En efecto, expresó, habiéndose formado un conglomerado
dispuesto a apoyar una formula compuesta exclusivamente por elementos del
radicalismo yrigoyenista, el lencinismo no puede sino ir contra ella por
representar el continuismo de una acción que mereció en 1930 el repudio del
pueblo y el ejército en una revolución de eminente cariz democrático. Hizo una
breve enumeración de los hechos más salientes y sus consecuencias, consumados
por el yrigoyenismo en todo el país. Las intervenciones de San Juan y Mendoza,
la prostitución de la justicia argentina, los fraudes electorales, los
vergonzosos negociados y el allanamiento de las autonomías provinciales, a mas
de otros conocidos, son suficientes para que el lencinismo impusiese un
interdicto a la mencionada formula. Ese interdicto se mantiene firmemente, máxima
cuando el ultimo párrafo del orador fue subrayado con una gran ovación; y es
que en el se mencionó la masacre de obreros en los territorios nacionales por
la gendarmería yrigoyenista y el asesinato alevoso del fue “alma mater” de la
agrupación que actuaba en la convención por intermedio de un caracterizado
miembro de la misma; el doctor Carlos Washington Lencinas. Esa es la causa de índole
moral. Las otras dos vinculadas estrechamente es la social y la política como
hemos dicho. Social porque el coronel Perón, desde la Secretaria de Trabajo y Previsión,
y por las promesas vertidas en sus conferencias publicas, demuestra ser un
continuador de la obra iniciada en Mendoza hace 40 años por el ex gobernador
Dr. José Néstor Lencinas y proseguida por su primogénito, también ex
gobernador. El radicalismo lencinista comprendió que debía unir sus esfuerzos
al del nuevo paladín popular para que tanto en el orden nacional como en el
provincial, la gran masa que vive casi huérfana de la protección del Estado
obtuviese los beneficios morales y materiales a que tiene derecho. Si, lo
obtuviese en el orden nacional y lo recuperase en el provincial, puesto que
Mendoza fue la única provincia donde se inició la sanción de leyes que
afectaban y afectan exclusivamente a las abejas laboriosas de la colectividad.
Y en cuanto a la razón política, ligada estrecha e íntimamente a la social, no podía
el radicalismo lencinista entrar en combinación alguna ni siquiera parlamentar con
quienes robaron a millares libretas de enrolamiento, se secuestraron a los
dirigentes de la oposición con falsos procesos, deportaron a muchos de ellos y
hasta los asesinaron. No podía hacerlo porque el radicalismo yrigoyenista, llámese
Comité Nacional o Junta Reorganizadora es ese partido que así desconoció los
imperativos de la Constitución y las leyes, convirtiendo al país en algo
imposible de narrar serenamente. Y en lo que concierne a otro, el Demócrata
Nacional, una revolución arrasó con él por los reiterados actos de delincuencia
colectiva entre los que se destacaron los repetidos fraudes electorales, los
asesinatos políticos, los descomunales “affaires” y los más repugnantes hechos
de una justicia que sustituyó la toga por la librea.
Estas razones llevó al radicalismo lencinista a apoyar la
candidatura del coronel Perón. Y la sigue apoyando. No hemos hecho pacto
comercial con el mismo.
Con generosidad criolla, con espontaneidad, le hemos
ofrecido nuestros electores. Mantenemos firme nuestra decisión. Y en las
asambleas publicas, abarrotadas de obreros, lo gritaremos a pulmón abierto.
No ofrecemos votos, que es decir nuestra progenitura, por el
bíblico plato de lentejas…
"No hay operación comercial. Si, solo una coincidencia de sentimientos sociales y repugnancia politica" |
Fuente: “Porque apoya el Radicalismo Lencinista la
candidatura del Cnel. Juan Domingo Perón” en Diario La Palabra Año XXIX, N°
10021, del 12 de febrero de 1946.
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