En efecto, el fallecimiento del Dr. Lencinas plantea al partido
gobernante mas de un problema de solución inmediata y complicada. Por encima de
los intereses mas o menos personalistas, mas o menos unilaterales que trataran
de dominar en el maremagnum que de un modo tan inesperado la muerte del ilustre
jefe del radicalismo provincial, otros intereses, mas generales y permanentes, habrán
de tenerse en cuenta en las altas regiones del poder, no ya para rendir al
viejo caudillo fallecido un tributo póstumo, sino también para reafirmar, si
cabe, el concepto de bien publico que informase so larga actuación política en
esta provincia.
Desde luego la muerte de Lencinas plantea una situación diferente,
de resolver en esta hora confusa e incierta de la política provincial.
El antiguo jefe del radicalismo deja en el medio donde el
actuara con tanto ardor y constancia, un vacío bien difícil de llenar. Es que
el Dr. Lencinas como jefe de partido es en cierto modo insustituible.
Durante un cuarto de siglo el viejo caudillo sirvió los
intereses del pueblo. Su dirección política fue esencialmente popular. Como el
fundador del radicalismo, ese "hombre joven de largas barbas blancas",
que llamaba a su lado a la juventud en los momentos en que el porvenir de
nuestra democracia incipiente se hallaba en peligro, el Dr. Lencinas fue,
frente a las viejas oligarquías que imperaron en la provincia. algo así como el
dique de contención para sus desborde.
En este concepto el nombre del Dr. Lencinas queda vinculado
a una obra de reparación institucional y política, mas proficua y verdadera que
la que le correspondió presidir desde el gobierno, pues, en rigor, lo que el
hiciera en beneficio del pueblo desde el llano, combatiendo día a día y
reciamente las violencias y excesos de los gobiernos de antaño, supera en
cuanto es imaginable todo el caudal de intenciones excelentes que pusiera al
servicio de su pueblo durante el tiempo que le toco presidir, en medio de una oposición
suscitada por los círculos nefastos que lo rodearon, el primer gobierno radical
erigido en Mendoza.
El cuerpo de el Gobernador de la Provincia de Mendoza Dr. José Nestor Lencinas, en la Capilla ardiente de su casa particular. 20 de Enero de 1920. Mendoza Antigua. |
Fuente: “Ha muerto Lencinas” Editorial del Diario Los Andes
por el fallecimiento del gobernador de Mendoza, Dr. José Nestor Lencinas, 20 de
enero de 1920. En “Lencinas, el caudillo radical: historia y mito” de Dardo
Olguin, Ediciones Vendimiador, 1961.
No hay comentarios:
Publicar un comentario