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miércoles, 6 de junio de 2018

Ricardo López Murphy: "Cadena Nacional sobre el nuevo plan económico" (16 de marzo de 2001)

Señoras y señores conciudadanos:

Me dirijo hoy a ustedes, consciente de que todos estamos viviendo momentos difíciles tanto en lo económico como en lo social.

Yo se que hay muchos argentinos desesperanzados e incrédulos, sin posibilidades de pensar mas allá de las urgencias del presente. Pareciera que los argentinos hemos llegado a una desalentadora conclusión: que el nuestro es un país en el que ningún esfuerzo es suficiente para salir del estancamiento, para impulsar el desarrollo económico y para recuperar un proyecto de sociedad mas justa.

Yo quiero decides, en mis primeras palabras como Ministro de Economía, que la imagen de una Argentina solidaria y en crecimiento, no es la fantasía de un discurso demagógico sino un futuro posible...y que deseo se instale pronto entre todos nosotros. Por ese objetivo de superación, y para recuperar un lugar para !a Argentina en el mundo trabajare con ahínco. Esta es la instrucción precisa que he recibido del Sr. Presidente de la Nación y por la que estoy decidido a jugarme a fondo.

Se que voy a hablarles de temas sobre los que ya han escuchado muchos mensajes. Pero permítanme que los invite a verlos y analizarlos de una manera diferente:

Tenemos un país con un gran potencial de recursos humanos y naturales, que hacen increíble a los ojos del resto del mundo que muestre recurrentes dificultades para crecer. Constituimos un enigma para muchos estudiosos de la Argentina que al igual que en muchas familias, se preguntan que nos pasa que nos cuesta tanto avanzar?

Argentina es un país que puede tener un gran futuro. Un país cuyos riesgos estructurales son muy bajos: no tenemos tensiones raciales ni religiosas, y luego de muchas décadas hemos creado mecanismos de cooperación con los países vecinos que han eliminado las hipótesis de conflicto regional y abierto nuevas oportunidades de negocios.

El resto del mundo nos ofrece también enormes posibilidades que tenemos que saber aprovechar para desarrollar al máximo nuestra potencialidad. No hay nada que nos impida volver a crecer en la medida en que nos organicemos bien como Nación.

La nostalgia de la Argentina grande viene de un periodo en el que nuestro país era un actor importante en el escenario internacional. Aquella Argentina fue la que indujo a nuestros abuelos (en mi caso españoles e irlandeses) a radicarse en estas tierras. Fue cuando estuvimos integrados al mundo cuando mejor nos fue. y es por ello que un eje insoslayable de una política económica ganadora debe estar basado en una mayor integración a la economía mundial.

Argentina tiene que salir a recuperar sus verdaderas fuentes de crecimiento. Que no pasan por la solución mágica e irresponsable de modificar el régimen de convertibilidad sino por movilizar su fenomenal dotación de recursos. Sobre este punto quiero ser claro y lo diré una sola vez: salir de la convertibilidad seria un error de proporciones impensables en la Argentina.

Necesitamos volver a tener un proyecto compartido de Nación, en un marco de transparencia, de moral pública y privada, con reglas claras y previsibles, e instituciones creíbles. Solo así construiremos una sociedad dinámica con igualdad de oportunidades para todos los argentinos.

DIAGNOSTICO

A principio de los 90, la economía Argentina tuvo un punto de inflexión muy favorable, al vencer la gran estafa social de la inflación, cuando ningún padre de familia sabía como llegaría a fin de mes ni el empresario tenia horizontes de inversión. Pero eso no fue suficiente para despegar definitivamente: no se vencieron simultáneamente los vicios del despilfarro del gasto público, de la evasión y de la inequidad Pasaron diez años sin enfrentar cabalmente estos problemas y hoy estamos nuevamente ante un desafío de gran magnitud para asegurar la estabilidad, el crecimiento y el bienestar social para los argentinos.

Así como la inflación impedía ver el horizonte de crecimiento, el despilfarro estatal, una evasión insoportablemente alta y el desmedido crecimiento de la deuda abonaron la corrupción, destruyeron el sentido de justicia y solidaridad social y terminaron frenando la inversión privada y el crecimiento. Como todos sabemos, sin inversión no hay crecimiento, sin crecimiento no hay empleo y sin empleo se profundiza la exclusión social.

