Sra. Presidenta
(Negre de Alonso). -- Invito al señor Federico Ramón Puerta a pasar al
estrado para prestar el juramento como presidente provisional del Honorable
Senado.
- Luego de unos
instantes:
Sra. Presidenta
(Negre de Alonso). -- Señor senador nacional electo don Federico Ramón
Puerta: ¿juráis a la Patria por Dios y estos Santos Evangelios desempeñar
debidamente el cargo de presidente provisional del Honorable Senado de la
Nación que os ha sido confiado y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe
la Constitución Nacional?
Sr. senador electo
Puerta. -- ¡Sí, juro!
Sra. Presidenta
(Negre de Alonso). -- Si así no lo hiciereis, Dios y la Patria os lo
demanden. (Aplausos)
La Presidencia invita a quien acaba de ser designado como
presidente provisional del Senado de la Nación a hacer uso de la palabra.
Sr. senador electo
Puerta. -- Queridos senadoras y senadores, amigos gobernadores, jefes
sindicales, autoridades, señoras y señores: quiero agradecer al pueblo de mi
provincia, que me ha dado esta enorme responsabilidad de representarlo en
calidad de senador, y a los pares, que me han elegido presidente provisional de
este alto cuerpo en un momento especial de nuestra República.
Y digo que se trata de un momento especial porque después de
la reforma constitucional de 1994 tenemos un Senado elegido con voto directo y
con una fuerte presencia de la mujer argentina. Y este es un dato no pequeño.
En efecto, para alguien que tiene su fe y su militancia en el justicialismo la
inserción de la mujer en la vida plena de la política no es poca cosa. Y para
aquellos argentinos que creemos que nuestro país va a encontrar el camino con
el esfuerzo de todos, esto también hace a una realidad del conjunto, que hoy
tiene al peronismo como garante de las instituciones. Nuestra historia de más
de medio siglo lo atestigua.
Las razones constitucionales y legales que ha expuesto el
doctor Maqueda han sido contundentes, pero las razones políticas van incluso
mucho más allá y hacen a lo que conocemos los argentinos, porque el peronismo
ha sido siempre una fuerza que buscó resolver los problemas.
En consecuencia, con una decisión de esta naturaleza, como
es la de presidir esta alta Cámara, no podríamos complicar la gestión de un
presidente al que hemos ayudado durante dos años y los seguiremos haciendo.
Este es mi compromiso ciudadano, el de argentino bien
nacido; voy a volcar las horas de trabajo, que serán muchas, y la historia de
mi familia --que es larga en esta tierra-- para que haya gobernabilidad, para
que tengamos menos pobres y para que conformemos una agenda parlamentaria en
donde se prolonguen inmediatamente las sesiones ordinarias.
Debemos hacer realidad el seguro de empleo y la reactivación
de la economía. Estas son tareas de un Ejecutivo que hoy no cuenta con vicepresidente.
Nosotros somos el Poder Legislativo y nos toca conducir ambas cámaras. Los
proyectos de ley que impulsaremos estarán encaminados a resolver estas
cuestiones, pero también a dar tranquilidad a todos los argentinos.
Por lo tanto, lejos de complicarse el panorama político hoy
se fortalece una Cámara que, en mi particular modo de ver, ha tenido entre 1999
y 2001 una condición sui generis, porque quien presidía este cuerpo no contaba
con la mayoría de los integrantes de su misma visión política.
En cualquier democracia del mundo a los cuerpos colegiados
los conducen las mayorías. Entonces, el justicialismo no podía desoír -como
nunca lo hizo- el mandato de las urnas, del 14 de octubre, que nos dijo que
ocupáramos este lugar. Por ello empecé agradeciendo al pueblo de mi provincia y
a los pares de cada una de las provincias argentinas que han depositado su
confianza en mí. Y en el agradecimiento no olvidé a los gobernadores, porque en
la tarea de gobernar no solamente incluimos al presidente de la Rúa sino
también a los veinticuatro gobernadores de la República Argentina, que tienen
el mismo derecho y la misma necesidad. (Aplausos.)
No interpreto una nación como un simple concepto de una
cuenta fiscal. La Nación vista solamente como un espacio en un papel, en un
presupuesto, no es el concepto de la Argentina federal, donde la sumatoria de
las veinticuatro provincias hacen la realidad del país de carne y hueso, donde
están los habitantes, los niños que estudian, los que sufren y los que buscan
trabajo. Esta tarea el justicialismo la sabrá interpretar; ese es mi compromiso
en este alto estrado: trabajar para conseguir estos objetivos sin terceras
intenciones. Me parece que entrar a analizar otras cuestiones es una pequeñez.
Desde 1983 trabajamos incesantemente para que el doctor
Alfonsín fuera el verdadero presidente que consolidara la democracia, para que
el ex presidente Menem tuviera dos mandatos --en donde se produjo una
modernización y se insertó a la Argentina en el mundo-- , y ahora también trabajaremos
para que el doctor de la Rúa termine su mandato en 2003 y nos dé la
posibilidad, a quienes desde el justicialismo aspiramos a conducir a partir de
ese año el destino de la Argentina, de recibir un país en mejor situación, con
esperanza y en condiciones de dar techo y una casa común a todos aquellos que
la necesitan. (Aplausos.)
Más allá de nuestras diferencias políticas, entiendo que aquellas bancas que hoy están vacías, en la próxima sesión estarán bien cubiertas con la representación de una primera minoría que, con el transcurso de las horas, se sumará a una tarea en la que, obviamente, no vamos a estar ausentes quienes hemos transitado y militado en la más difícil y vapuleada de las actividades que hoy tiene la Argentina, que es la política. Creo en ella como un apostolado y en la honestidad y la buena voluntad de los hombres y mujeres que se desenvuelven en esta actividad. Por eso he aceptado la propuesta de mi bloque. (Aplausos)
Fuente: Diario de Sesiones del Honorable Cámara de Senadores de la Nación Argentina.
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