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viernes, 24 de marzo de 2017

La Prensa: "Hector Hidalgo Solá, a un año de su desaparición" (18 de julio de 1978)

HECTOR HIDALGO SOLÁ

UN AÑO DESPUES

Hace un año ya, un grupo de personas desconocidas, con despliegue de automóviles, en Av. del Libertador en su intersección con Av. Pueyrredón, interceptó y secuestró al señor Héctor Hidalgo Solá, nuestro esposo y padre, en ese entonces embajador de nuestro país ante la Republica de Venezuela.

Hacia muy pocos días que se encontraba en Buenos Aires, con motivo de un acontecimiento familiar. ¿Quién o quienes pudieran disponer de ese operativo en menos de una semana? ¿Por qué fue secuestrado? Hidalgo Solá se identificó permanentemente con los ideales democráticos, con la paz y la unión de los argentinos y con el repudio constante y permanente a la violencia y a la subversión.

En el desempeño de su cargo de embajador, al que fue convocado por el actual gobierno, realizó una tarea sin descanso para fortalecer los vínculos políticos y económicos de nuestro país con la Rep. de Venezuela. En este país hermano fue reconocido como un autentico amigo y a él se debe mucho de la feliz concreción de la visita de nuestro presidente a Caracas.

A pesar del dolor y de la angustia que su desaparición nos provoca, fieles a su pensamiento de unión y paz entre los argentinos, no quisimos hacer otra cosa que denunciar el hecho ante las autoridades correspondientes y confiamos en la acción del gobierno que no permitiría pasivamente el secuestro de su embajador en pleno centro de Buenos Aires. No tenemos duda alguna de la preocupación  que este hecho provocó en las más altas autoridades gubernativas y agradecemos profundamente las reiteradas nuestras de comprensión y simpatía que hemos recibido del Señor Presidente de la Nación y otros altos funcionarios.

Pero lamentablemente no tenemos conocimiento de las medidas adoptadas tendientes a esclarecer el hecho, en que sentido se han orientado y si las investigaciones continúan si pausa para determinar el paradero de nuestro ser querido.

No hacemos reproches, señalamos hechos. Porque si así no lo hiciéramos, después de nuestro voluntario silencio de un año, no estaríamos cumpliendo con quien con su presencia nos llenó de felicidad, nos brindó los mejores ejemplos y nos enseñó a tener fe en los destinos de nuestro país y en la vocación democrática de sus hombres.

Tenemos puesta nuestra e en Dios Nuestro Señor. Confiamos en su retorno libre y salvo a nuestro hogar, porque nos resistimos a creer que puedan existir hombres capaces de sacrificar fríamente a inocentes persiguiendo vaya a saber que oscuros designios. Perdonamos a quienes con su predica falaz pudieron ser responsables indirectos de este hecho. Agradecemos la presencia y solidaridad permanente de quienes probaron ser nuestros amigos.

A ellos le pedimos una oración hecha con Fe y Esperanza en Dios Nuestro Señor ya que solo con su ayuda todo es posible.

DELIA GARCIA RUEDA DE HIDALGO SOLA y sus hijos: ADRIANA, FERNANDO, MARCELO Y DIEGO.




Delia García Rueda de Hidalgo Solá durante el juicio a las juntas






Fuente: A un año de la desaparición del Embajador Héctor Hidalgo Solá, solicitada en el Diario La Prensa, 18 de julio de 1978.

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