Tamaños lastres están poniendo verdaderamente en riesgo nuestro futuro como país. Tenemos que eliminarlos de raíz, porque si no lo hacemos, seguiremos sin poder dar respuesta a las justas y comprensibles demandas básicas de la sociedad argentina.

Durante la última década, el gasto público aumento mas allá de las posibilidades genuinas de ser cubierto por los ingresos fiscales. La diferencia entre lo que se gastaba y los ingresos genuinos, se financio primero con los recursos de las privatizaciones y posteriormente con más y más endeudamiento.

Pero todo país cuyo endeudamiento crece más que su capacidad de pagar, finalmente pierde la confianza de los ahorristas y de los inversores, y su crecimiento económico se detiene. El incesante aumento del gasto público impone una carga tan pesada al resto de la economía que reduce su competitividad y hace imposible el despegue de cualquier proyecto serio de crecimiento. Esto es lo que tenemos que cambiar

Pero resolver el problema del déficit fiscal no se agota en el manejo sensato del gasto. También resulta decisivo administrar eficazmente la recaudación de impuestos. En nuestro país este es lamentablemente otro mal endémico. Los organismos de recaudación no funcionan como debieran y la evasión alcanza niveles inmorales. Hay que terminar de una buena vez con un sistema que hace la vista gorda a la evasión y al contrabando, en tanto que concentra su presión en los sectores mas débiles y honestos de la comunidad de contribuyentes. Al final terminan pagando justos por pecadores.
Al Estado, en consecuencia, hay que reformarlo si o si, no solo para que gaste lo que corresponde y como corresponde, sino también para que cobre los impuestos con justicia. Queremos un estado que preste servicios de calidad, sin burocracias innecesarias y que atienda al ciudadano con respeto

LA CRISIS RECURRENTE

Desde Diciembre de 1999 este gobierno ha hecho esfuerzos para ordenar las cuentas públicas. Debemos profundizar este rumbo con firmeza, convicción y justicia.
Es por estos motivos que les mencione que la economía no crece desde hace casi 3 años. Y yo les aseguro que no vamos a volver a crecer si no nos sentamos a resolver estos problemas seriamente.

Fue en este contexto que se negocio un programa de asistencia financiera con la comunidad internacional, conocido como blindaje. Este programa por aproximadamente 40 mil millones de dólares, debía despejar las dificultades de financiamiento que nuestra economía sufría.

Esta asistencia financiera de la comunidad internacional no resolvía, por si sola los problemas de Argentina: debía ser acompañada por el compromiso del Estado en pos de aprobar una serie de medidas complementarias que permitieran consolidar la solvencia fiscal.

Entre estas iniciativas se encuentran la reforma previsional y la de obras sociales, que en su oportunidad fueron implementadas a través del mecanismo de decretos de necesidad y urgencia o aprobadas directamente por decretos del poder ejecutivo, con vistas a su eventual conversión en leyes. También se acordó en forma previa y firme un Compromiso Federal para el Crecimiento y la Disciplina Fiscal, que estableció un límite a las transferencias que la Nación haría a las Provincias, y la contención del gasto publico provincial.

El programa de financiamiento que acordó nuestro país presenta hoy serios desvíos respecto de lo comprometido tan solo hace unos meses. En el 1er trimestre del año estos suman 740 millones de dólares.

Para el año ya estamos previendo que de no tomar medidas el incumplimiento de metas estaría en el entorno de los 2000 millones. Para este escenario no hay financiamiento.
Una cosa debe quedar en claro: Argentina no puede liquidar su credibilidad y agravar aún mas la situación económica y social incumpliendo con un compromiso de tanta trascendencia.

¿Cuales son los componentes que explican semejante desvío en el 1er trimestre?. Voy a mencionarles solo cuatro cifras:

202 millones son gastos correspondientes al año pasado. Otros S385 millones corresponden a menores ingresos, $73 millones fueron excesos de gastos y $80 millones por mayores intereses. Estos desvíos en la programación financiera del gobierno son inaceptables y mas aun cuando se producen en un lapso de unos pocos meses, desde el momento en que se asumieron los compromisos.

Quedan entonces a la luz los tres problemas esenciales de la gestión fiscal: gastos excesivos, ingresos insuficientes, y un elevado endeudamiento.

Hasta aquí los números. Ahora quiero contarles cuales son mis convicciones de política económica para enfrentar esta situación. Ellas pueden ser resumidas en torno a cinco ejes centrales. Luego detallare las  medidas concretas que propongo.

Primero: preservar y fortalecer la cohesión social.

