RECEPCION DEL SEÑOR GOBERNADOR ELECTO
Sr. Presidente
(Solanet) — Invito a la comisión del exterior a recibir al gobernador
electo.
—Salen del recinto los señores senadores y diputados que componen la
comisión del exterior.
—Después de breves minutos de espera, penetran en el recinto el señor
gobernador electo, doctor Valentín Vergara y el señor vicegobernador electo,
doctor Victoriano de Ortúzar. (Aplausos prolongados).
Sr. Presidente
(Solanet) — Invito a los señores gobernador y vicegobernador electos a
prestar el juramento constitucional.
—Prestan juramento los doctores Valentín Vergara y Victoriano de
Ortúzar. (Grandes aplausos).
—Se retira del recinto el vicegobernador saliente, doctor Pedro Solanet
y ocupa la presidencia el vicegobernador electo, doctor Victoriano de Ortúzar.
(Grandes aplausos).
—El señor gobernador electo, doctor Valentín Vergara, da
lectura del siguiente discurso:
Señores senadores:
Señores diputados:
Con profunda emoción, propia de quien tiene conciencia de la
responsabilidad que comporta el gobierno de un pueblo libre y progresista,
llego en cumplimiento de una prescripción constitucional a este histórico
recinto, escenario de debates memorables que se recuerdan a través del tiempo
como honrosa expresión del talento, patriotismo y elocuencia argentina.
Vive en la mente y en el corazón de todos esa legislatura
donde se sentaron compatriotas ilustres que debatieron las bases que
consolidaron la nación, destacándose con actos y gestos generosos en obsequio
de la unión y bienestar de la gran familia argentina.
Para cumplir sin tropiezos nuestros grandes destinos, confío
en que ellos nos guiaran siempre por el camino de la libertad, la justicia,
verdad y trabajo, sobre cuyas bases debe reposar toda sociedad culta y
civilizada.
Vosotros, señores legisladores, que representáis en forma
autentica la voluntad popular, sois los depositarios directos de tanta
tradición gloriosa — y lo digo en vuestra honra — la provincia sabe que sabréis
mantenerla incólume y dignificada, para que así pase a las generaciones del
futuro.
Señores legisladores:
La provincia celebra jubilosa como feliz acontecimiento la
renovación, al amparo del orden y bajo las garantías que la ley fundamental
consagra, de los poderes públicos que regirán sus destinos en el próximo
periodo constitucional.
Ratificamos así ante propios y extraños que estamos cada vez
mas capacitados para el ejercicio del gobierno propio y que marchamos con
paso seguro hacia la efectividad de la vida democrática.
Aspiro a que las conquistas vivan vigorosas y lozanas.
Pertenezco a un partido que se ha debatido en toda la
republica por el imperio del sufragio libre, los escrutinios puros y la
honradez dentro de la administración, y seria indigno de el y de su confianza,
si dominado por un torpe sensualismo hiciera sentir la influencia oficial
para contrariar la voluntad popular. (¡Muy bien! Aplausos).
He prometido un gobierno de orden y libertad.
Ciudadano de una democracia en marcha, que ha asistido
desde las filas del pueblo a la enorme evolución que se ha operado en las
practicas y costumbres publicas, mirare siempre adelante buscando el mayor
brillo de nuestras instituciones, bajo cuyas garantías se desenvuelven las
fuerzas inteligentes del trabajo.
Así lo desea el partido que me trae al gobierno y así
interpretare también a mis propios adversarios, a quienes admiro más que a los
que viven alejados de los problemas políticos y a quienes les digo que haré un
gobierno de solidaridad sin olvidar que las disidencias constituyen un derecho
y aun una necesidad.
La fe y la confianza que me dominan en este instante solemne
de mi vida, la finco en la esperanza que me inspira vuestra adhesión y vuestro
concurso.
Para dirigir, en efecto, los destinos de la provincia en la
forma que me propongo, tendré que acudir a cada instante a vuestras luces y
como lo haré siempre en nombre de los sagrados intereses que por igual debemos
custodiar, confío en que vuestro patriotismo responden con entusiasmo y
espontaneidad.
Inspirándonos todos en los deberes de nuestro mandato, sin
apartarnos de la orbita marcada por la constitución, palparemos los beneficios
de esa armonía admirable en que deben vivir los distintos poderes del Estado.
