Aquí se ha señalado, en primer lugar que esta iniciativa
integra un conjunto de medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo nacional
tendientes a esclarecer los horrores, aberraciones y la degradación a los que
se vio sometida la sociedad argentina en estos años de dictadura militar.
No estamos simplemente debatiendo una iniciativa sino una
actitud política que integra una apreciación global de la situación que vive
nuestra Patria. Debo recordar que en estos doce días, brillantes doce días
diría yo, de incipiente democracia argentina, ha sido el Poder Ejecutivo de este
Nuevo poder democrático – interpretando el sentir de toda la sociedad- el que
ha enviado a este Parlamento la propuesta de la derogación de la ley de
amnistía. Ha sido este mismo Poder Ejecutivo el que ha adoptado la decisión sin
precedentes en América latina, tras la restitución de un régimen democrático,
de procesar a las cúpulas militares que tuvieron la responsabilidad de los
hechos que estamos aquí analizando. Ha sido este nuevo Poder Ejecutivo de la
democracia argentina el que, sin estridencias, está reduciendo el poder de una
estructura que tuteló a la Sociedad Argentina desde 1930. Tal vez no tuvo
letras de molde en los diarios, pero lo cierto es que hoy nuestra patria cuenta
con treinta generales menos, con treinta almirantes menos y con treinta
brigadieres menos en las cúpulas militares.
También ha sido este Poder Ejecutivo el que puso ese
fabuloso presupuesto, que estuvo al servicio de la represión del pueblo
argentino, en manos del poder civil y quien colocó a las empresas que estaban
en la órbita del poder militar en manos del poder civil. Por eso, esta
iniciativa constituye un paso más en la decisión absolutamente irrevocable del
gobierno nacional de poner en marcha un proceso de democratización de la sociedad
argentina.
Por eso también hemos señalado que esta cuestión no puede
analizarse fuera de ese contexto, porque sin lugar a dudas aquí estamos
debatiendo acerca de un tema que tiene que ver con el futuro do nuestra patria.
Debemos adoptar definitivamente , como punto de partida de este proceso de
democratización una caracterización política en común; de lo contrario corremos
el riesgo -como ya se señalo alguna vez en esta Cámara- que disidencias
motivadas por necesidades políticas o por elementos secundarios de la realidad
nos enfrenten a la dramática situación de que, a poco de haber transitado por
esta democracia los sectores que pretenden desestabilizarla desde la izquierda
y desde la derecha tengan la oportunidad de hacerlo merced a esas discrepancias
parciales que mostramos en esta Cámara.
Esta comisión nacional cuya formación propone el Poder
Ejecutivo, tiene un objetivo, el de cerrar el conjunto de medidas impulsado por
el gobierno. En este caso, se trata de encontrar una explicación sobre la suerte de los
desaparecidos. Ya el propio Poder Ejecutivo inició medidas destinadas a
castigar la responsabilidad de las cúpulas militares.
Seguramente, cuando esta Cámara deje de adoptar una actitud
secundaria impidiendo la sanción de las modificaciones al Código de Justicia
Militar, también este se verá trasuntado con la posibilidad de condenar los
excesos cometidos. En este camino, el poder ejecutivo nacional nos ha enviado
esta iniciativa que sintetiza la aspiración de toda la Sociedad argentina de
encontrar responsabilidades y explicaciones acerca de este tema.
Se ha dicho aquí que, en contraposición a la propuesta de la
formación de una comisión bicameral, esta iniciativa mejora dicha propuesta
porque, a través de ella, será toda la sociedad argentina la que se embarque en
el examen de esta grave cuestión, de manera tal de no volver a crear un debate
estéril en la Argentina, que volvería a ponernos en una situación de riesgo
institucional.
Porque si alguien supusiera que el Parlamento, donde si bien
esta expresada tu voluntad popular también están representados los sectores
políticos, adopta esta decisión simplemente por revanchismo de los políticos
contra los militares, tal vez nuestra sociedad se vería nuevamente enfrentada a
un debate nefasto para la democracia. Sería aquel que pondría, por un lado, a
los guerrilleros y a los terroristas como héroes de la resistencia cuando los
verdaderos héroes de esa resistencia fueron los jóvenes trabajadores despedidos
de las fábricas, los jóvenes soldados que murieron en las Malvinas que no
tenían oportunidad de estudiar en las universidades.
Paralelamente, en el otro lado estarían aquellos sectores de
la sociedad que, revalorizando estas circunstancias, volverían a sostener la
supuesta validez del terrorismo de Estado para terminar con este flagelo de las
sociedades modernas. Esta polémica y este debate, Señor presidente, constituirían
una grave amenaza para esta democracia participativa que inauguramos en la Argentina,
pero que no se proyecta exclusivamente u nuestro orden interno sine que es una esperanza
que se abre para América latina porque la suerte do la democracia argentina se
vincula a la del continente latinoamericano. Si esta democracia participativa
triunfa en la Argentina, triunfará en el resto de los países latinoamericanos y
de esta manera nuestro continente tendrá la oportunidad de romper la
bipolaridad ideológica en la que hoy se sacude el mundo, que nos está condenando,
como ya sucede en nuestra Centroamérica, a baños de sangre.
Por lo tanto, nosotros llamamos a todos los sectores del
país a la reflexión. Es evidente que es necesario e imprescindible enfatizar
acerca de las realidades, de las duras realidades que vivimos en los últimos
años; pero también es imprescindible hacerlo tomando en cuenta la necesidad de defender
la democracia por razones de principio.
Esta es la iniciativa del Ejecutivo, integradora de un
proyecto que constituye el nacimiento de una democracia pujante que está
dispuesta a esclarecer todo lo que haga falta por razones de principio, pero
que también está dispuesta, por ese mismo motivo, a defender el proyecto democrático
que, seguramente, seré atacado desde distintos sectores.
Nadie debe equivocarse con respecto a este poder democrático
que ha nacido. Probablemente en algunos sectores se supuso que tenía un solo
destino: pactar con las cúpulas militares corruptas o con las de la subversión
y del terrorismo quienes hacían masticar, a nuestros jóvenes, pastillas de
cianuro. Pero como nosotros tenemos un pacto con la vida, no hemos de pactar
con la muerte y no hemos de pactar con ninguna de las dos cúpulas…
Fuente: “Creación de la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas” Intervención del Sr. Diputado Nacional Leopoldo
Moreau, el 22 de diciembre de 1983, en la Cámara de Diputados de la Nación
Argentina.
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