El economista que no encuadra su vocación política con ese objetivo, falla en lo esencial. El conocimiento y las practicas de la política económica solo tienen sentido si están dirigidas al crecimiento del bienestar de toda la sociedad.

Segundo: Solvencia fiscal no solo para el corto plazo sino también para el largo plazo.
Esto es crucial para crear las condiciones que hacen al desarrollo del mercado de capitales, del sistema financiero, y del financiamiento público y privado. No hay un instrumento tan poderoso para impulsar la actividad económica como cumplir con estas reglas. La insolvencia es inviabilididad e indeterminación de las tasas impositivas y de interés.

Tercero. Competencia, que es la señal de un capitalismo sano.

Sin competencia en Argentina no podremos ser competitivos en el mundo. Debemos ser obsesivos con la idea de que la base de nuestro sistema económico respete sin concesiones la igualdad de oportunidades para los individuos y las empresas. Desregulación donde corresponda, regulación eficiente cuando sea necesario y competencia no violada por abuso de posiciones dominantes siempre son los mecanismos para alcanzarlo. No hay mejor instrumento para liberar la energía creativa de nuestras PYMES que liberarlas del reglamentarismo y las restricciones que ahogan su energía.

El cuarto principio es el de la transparencia

Esta es vital en una sociedad abierta y de gobierno de la ley y vital para evitar comportamientos oportunistas que favorecen la prebenda y el privilegio.
Quinto, la previsibilidad.

Sin previsibilidad, sin certezas básicas, la fortaleza y el funcionamiento de una economía moderna se afecta de manera sustancial

La recuperación del potencial productivo de nuestro país requiere entonces trabajar sistemáticamente en estas cinco dimensiones. Solo as! podremos revertir nuestra historia de compromisos no cumplidos. Es por ello que considero esencial que instrumentemos por ley las medidas oportunamente sancionadas por decreto, que cumplamos rigurosamente el Compromiso Federal para el Crecimiento y la Disciplina Fiscal, y que    reencaucemos el programa financiero del Gobierno Federal retomando las metas originariamente comprometidas. Avanzar con firmeza y consistencia en el cumplimiento de los compromisos asumidos es el único camino para recomponer el financiamiento de la economía argentina, e impulsar el crecimiento y el empleo.

EL PROGRAMA ECONÓMICO

En función de este diagnostico he presentado al Sr. Presidente de la Nación un Programa Económico que además de contener el conjunto de medidas imprescindibles para corregir de inmediato la situación fiscal se centra en las transformaciones de fondo que persiguen el objetivo de reconstruir la economía y asegurar condiciones de crecimiento y equidad social.

El pilar básico del Programa Económico es la reforma estructural del Estado y su fortalecimiento institucional. Mi propuesta se basa en una reforma del estado para que logre un funcionamiento acorde con sus responsabilidades indelegables. Un estado al servicio de la sociedad.

Esa reforma permitirá un ahorro permanente que reducirá los niveles de déficit y la vulnerabilidad de las finanzas públicas. También aumentara la competitividad de la economía al reducir los costos financieros y los costos impositivos. Me propongo reducir impuestos en la medida en que vayamos reduciendo el gasto público y logremos controlar el déficit fiscal, dedicando un 50% de los ahorros a este fin. Esta liberación de recursos del sector publico devolverá al sector privado los incentivos y la capacidad para generar inversiones que multiplicaran los negocios y el empleo en Argentina.

Esta reforma consistirá en una reorganización integral del Estado. Habrá una reducción del aparato estatal por la supresión de reparticiones que cumplen funciones no esenciales o tercerizables y por eliminación de superposiciones y niveles innecesarios.
Con esta reforma evitaremos además todo tipo de privilegios y prebendas.

La reforma contemplara también la introducción de reglas de eficiencia e incentivos que implicaran aumentos de productividad y mejor calidad de los servicios

Vamos a jerarquizar la función pública, revalorizando las tareas básicas de la administración. La reforma dará prioridad a medidas de contención de la situación personal de los empleados del estado que no continuaran en la nueva administración. A ellos no se les suprimirán ni reducirán los ingresos por un periodo significativo y se los asistirá mediante capacitación e incentivos a las empresas que los tomen en el futuro. Los ahorros de esta reforma, una vez completada, serán del orden de 3.500 millones de pesos por año.