En este sentido pondré mis mejores empeños de gobernante y
ciudadano. Así lo exige este noble y poderoso Estado que ocupo siempre la
vanguardia en las horas inolvidables en que luchaba por el afianzamiento del
país y por el respeto de las libertades locales, tal cual lo prescribe el
régimen federativo, bajo cuyas bases se ha consolidado la Nación.
En forma explicita he hecho conocer mi programa de gobierno
y los propósitos que me animan en los distintos ordenes de la administración.
Sin incurrir en repeticiones inútiles, me referiré a algunos
puntos fundamentales a fin de interesar desde ya la inteligente atención de
vuestra honorabilidad.
Es necesario, señores legisladores, una ilustrada y
previsora revisión constitucional para el mejor desenvolvimiento del gobierno y
la estabilidad de las instituciones provinciales.
Ella es el fruto de largas y sabias deliberaciones, pero
vinculadas a doctrinas que la experiencia posterior no ha confirmado sino
parcialmente.
Hay que adaptarla, pues, a las nuevas exigencias y ese
proceso que la opinión publica reclama desde la época de su promulgación y que
han motivado diversas iniciativas de los poderes legislativo y ejecutivo,
propiciando su reforma, se impone hoy mas que nunca con caracteres de imperiosa
necesidad.
Un código fundamental, debe contener declaraciones formales
para que no se dicten leyes que con pretexto de organizar y reglamentar el
ejercicio de esas libertades, las anule y falsee con disposiciones
reglamentarias, pero no debe ser detallista, sino genérico y reunir en cambio
mayor flexibilidad para que la obra legislativa que ausculta las exigencias de
cada época llene su alta misión dentro del marco constitucional sin necesidad
de acudir al procedimiento largo y delicado de las convenciones constituyentes.
Alberdi, sintetiza este pensamiento en las siguientes
palabras:
«Para no tener que
retocar e innovar la constitución, reducirla a las cosas mas fundamentales, a
los hechos mas esenciales del orden político, no comprendáis en ella
disposiciones por su naturaleza transitorios, como las relativas a elecciones».
Para tan importante obra de gobierno espero contar con el
apoyo y colaboración de todas las agrupaciones partidarias, quienes no dudo se
inspiraran en una necesidad evidente de bien público.
La reforma beneficiara en primer término al régimen
municipal, pues por ella los consejos serán cuerpos puramente administrativos y
no políticos, causa que los convierte a menudo en campo propicio para todas las
luchas y pasiones.
Celoso defensor de la independencia y autonomía del gobierno
municipal, procurare que los conflictos de orden local que se susciten. Hallen
su solución dentro del resorte natural de los poderes comunales y que las intervenciones
del gobierno cuando sean inevitables, se reduzcan solamente a resolver las
contiendas planteadas.
Espero así que todos los municipios sin excepción funcionen
regularmente, dedicando sus mejores energías en favor del bienestar del
vecindario de la provincia.
He dicho en otra oportunidad, señores legisladores, que nada
dignifica más a un gobernante que la humanitaria tarea de ligar su nombre al desarrollo
de la educación común.
Impuesto de esta verdad, puedo aseguraros que mi gobierno
dedicara todos sus afanes a la realización de me joras permanentes y que
consulten el progreso colectivo en sus múltiples y variados aspectos.
Buenos Aires destina en la actualidad la cuarta parte del
presupuesto general de gastos en favor del adelanto moral e intelectual de la población
infantil, circunstancia que había mucho en favor de su cultura y de su
progreso.
Recibo en tal sentido un patrimonio de honor que guardare
celosamente y que tratare de acrecentar para mayor gloria del gobierno que se
inicia.
La dignificación del maestro, la casa propia para la
escuela, la adaptación de programas al ambiente regional con fines de utilidad
practica, la salud del maestro y del niño, el fomento del ahorro escolar, la difusión
de cooperativas, la creación del cuerpo de visitadores de higiene escolar, la instalación
de colonias de vacaciones para maestros y sobre todo para niños débiles en
costa de mar, llanura o montaña ,etc., etc., son problemas de palpitante actualidad
que no dudo merecerán una atención constante y permanente de parte de las
autoridades escolares.
Pienso por ultimo que la importancia de la instrucción
publica plantea la necesidad de cambiar los preceptos constitucionales que se
refieren a la organización de sus autoridades dirigentes.
La creación de una secretaria de estado evitaría inconvenientes
que se palpan y daría al poder ejecutivo la responsabilidad directa y solidaria
de una rama de gobierno de tanta importancia y trascendencia.
*
Afianzar la justicia, baluarte sobre el cual reposan las garantías
constitucionales, es el objetivo fundamental de nuestra constitución.
