Creo que si se dieran ciertas circunstancias como las que
sostiene la juventud de nuestro partido, el radicalismo podría analizar el escaparse, diría yo, de una línea
tradicional que ha pretendido siempre su individualidad. En cuanto a la
probable integración de una formula mixta presidencial Perón-Balbín. Pero no se
ha recibido ningún ofrecimiento en ese sentido.
Para la aceptación de la formula mixta debe reorganizarse la
CGT, investigarse los sucesos de Ezeiza y que no debe haber intervenciones
federales.
Debe partirse de la base de que es imposible que se
concreten de ninguna manera estas condiciones, tales por ejemplo, lo que se
señala acerca de la eliminación de la burocracia sindical, el retiro de los
paquetes de leyes económicas, que a través de algunas omisiones sobre todo, no
hablan a las claras acerca de la voluntad de producir esta liberación.
Objetivos revolucionarios
Mi sector no esta por un sentido sectario, sino que
considera que por el contrario, el radicalismo tiene que trabajar de la manera más
eficaz posible, manteniendo sus estructuras para lograr objetivos
revolucionarios que está deseando se concreten de una vez por todas el 80% del
pueblo argentino.
El radicalismo, en las circunstancias arriba apuntadas, no
puede asumir rol que algunos sectores
pretenden que desempeñe. No puede ir a llenar el vacío de las fuerzas
populares del peronismo, no puede ir a actuar como fuerza moderadora en un
momento en que actuar al servicio de la preservación del statu quo seria
actuar, lisa y llanamente, en contra de estos requerimientos mayoritarios de la
Argentina que desean una autentica revolución en el país.
Yo no deseo ser candidato.
No creo que de ninguna manera eso suceda y no esta de
ninguna forma –quiero decirlo con toda seriedad- en mis cálculos.
Pienso que la Convención debe elegir pero no nos interesa a
quienes elija, que sean correligionarios y que vayan a servir al radicalismo y
a la democracia argentina.
Los recientes acontecimientos
Son realmente lamentables y me han dejado abrumado.
Creo que estábamos en presencia de un gobierno que gozaba de
un privilegio que no habita tenido quizás gobierno anterior en el país. Todos deseábamos
que acertara y todos estábamos dispuestos a poner al hombro a la Republica.
De la noche a la mañana nos encontramos con estas novedades.
Yo califique todo esto como una suerte de golpe de derecha y creo que es así. Insisto
en esa apreciación, no porque consideraba que Cámpora puede estar a la
izquierda de Perón, sino porque es evidente que nosotros estábamos asistiendo a
la exhibición de saludables contradicciones dentro del propio peronismo que nos
hablaban a las claras de que un protagonismo popular, estaba en cierta forma
garantizando la vigencia de un proceso democrático.
Mucho me temo que de aquí en adelante se pretenda marginar a
los sectores más progresistas y más populares, en cuyo caso vamos a estar en
presencia de un gobierno en cuyo seno ya no se discute lo que de ninguna manera
es aconsejable para la propia democracia. Por otra parte, creo que se va
afirmar ostensiblemente la burocracia sindical.
Estimo que las Fuerzas Armadas, que habían operado un
repliegue inteligente y no pensaban en la necesidad de interferir en la vida política
argentina, en estos momentos pueden empezar a opinar y esto también es
lamentable.
Ya ha de ser difícil que se conozca a los verdaderos
responsables de los trágicos sucesos de Ezeiza y entretanto las propias
designaciones que se han hecho hablan también a las claras, juntamente con
algunas renuncias aceptadas, de que el signo que se pretende imponer es
marcadamente de derecha.
Candidatos propios
El radicalismo debe concurrir a las próximas elecciones con
candidatos propios, pero rehúso dar nombres, estimando que en el partido hoy un
conjunto de hombres importantes, cualquiera de los cuales puede ser un buen
candidato.
Yo creo que desde hace tiempo hay una suerte de campaña
destructiva con respecto a la imagen que se pretende crear sobre Raúl Alfonsín.
Hasta se llega a sostener que soy comunista, por ejemplo.
Quiero afirmar que estoy permanentemente al servicio de la filosofía
del radicalismo. Esta filosofía nos impulsa a luchar por la dignidad del hombre
libre, partiendo de la base de la participación del pueblo en una democracia
pluralista.
De ninguna manera aceptamos la dictadura del proletariado,
por ejemplo.
Fuente: Declaración de Alfonsín dirigente de la Unión Cívica
Radical en un reportaje radial en el Diario El Litoral del 22 de julio de 1973.
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