También se avanzara en la venta de activos innecesarios. El objetivo de estas ventas, es el de movilizar la inversión productiva en Argentina y eficientizar la economía. Hemos incorporado a la lista de privatizaciones las empresas vinculadas con el Banco Nación, la Lotería Nacional y la Casa de la Moneda, entre otros. Estas privatizaciones se realizaran durante el curso de mi gestión, atendiendo a la transparencia de los procedimientos.

El segundo pilar de mi programa se basa en una serie de reformas estructurales entre las que se destacan las siguientes:

En lo que se refiere a nuestra política de comercio exterior haremos converger la economía a niveles de apertura acordes a los de un país plenamente integrado al mundo. El país seguirá avanzando simultáneamente en los procesos de integración regional y con los principales bloques comerciales del mundo.

En materia de diseño regulatorio la Comisión de Comercio Exterior ordenara su funcionamiento para que las acciones antidumping se lleven dentro de un marco transparente, independiente y libre de la acción de los grupos de interés y de presión.

Respecto del sistema laboral, hemos acordado con el Ministerio de Trabajo el envio al Congreso de las iniciativas destinadas a reducir los costos laborales unitarios sin afectar los salarios que reciben los trabajadores, asi como para eliminar estatutos y convenios que otorgan privilegios injustos.

En cuanto a los servicios públicos, creo que la comunidad convendrá conmigo que, manteniendo los marcos regulatorios existentes, necesitamos mejores entes reguladores. Por ello enviaremos un proyecto de ley basado en cuatro principios rectores:

a) la previsibilidad y el respeto contractual,
b) la defensa de la competencia y de los consumidores,
c) la independencia, autarquía y autonomía,
d) la transparencia y uniformidad del proceso regulatorio

Sepamos también, que la renegociación permanente de los contratos entre el sector público y el privado no es un acto gratuito. La inestabilidad contractual forma parte del costo y del riesgo argentino. Esto debe cambiar. Vamos a defender el respeto contractual como forma de proteger a consumidores y contribuyentes de renegociaciones onerosas para la sociedad.

El PAMI necesita aumentar la calidad y eficiencia de los servicios que ofrece. Por lo que iremos a fondo con la transformación de esta institución de modo tal que cada peso que ingrese a la Institución, tenga sin duda alguna como destinatario al jubilado.
En materia de Energía, enviaremos un proyecto de Ley de Hidrocarburos que privilegie el traspaso del dominio a las provincias como lo indica la Constitución Nacional y la ratificación de los decretos de desregulación.

Finalmente, el tercer pilar de este programa económico contiene medidas de aplicación inmediata para recuperar la solvencia fiscal. A diferencia de experiencias previas se eliminan viejos y enquistados privilegios que la sociedad reclama corregir.
Estas medidas implicaran un esfuerzo de reducción de gasto total y de exenciones tributarias de 2000 millones de pesos en el año en curso, el que deberá ser compartido entre la Nación y las provincias.

El Estado Nacional encarara una reducción del gasto público de 890 millones de pesos. El grueso de esta reducción corresponde a la eliminación de gastos que la sociedad ha encontrado irritantes, por representar la persistencia de privilegios intolerables. Esto incluye gastos en ANSES, tales como la eliminación de pensiones graciables injustificadas, y la eliminación de los abusos en asignaciones familiares. También se eliminaran becas otorgadas por los legisladores y se reducirán los gastos del Congreso Nacional.

Se eliminaran exenciones impositivas distorsivas que no llegan a donde debieran. Entre las exenciones propuestas se encuentran el subsidio a las naftas patagónicas, así como algunas exenciones en el impuesto de ganancias.

El Fondo Especial del Tabaco, que tradicionalmente se ha concentrado en subsidiar a los grandes productores, será reasignado para financiar el presupuesto del Ministerio de Educación de la Nación. Será eliminado el subsidio a las naftas patagónicas, que en el pasado ha sido fuente de una alta evasión, y los recursos obtenidos también serán orientados hacia el Ministerio de Educación.

La eliminación de estos privilegios ha sido un objetivo recurrente de varias administraciones. Han sido intentos que han derivado consistentemente en el fracaso. ¿Por que insisto, entonces, en una solución que ha resultado tan difícil? Porque es justamente por la recurrencia de los intentos fallidos, y por la consecuente recurrencia de los desequilibrios fiscales que enfrentamos, que aprendemos la dura lección de que la causa de nuestros propios fracasos es el no encarar con firmeza estas medidas, aun mas necesarias cuando implican la eliminación de privilegios.