Para ello no solo basta un poder con vida independiente, con
facultades inalienables y que se desenvuelva dentro de una orbita privativa, es
menester también, jueces que sepan colocarse a la altura de su inconfundible
investidura.
Procederé con tino y con cuidado en su erección, sin olvidar
que especialmente para ellos no existen dos morales, e implantare en forma
rigurosa el ascenso entre aquellos que se hubieran destacado por su probidad y
talento.
En obsequio a su estabilidad, pienso que ellos no deben
estar sometidos a jurados que son temporarios y cuya designación procede de
cuerpos políticos.
Es urgente también proceder a la revisación de 'las leyes
procesales, substituirlas por otras más prácticas con el objeto de conseguir
la rápida terminación de los juicios.
Mala justicia y justicia tardía, son términos correlativos.
Cuanto mas rápido sea el pronunciamiento mas palpable será,
la eficacia de la justicia ya que es una verdad sabida, que los intereses
cuestionados permanecen inactivos, produciendo como lógica consecuencia el
estancamiento parcial de la riqueza publica.
La situación financiera no es cómoda como lo ha manifestado
con entera franqueza en distintas oportunidades mi distinguido antecesor.
Una deuda flotante de importancia, los compromisos aparejados
a ciertas obras públicas emprendidas y el déficit congénito del presupuesto con
que se inicio el ejercicio, plantean problemas cuya solución inmediata merecerán
mi más viva atención.
A designio, no me detengo en el análisis de las causas del desequilibrio;
ellas fueron relatadas en mensajes dirigidos a vuestra honorabilidad y serán
esclarecidas con nuevos estudios cuando el poder ejecutivo proponga los medios
de corregir el malestar financiero.
El sistema rentístico actual adolece de vicios y omisiones
justamente criticados.
Rige una manifiesta desigualdad tanto en el sacrificio del
contribuyente, como en la riqueza afectada, y sobre el trabajo y el comercio,
pesan gravámenes desproporcionados y superpuestos, que es de equidad corregir
aunque el vigor económico permite soportarlo.
He dicho en otra oportunidad que anhelo presupuestos de
verdad, y para lograrlo es menester administrar con patriotismo, gastando en lo
indispensable y evitando toda erogación que no responda a servicios públicos.
En mi discurso programa, dije que el gobierno es energía y carácter,
transformación de nuestras iniciativas en hecho y en acciones.
He vivido, agregue, toda mi vida ciudadana en una región de
la provincia, donde todo es vida, trabajo, evolución y progreso; donde la previsión
de los hombres esta lejos de colocarse a la altura de la realidad; allí he
aprendido a ser optimista y lo seré con mas razón en el gobierno de esta noble
provincia, que en su marcha ascendente, provoca movimientos de admiración y de
aplausos.
Con este criterio estudiare todos los problemas relacionados
con el progreso moral y material de Buenos Aires, a fin de que marche siempre a
la vanguardia de las conquistas alcanzarlas.
Para cumplir tan patriótica finalidad, ratifico ante
vosotros lo que he prometido al pueblo de Buenos Aires en mi programa de
gobierno, que es política de expansión, trabajo, progreso, bienestar y
solidaridad.
Señores legisladores:
Cuando acepte el alto cargo, dije a la convención electoral:
«Os prometo como síntesis de mi acción futura observar y hacer observar la constitución, tal cual lo prescribe el solemne juramento de fidelidad a las instituciones provinciales que prestare oportunamente».
«Os prometo como síntesis de mi acción futura observar y hacer observar la constitución, tal cual lo prescribe el solemne juramento de fidelidad a las instituciones provinciales que prestare oportunamente».
El juramento lo he prestado, y ha llegado en consecuencia,
la hora de hacer efectiva tal promesa.
Que la divina providencia, fuente inagotable de bondad y
justicia, ilumine vuestras deliberaciones para bien de la provincia y honra de
vuestros nombres. (¡Muy Bien!; ¡Muy bien! Grandes y prolongados aplausos).
Sr. Presidente (de Ortúzar)
— Queda levantada la sesión de asamblea.
—
A si se hace,
siendo la hora 16.
Fuente: Diario de Sesiones del H. Senado de la Provincia de Buenos Aires, 73° Periodo Ordinario -Discurso de asunción del cargo de Gobernador de la
Provincia de Buenos Aires por el periodo 1926-1930 del señor Dr. Valentín
Vergara, 1 de mayo de 1926.
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