En el párrafo final asegura que: "La síntesis de la resolución de esta contradicción, será lograda
con el triunfo de las fuerzas populares, la destrucción de la oligarquía y del
imperialismo como clases sociales actuantes en el país y la realización de una Revolución
de Liberation Nacional que rompa los lazos de la dependencia y comience la construcción
de un sistema económico independiente, integrado y autosuficiente sobre el que
se asiente una sociedad justa, libre e igualitaria, como primer paso hacia la construcción
de la sociedad del futuro, sin explotadores ni explotados, sobre bases
socialistas".
Aparecen con claridad las influencias del fugaz sueno de
poder popular que vivió nuestro país con su punto mas alto en la primavera de Cámpora.
En 1983, esta suerte de Biblia de la Coordinadora reconoce
su ultima redacción, luego de diversas actualizaciones, correcciones y
refritos.
Del análisis comparativo de aquella y esta surgen innovaciones
muy peculiares.
En el mismo tramo del texto, "clases sociales" fue
reemplazado por "factores de dominación", la palabra "Revolución"
no aparece por ningún lado, ni siquiera con minúscula, y el punto final fue
colocado luego del termino "futuro", evaporándose en consecuencia
nada menos que "sin explotadores ni explotados, sobre bases
socialistas".
Es un síntoma preciso, solo uno, de lo que paso en diez años,
luego de la prolongada pesadilla fascista del invierno de Videla.
Un reflejo del retroceso de la conciencia social y de la disminución
de las demandas políticas de una sociedad mutilada y descompuesta, tal vez el
triunfo mas importante de quienes asaltaron el poder el 24 de marzo de 1976.
Como consecuencia de esto, el viraje de la Coordinadora empezó
en la revisión de su génesis, aunque no se detuvo allí. El primer paso fue el
abandono del lenguaje propio de ciertas categorías estampadas en sus sagradas
escrituras. Particularmente aquellas vinculadas al clasismo, revolucionarismo o
socialismo.
En su nacimiento político los coordinadores habían tornado
esta terminología de los materiales mas leídos en la época. El ¿Que hacer? y El
imperialismo etapa superior del capitalismo de Lenin, de la Editorial Anteo del
Partido Comunista, las obras de Mao Tse Tung que ofrecía La Rosa Blindada,
subida a los vientos de la revolución cultural proletaria de China y los
trabajos de Juan José Hernández Arregui eran parte de la literatura de
izquierda que podía saciar la sed de los jóvenes radicales en su búsqueda de un
socialismo no marxista.
Otro sería el cantar para ellos luego de la invasión soviética
a Checoslovaquia, cuando comenzaron a tomar distancia de lo que se denominaba
"Codovilismo" para recostarse sobre el pensamiento de Guillermo Estévez
Boero, actual titular del Partido Socialista Popular, de quien los coordinadores
confiesan haber recibido un fuerte ascendiente.
La ultima versión de "La contradicción
fundamental" abre el paraguas a través de una línea donde aclaran que "todo proceso social es dinámico y que
las características de la contradicción cambian". No obstante, la adecuación
del catecismo doctrinario mantiene incólume y prioritario al "conflicto
nacional", dándole un papel secundario "al enfrentamiento determinado
por la distribución del ingreso entre empresarios y trabajadores", burguesía-proletariado
para decirlo con mayor claridad.
Tampoco vario el "sentido
irreconciliable que tienen los dos términos de la contradicción,
Pueblo-Antipueblo, ya que el beneficio de uno lleva al daño de los intereses
del otro y solo se resolverá con la destrucción integral de sus polos y el
triunfo del otro".
Entre los componentes sociales del bloque del Pueblo, en
1973, la Coordinadora incluía "al empresariado argentino que no forma parte
de la cadena imperialista”, cosa que no ocurre en 1983, en lo que constituye un
certificado de defunción para ese sector también identificado como burguesía
nacional.
En su lugar hace su ingreso la "oligarquía
financiera" que amaneció bajo un sol de miseria, cuando las tablas de la ley
del monetarismo destruyeron a la industria de capitales argentinos.
La "modernizada, Contradicción Fundamental incorporó
dos párrafos para las Fuerzas Armadas y la Iglesia, ya que en el original solo
marcaban que estas corporaciones "coyunturalmente
se suman al campo del antipueblo".
Ahora, en cambio, puntualizan que las Fuerzas Armadas se han
convertido en una fuerza de ocupación de su propio territorio para posibilitar
que los personeros del imperialismo apliquen las políticas que les dictan sus
patrones desde los centros del poder
mundial" e identifica a esto con las gestiones de "Pinedo, Alsogaray, Krieger Vasena y Martínez de Hoz".