En cuanto a las Universidades, estas han recibido un aumento importante de recursos durante la última década pasando de 919 millones en 1992 a 1744 millones en el año 2000. Este año, para acompañar el esfuerzo fiscal, las transferencias a las Universidades no podrán superar los 1440 millones de pesos, lo que implica una reducción de 360 millones respecto a lo presupuestado.

El Ministerio de Educación decidirá el reacomodamiento presupuestario que implicara la reducción de partidas y el aumento de fondos recibidos por el Fondo Especial del Tabaco y del subsidio a las naftas patagónicas. Con el nuevo presupuesto será necesario mejorar la asignación del gasto, así como buscar alternativas de financiamiento, tal como lo hacen muchísimas universidades públicas del mundo, que permitan al mismo tiempo una mejora de la equidad distributiva. Todos sabemos que los sectores de menores recursos tienen grandes dificultades para acceder a la educación superior. Esta es la oportunidad para que los responsables de la gestión de las Universidades puedan proponer imaginativamente un sistema Universitario basado en la igualdad de oportunidades.

Las transferencias a las Provincias serán reducidas en 970 millones de pesos. Entre las partidas eliminadas incluimos 100 millones de pesos de Aportes del Tesoro Nacional, que en el pasado han sido usados como instrumentos de negociación política mas que como instrumentos de desarrollo provincial. Deseo informarles que de aquí en mas cada jurisdicción decidirá el reordenamiento presupuestario que sea necesario para financiar su presupuesto educativo, lo que será facilitado por el gobierno nacional que les dará libertad para disponer de otras transferencias que actualmente están condicionadas a otros usos.

Seamos realistas: la magnitud del esfuerzo requerido por esta reasignación de recursos no implicara mas del 3% de los ingresos totales de las provincias En un contexto de desequilibrios tan pronunciados, es importante que cada provincia asuma su rol en la mejora de la eficiencia del gasto. Solo así podrán sostener el nivel de los servicios básicos como es el caso de los sistemas educativos que es hoy exclusivamente responsabilidad provincial.

Asimismo, el gobierno deberá redoblar su esfuerzo para reducir la evasión mejorando sustancialmente la administración tributaria. Todos sabemos que el flagelo de la evasión, conduce a tasas impositivas elevadas y a una gran inequidad contributiva. Se produce un círculo vicioso que alienta aun más la evasión. Este ciclo perverso debe ser cortado de cuajo, y es por ello que estaré evaluando personalmente los planes de reforma y modernización actualmente en curso en la AFIP.

Estamos totalmente comprometidos a cumplir los compromisos asumidos de alcanzar las 100.000 fiscalizaciones a principios del año 2002, así como la implantación del Fuero Penal Tributario. La lucha contra la evasión no se hará a través de nuevas moratorias, sino a través la búsqueda y el castigo de los evasores.

Tanto en la reforma de la salud, como en la reforma del régimen previsional se mejorara la equidad distributiva. Queda por delante un desafío insoslayable para el país que queremos: reformular los programas sociales a fin de evitar la burocracia, la demagogia y el clientelismo que impiden que la acción social llegue a los argentinos mas necesitados. Debemos impulsar una nueva visión de la acción social basada en programas transparentes, conciliando solidaridad con responsabilidad para que no se perpetúe la exclusión generación tras generación.

Finalmente deseo decir que este programa no reduce ni un solo peso del gasto social del Estado Nacional, y que por el contrario, impone objetivos y prioridades para mejorar sustancialmente la calidad de la asignación de ese gasto.

Estas medidas, con excepción de las iniciativas tributarias serán aprobadas por decretos de necesidad y urgencia. En el curso de las próximas semanas estaremos enviando al congreso las leyes correspondientes a la derogación de las exenciones impositivas así como la ley de reforma del estado.

Es imperioso que también se transformen en leyes, los DNU correspondientes a la reforma del régimen previsional y de obras sociales para que este consenso político y legislativo pueda despejar las dudas y prevenciones que existen sobre su instrumentación.
Solo hay un proyecto de país en crecimiento con equidad si se asegura la solvencia fiscal, la seguridad jurídica, las reglas claras y previsibles, una plena integración al mundo y garantizando la cohesión social.


Esta es la forma de estimular inversiones que crean nuevos puestos permanentes de trabajo. Esta es la forma de dar una respuesta económica sustancial que alivie finalmente el dolor de la pobreza y la angustia del desempleo. Este es un programa para crecer sin concesiones al cortoplacismo ni al privilegio, y que mira a un horizonte de creciente bienestar.

