partido Unico de la Revolución Nacional se transforma en Partido Peronista.
P.: ¿Peronista o
Justicialista?
R.D.: Peronista,
y después Justicialista, después de la revolución de 1955.
.
Fuente: “Cómo armó Perón en 1946 la ''concertación'' con
radicales” entrevista al ex Diputado Peronista, Dr. Rodolfo Decker en Diario Ámbito Financiero,
5 de junio de 2006.
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