Con la Iglesia cargan menos las tintas. Rescatan las "Conferencias del Episcopado Latinoamericano
de Medellín y Puebla, a través de su doctrina social" aunque aclaran
que "la estructura formal de la
iglesia Católica Apostólica Romana de nuestro país no ha participado con énfasis
en la lucha por la democracia y la igualdad de los pueblos de nuestra America
pobre, como han hecho iglesias de países hermanos".
Con el Plan Austral como telón de fondo, es por lo menos
contradictorio tomar al pie de la letra dos de los eslabones que integran el
campo popular, según la JCN. "La
clase trabajadora, cuyos salarios son congelados o mínimamente aumentados por
la política imperialista; cuyas fuentes de trabajo son cerradas o
'racionalizadas' sin crearse otras nuevas; cuyos sindicatos son intervenidos si
protestan; cuyas conquistas sociales son barridas y negadas y cuyo índice de desocupación
aumenta cada día mas."
¿Será mera coincidencia, como dicen en el cine, cualquier
similitud con una declaración contemporánea de la oposición?
El documento sobre el cual la Coordinadora articulo toda. su
trayectoria continua de la siguiente manera: "Los empleados públicos, objeto de irracionales prescindibilidades
(en el original decía “racionalizaciones” pero fue saludablemente cambiado,
seguramente para evitar el trabalenguas) llevadas periódicamente adelante con
el pretexto de reducir los gastos del Estado y el presupuesto; gastos y
presupuesto elevados a sumas siderales no por los sueldos abonados a los
empleados, sino por los derroches armamentistas y el servicio de la deuda
externa contraída por los gobiernos antipopulares".
¿Que pasaría si colocamos estas palabras en boca de Victor
de Gennaro, por ejemplo? ¿No serian anatematizadas por el sector de tecnócratas
menos nacionales del gabinete como desestabilizadoras?
El sexto punto de "La contradicción fundamental"
de la primera hora podría darle la razón a Pablo Milanes cuando canta que
"pasan los años, nos vamos poniendo viejos", en la explicación del
antagonismo que identifico a toda una generación de argentinos con la consigna
de "Liberación o Dependencia".
Primero se deja constancia de que “no existe ningún partido o movimiento que represente la totalidad del
pueblo ni del antipueblo". De inmediato se señala que, a grandes líneas,
en el presente (1973) el pueblo se expresa a través de "tres movimientos políticos
de programas similares: FREJULI, UCR y APR".
Debe recordarse que la APR (Alianza Popular Revolucionaria)
fue una coalición entre los partidos Intransigente, Revolucionario Cristiano,.
UDELPA y Comunista que impulso la formula Alende-Sueldo.
En el otro rincón, los coordinadores ubicaron a la "Nueva
Fuerza, el manriquismo y la ARF".
La primera agrupación fue engendrada por Álvaro Alsogaray,
quien reclamaba "goles" para que triunfaran Chamizo- Ondarts y la
ultima fue la apuesta de los militares que con el brigadier Ezequiel Martínez
anhelaban tener "un presidente joven" por la Alianza Republicana
Federal.
A este equipo del enemigo, la Coordinadora sumaba "al frigerismo, la Sociedad Rural y el
empresariado entreguista y antinacional".
La reedición de junio de 1983 no reitera estas últimas
reflexiones porque el paso del tiempo las envejeció hasta quitarles el sentido.
Pero la esencia de "La Contradicción Fundamental" no cayó en desuso.
Todo lo contrario, constituye el ultimo aporte teórico del progresismo que
desde el fondo de su historia incubo la Unión Cívica Radical.
Desde Alem e Yrigoyen, pasando por el forjismo, el
"Pronunciamiento de Chivilcoy" de Moisés Lebensohn, la "Declaración
de Avellaneda" de Arturo Frondizi o la practica política de Amadeo
Sabattini, Santiago del Castillo y Crisólogo Larralde hasta el manifiesto de Renovación
y Cambio.
La "Contradicción", como corazón del proyecto político
de la Coordinadora, fue en 1973 el saldo de un debate que habían iniciado desde
su fundación en Setúbal y que vino a constituirse en el respaldo ideológico de
una nueva forma de hacer política para el radicalismo cuyas bondades ya habían
comprobado empíricamente con su militancia cotidiana.
Fue el método de estudio de la realidad nacional que le venían
reclamando hasta la insolencia a la conducción de la UCR, que había hecho del influencismo
un excluyente prisma para observar los acontecimientos con su nefasta consecuencia
de quietismo y conciliación con los factores de poder colocándose siempre como
espectadores de los hechos políticos.
Fuente: “La biblia de la Junta Coordinadora Nacional” en “Los
herederos de Alfonsín: Protagonistas, Historia oculta, Poder y Mito de la Junta
Coordinadora Nacional” de Alfredo Leuco y José Antonio Díaz, Editorial
Sudamericana-Planeta, 1987.
Que éste cipayo edcriba aqui es un agravio para un radical genuino.
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