La sociedad necesita realismo y propuestas concretas. Y la Nación necesita recuperar su posicion en el mundo. El programa que he presentado es el mecanismo para alcanzarlo y es el que el Poder Ejecutivo llevará al parlamento. De la aprobación inmediata de esta propuesta, depende que la economía evite los riesgos de una incertidumbre inaceptable.

Ahora es el momento de la unidad politica, de la Nación y de su confianza social. Trabajemos porque así sea, lograremos el pais que merecemos.

Dejenmé luego, de hacer esta exposición y de leer los conceptos principales de nuestro programa. Para que queden absolutamente claro para todos que haga algunas reflexiones adicionales.

En primer término, yo quisiera aclarar una gran confusión que ha surgido sobre el problema del financiamiento de la educación.

Lo que nosotros hemos hecho y propuesto es un reordenamiento de partidas. Es reordenamiento de partidas que permita, reasignar recursos de modo tal de hacer un esfuerzo de reducción del gasto total del Estado en 2000 millones de pesos.

En ningún caso estamos diciendo que el sector público de cada provincia, no pueda reasignar sus gastos de manera tal de asegurar, de manera cabal el financiamiento de sus responsabilidades educativas.

El segundo punto sobre el que quiero insistir, fuera del texto de mi exposición. Es un punto de enorme importancia: es el riesgo de no actuar, el riesgo del statu quo, el riesgo de no enfrentar los problemas que tenemos.

Si no lo hiciéramos, la Nación argentina viviría momentos sumamente críticos. Es por eso que hemos decidido con coraje, con convicción, con voluntad, enfrentar estos problemas. De no hacerlo, las consecuencias serían gravísimas para la República. Y lo hacemos con la vocación de hacerlo exitosamente. Sabemos que eso es vital para el destino de nuestro país, para el destino de nuestra Nacion. Sabemos que ello es vital para que este proyecto sugestivo de vida en común tenga viabilidad práctica. El país no puede, no debe y no se puede permitir perder el crédito público.

El país no puede, no debe y permitirse a si mismo que haya algo -como decía el presidente Avellaneda- en la Nación superior a la Nación misma. Haremos los esfuerzos posibles para que estos valores, estas convicciones sean llevadas adelante. Y por último quiero transmitirles un mensaje de optimismo. El optimismo y la convicción de que estamos enfrentando los problemas, de que no los evadimos, de que no rehuimos los desafíos, de que sabemos que enfrentamos dificultades muy complejas, que vamos a enfrentar en los proximos días debates muy profundos, seguramente posiciones antagónicas. Lo vamos a hacer con la seguridad y la convicción. Con ese optimismo visceral que en el exito de este esfuerzo depende el exito de nuestra Nación.

Si nosotros no lográramos ser exitosos, las condiciones para recrear el crecimiento y la viabilidad de la Argentina como nación se encontrarían afectadas y en ese sentido, no podemos concedernos ni un minuto, ni un segundo siquiera de vacilación.

Tengan ustedes la seguridad de que haremos ese esfuerzo y que lo haremos hasta la última fuerza que tengamos, lo haremos porque estamos convencidos, lo haremos sobre todo porque conocemos con crudeza y realismo lo que es la alternativa a nuestro fracaso.

Los invito entonces a todos ustedes, a mis compatriotas, a acompañarnos en este esfuerzo; los invito a entendernos, los invito a saber que estos esfuerzos que demandamos son vitales para la subsistencia, para la eficacia y para el mejor funcionamiento de nuestro Estado, y para que éste pueda cumplir el rol que toda nación digna de sí misma tiene.

Les agradezco la atención que me han prestado y les solicito que sepan disculparme la extensión de este discurso, pero creo que era necesario fijar con toda claridad nuestros criterios y nuestras posiciones para que toda la sociedad sepa a qué atenerse en materia del rumbo que el gobierno nacional le ha de imprimir a su política económica.

Buenas noches y muchas gracias.



El Dr. Ricardo Hipólito López Murphy en Cadena Nacional el 16 de marzo de 2001 exponiendo la nueva politica economica del Gobierno del Dr. Fernando de la Rúa.






Fuente: Texto completo del discurso pronunciado por el ministro de Economía, Ricardo López Murphy, por cadena nacional sobre el nuevo plan económico, 16 de marzo de 2001.

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