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sábado, 23 de febrero de 2019

Los Andes: “Ha muerto Lencinas” (21 de enero de 1920)

Ha muerto ayer en esta capital el Dr. José Néstor Lencinas, gobernador de la provincia, cuyo mandato constitucional termina en marzo de 1921. La noticia del inminente deceso del primer mandatario comenzó a circular desde ayer por la mañana, produciéndose en todos los círculos la consiguiente inquietud. El Dr. Lencinas había desde el lunes próximo pasado, por la tarde, un violento ataque, cuya gravedad constataron los médicos de inmediato, descontándose desde ese momento un desenlace fatal. No obstante ello, la noticia del deceso, que oficialmente se nos comunico después de las 6 de la tarde de ayer, se suscito una consternación general, no ya en los círculos sociales de la capital, a los cuales el Dr. Lencinas se hallaba muy estrechamente vinculado, sino también por la trascendencia política que naturalmente comporta la muerte del jefe del gobierno y a mayor abundancia de un partido político de actuación inquieta y constante en el escenario de la provincia, del cual era, el difundido político que acaba de morir, si no la razon de ser de la entidad, por lo menos su alma, su nervio motor.

En efecto, el fallecimiento del Dr. Lencinas plantea al partido gobernante mas de un problema de solución inmediata y complicada. Por encima de los intereses mas o menos personalistas, mas o menos unilaterales que trataran de dominar en el maremagnum que de un modo tan inesperado la muerte del ilustre jefe del radicalismo provincial, otros intereses, mas generales y permanentes, habrán de tenerse en cuenta en las altas regiones del poder, no ya para rendir al viejo caudillo fallecido un tributo póstumo, sino también para reafirmar, si cabe, el concepto de bien publico que informase so larga actuación política en esta provincia.

Desde luego la muerte de Lencinas plantea una situación diferente, de resolver en esta hora confusa e incierta de la política provincial.

El antiguo jefe del radicalismo deja en el medio donde el actuara con tanto ardor y constancia, un vacío bien difícil de llenar. Es que el Dr. Lencinas como jefe de partido es en cierto modo insustituible.

Durante un cuarto de siglo el viejo caudillo sirvió los intereses del pueblo. Su dirección política fue esencialmente popular. Como el fundador del radicalismo, ese "hombre joven de largas barbas blancas", que llamaba a su lado a la juventud en los momentos en que el porvenir de nuestra democracia incipiente se hallaba en peligro, el Dr. Lencinas fue, frente a las viejas oligarquías que imperaron en la provincia. algo así como el dique de contención para sus desborde.

En este concepto el nombre del Dr. Lencinas queda vinculado a una obra de reparación institucional y política, mas proficua y verdadera que la que le correspondió presidir desde el gobierno, pues, en rigor, lo que el hiciera en beneficio del pueblo desde el llano, combatiendo día a día y reciamente las violencias y excesos de los gobiernos de antaño, supera en cuanto es imaginable todo el caudal de intenciones excelentes que pusiera al servicio de su pueblo durante el tiempo que le toco presidir, en medio de una oposición suscitada por los círculos nefastos que lo rodearon, el primer gobierno radical erigido en Mendoza.



El cuerpo de el Gobernador de la Provincia de Mendoza Dr. José Nestor Lencinas, en la Capilla ardiente de su casa particular. 20 de Enero de 1920. Mendoza Antigua.






Fuente: “Ha muerto Lencinas” Editorial del Diario Los Andes por el fallecimiento del gobernador de Mendoza, Dr. José Nestor Lencinas, 20 de enero de 1920. En “Lencinas, el caudillo radical: historia y mito” de Dardo Olguin, Ediciones Vendimiador, 1961.

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