Buenos Aires, 11 de marzo
de 2009
Estimado Néstor:
Hoy no me dirijo a vos como adversario, sino como colega, es
decir, como presidente de un partido político nacional. Yo sé lo que significa
convertirse en una secta. Cuando estás más preocupado por ver a quienes echas
que con quienes te abrís camino. Cuando ganan los sectores que prefieren
aferrarse a la caja –poca o mucha, pero segura- que debatir cómo adecuar el
proyecto frente a los cambios del país y del mundo. Cuando aquellos a quienes
denostabas son los únicos acompañantes que te quedan.
A nosotros, los radicales, cuando nos vino la mala perdimos
el proyecto nacional, nos abroquelamos en cada provincia o municipio, y casi
nos transformamos en una confederación de partidos.
Néstor, te aseguro que no es agradable transitar el camino
del aislamiento. Es muy importante entender qué pasa, y por qué pasa lo que
pasa.
Cuando uno está arriba debe aprender a dialogar, porque
cuando vas cayendo nadie quiere siquiera saludarte.
La democracia argentina se consiguió con el esfuerzo de
miles de hombres y mujeres, y nosotros como políticos debemos honrarlos en cada
acto y pensamiento. No quiero parecer un maestro ciruela. Discúlpame si me
entrometo, pero tantas veces mi partido ha sido víctima de tus diatribas que me
parece prudente acercarte esta visión de la actualidad.
La crisis cultural de los 90 es la responsable de que las
instituciones hayan dejado paso a los personajes. Sin embargo, tu esposa
debería recordar las promesas de la campaña y trabajar para evitar que las
instituciones de la República sigan perdiendo calidad, y consecuentemente
sigamos viviendo en un país muy poco normal, donde -por ejemplo- lleva un año
encontrar una solución a un problema solo porque la necedad está más vital que
el consenso.
Cuando los peligros agobian, es inútil buscar enemigos por
los rincones; es pésimo hacer política desde la mentira; es fatal concentrar el
poder por el poder mismo. El tema es enfrentar la crisis “entre todos” para
combatir la inseguridad; para garantizar la educación; sostener el trabajo y la
producción… en definitiva para vivir en paz.
Te propongo que evites el aniquilamiento del proyecto
colectivo de tu partido. Los partidos fuertes y potentes son las verdaderas
columnas que sostienen a las naciones. La democracia de candidatos solo nos
deja sujetos a un toque de gobernante (que ayer fuiste vos; hoy es tu esposa,
pero mañana: ¿quién será?).
En mi pueblo se dice que sos el amo de tus silencios, pero
el esclavo de tus palabras. Antes de amenazar o insistir en perseguirte, te
sugiero que pensés que, como ex Presidente, tenés una responsabilidad, y como
marido de la Presidenta tenés una oportunidad: acompañar desde la racionalidad,
la mesura y la experiencia de gobierno.
Te saludo con respeto.
Gerardo Morales
PRESIDENTE DE LA UNION CIVICA RADICAL
Fuente: “Carta abierta al Presidente del Partido
Justicialista” por Gerardo Morales, Senador Nacional por la Provincia de Jujuy
y Presidente de la Unión Cívica Radical, 11 de marzo de 2009.
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