¿ESTUPOR,
CATALEPSIA...?
Delegaciones de la
Capital y de siete provincias rebautizaron a la agrupación, que gravito durante
largo tiempo en la vida política. En documento publico acaban de explicar el
interregno silencioso en que vivió el partido: "durante los días de la
dictadura se mantuvo en estupor. (Quienes pudieron considerar insólita la inclusión
esta ultima palabra, han refrescado su memoria: "Disminución o suspensión
de la actividad mental, causada generalmente, por una impresión rotunda".
Y también, en sentido figurado: “asombro”, “pasmo”…)
AYER,
HOY Y MAÑANA
El manifiesto expone ideas que inspiraron la acción
partidaria afirman sus firmantes— durante más de un cuarto de siglo:
Impersonalismo, solidaridad, concordia. Se dió con ello —añaden— que pueden ser
las bases de la unidad nacional". Y en rauda revisión del pasado se
enjuician a sí mismos de este modo: de su seno surgieron gobiernos y hombres
cuya obra "enaltece la historia de la Nación". La relación prosigue:
no quisieron actuar durante el régimen depuesto "ya que la vida
democrática era una ficción grosera". Tampoco querían diversificar las
fuerzas de la oposición. Enseguida, un enfoque del presente y el futuro
inmediato: "El problema más urgente de esta hora consiste en restaurar las
instituciones federales".
"EL
QUE PEGA PRIMERO... "
Federalismo amplio, integral, es leit-motiv de estos
momentos en Los Antipersonalistas, que lo proclaman como lema,
recuerdan que lo hicieron hace ya cinco meses. A fines de noviembre del 54, el
ex diputado Pita propugnó en Rosario que el impersonalismo (así prefieren
denominarse en la expresión corriente) volviera a actuar, con la bandera del
federalismo. Expuso luego su creencia; el falseamiento de las instituciones federales
“generó los males que acaba de soportar la ciudadanía”.
Esos y otros conceptos, incluidos en el manifiesto, dan
sello propio al programa trazado, como expresiones de un afán federalista;
descentralización de puertos y de bancos; percepción por cada Estado de los
impuestos al consumo; mas adecuada aplicación impositiva en toda la Republica;
supresión de policías nacionales en provincias, derecho de cada Estado Federal
al dominio de la riqueza del subsuelo y prohibición de entregar a capitales
extranjeros. Y esta exigencia previa; que una convención reforme la Carta
Magna, fijando cláusulas para lograr la real vigencia del federalismo. La
descentralización política, económica y administrativa de la Nación, en suma.
LA
PUESTA EN MARCHA
Para llevar adelante esas ideas vuelven, pues, a la liza. Se
han producidos cambios. Hay un Consejo Federal al frente. (Se estima una
“trouvaille” el nombre, acorde con las consignas programáticas.) Es titular
Alejandro Gancedo, santiagueño, que fue dos veces diputado nacional. En la vice
primera, Carlos A. Pita, rosarino de origen, que fue también vice primero de la
Cámara baja, en una mesa mixta de la Concordancia. En otros cargos, Santiago
Rocca, metropolitano (cuya casa solariega, Córdoba 2459, es virtualmente ahora
la “Casa del Partido”); Luis F. Melo, hijo del extinto Leopoldo Melo; Rodolfo
Arnedo y Pedro Ricci, santiagueños también, y otras figuras provincianas.
¿Distritos bases? La metrópoli, Santa Fe, Mendoza, Santiago
del Estero, Corrientes, Catamarca, La Rioja. Se aspira a reconstruir los
cuadros en los otros Estados. “Una confederación de fuerzas provinciales se
pone de pie”, han declarado sus autoridades.
El flamante comando ha exhortado a “viejos luchadores” y a
los jóvenes para unirse a sus filas.
Confían en ellos: también en el aporte
femenino. Se ha creado una “tribuna libre”, de la cual participan jóvenes no
afiliados, pero en la línea de las ideas fundamentales del partido. También confían
en dos distritos que fueron su “columna fuerte”, Santa Fe y Santiago del
Estero. En ambas “fueron gobierno” largos años. En la provincia del Litoral,
con Mosca (entonces antipersonalista), Aldao, “Manucho” Iriondo y Argonz,
depuesto por el “4 de Junio”. En el distrito mediterráneo, con mayor predominio
todavía, desde el año 1930 se sucedieron en el poder Castro, Montenegro, Cáceres.
Desalojado este ultimo el 43 por la revolución triunfante.
¿VOLVERÁN
TODOS?...
¿Quiénes regresaran al seno partidario? El optimismo dicta
la repuesta: Muchos…
¿También aquellos sobre quienes pesan, como un lastre,
viejas censuras de violencia y fraude en los comicios? Algunas exclusiones se
han registrado va por voluntad propia. En Santa Fe, un viejo dirigente,
Mauricio Questa, verbigracia, acaba de enrolarse en la derecha. Se aguarda que
vuelvan, como hijos pródigos…
De todos modos, en las esferas del actual comando ya se
perfila este criterio: después del año 30 fue conveniente la coalición con las
fuerzas conservadoras: era vía –sostienen- de conciliación, de paz y de orden
constructivo. Ahora el partido está más cerca de los radicales “centristas” (léase
los unionistas…) que de la derecha. ¿Hay perspectivas, pues de alguna unión o
entente de ambas fuerzas? Nadie lo afirma, ni lo niega tampoco, en las filas
antipersonalistas.
Mientras tanto se habla –eso sí, sotto voce- de figuras de
fuste en el partido que pueden calificarse de hombres-claves o de reserva para
posibles contingencias próximas. Algunos intentan un travieso descarte:
–Ricardo
Caballero, que integró la primera fórmula radical que triunfó en el país, en el
año 1912, ¿Qué papel puede jugar en esta nueva etapa?
–Estará con nosotros. Aunque, a su edad, acaso predomine en
su voluntad cierto sentido místico…
– ¿Y
José Urbano Aguirre, que fue también diputado por Santa Fe e intendente famoso
de la capital de esa provincia?
–Ya esta reincorporado. Pueden pesar bastante su talento, su
experiencia y su convicción federalista…
–También
se habla de Diógenes Taboada, el ex ministro del Interior del Presidente Ortiz,
¿vuelve al partido… o acaso lo aguarda ya alguna función pública eminente?
–Está retirado de la acción política, pero… Es muy amigo del
presidente provisional. Y es democrático de viejo cuño… Ergo: todo puede
esperarse. Que se mantenga en “cuarteles de invierno”… o que el
antipersonalismo encuentre en el doctor Taboada un puntal vigoroso en el
regreso de su antiguo partido al escenario cívico.

Fuente: “Los antipersonalistas: intentan salir de su larga
modorra” en Revista Qué sucedió en siete días, Año II, N°78, 11 de abril de
1956.
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