Inspirada en su de servir al país, como lo hizo en todas las
horas de su larga existencia, la Unión Cívica Radical del Pueblo dio termino a
su reorganización general. La elección de sus autoridades nacionales,
provinciales y de los municipios y la constitución de sus organismos
deliberativos y ejecutivos, culminó con la adopción de importantes decisiones,
cuyo cumplimiento hemos iniciado.
Actuante en todas las etapas de la vida argentina desde 1891
hasta 1957, el radicalismo transitó desde el comienzo hasta el fin, los caminos
del destino nacional. En la demanda de las primeras horas; cumplimiento de la Constitución,
moral administrativa, ley de sufragio universal secreto y libre; en la protesta
armada, en la abstención revolucionaria: en la iniciación de la política
social, en el mantenimiento de la neutralidad, en la lucha anti imperialista,
en la defensa del petróleo, en el reconocimiento de la organización obrera y de
sus métodos de lucha, en la afirmación de la soberanía popular y nacional y de
la independencia económica; en su posición industrialista, partidaria a la vez
del sostenimiento y de la expansión de la riqueza agrícola-ganadera; en su
solidaridad de siempre con el pueblo trabajador, en su pugna histórica contra
los monopolios, los totalitarismos y los privilegios, la Unión Cívica Radical
conoció la dureza del combate, sufrió con el país el dolor de las frustraciones
y gusto la satisfacción de las grandes transformaciones democráticas.
No hubo fenómeno del desarrollo argentino, desde la reforma
universitaria a la organización del movimiento obrero, ajeno al pensamiento y a
la acción del radicalismo. En la defensa de los fueros del espíritu y de la fe,
de los derechos de la familia, de la libertad, de la educación popular y en la
creación de una economía al servicio del hombre, la Unión Cívica Radical
exhibió su constante, su generosa contribución afirmativa y progresista.
En cumplimiento de los fines de su institución, luchó por la
paz social, por la democracia económica, y sin descanso de un día se batió
contra las desigualdades injustas, contra todas las formas de la coacción, de
la privación del derecho, del fraude a la voluntad popular y de la corrupción
oficial.
Ni una sola vez se mancilló así misma en el deliberado
falseamiento de sus ideas; nunca desmintió sus palabras condenatorias de
cualquier expresión dictatorial o demagógica; jamás transó con la ignominia ni
confundió sus nítidos perfiles de conducta y de doctrina, para entrar con
arteria en la zona neblinosa de los provechos electorales.
Así se presenta hoy –igual así misma tal como Alem e
Yrigoyen la concibieran- para renovar su porfiada combatir por los grandes
objetivos populares y argentinos. Su Convención Nacional reunida a continuación
del Comité Nacional, en debate memorables verdaderas justas de madurez patriótica,
de experiencia histórica, de saber jurídico y sociológico, dio las directivas
para la conducción del partido y para el desarrollo de su vida interna.
Después de ratificar sus Bases de Acción Política, su
Profesión de Fe Doctrinaria y su Plataforma, reformó la carta orgánica adecuándola
a la inequívoca voluntad de los afiliados, implantando el voto directo como
medio y procedimiento para la elección de todos su candidatos, restituyendo así
el ejerció de la soberanía partidaria al millón de conciencias argentinas inscriptas
en los registros del partido.
Hizo imposible con esa reforma la Constitución de oligarquía
dirigentes y el apoderamiento del partido por minorías usurpadoras y ambiciosas
del poder.
Al decidir su concurrencia a los comicios del 28 de este
mes, para la elección de constituyentes, afirmó por unanimidad su decisión de
ratificar la Constitución Nacional de 1853 y aprobó las siguientes directivas
para los representantes de la Unión Cívica Radical del Pueblo:
-
Limitación de las facultades del P.E. Nacional,
impidiendo su predominio sobre los demás poderes que forma el Gobierno de la Nación.
-
Independencia funcional del Congreso de la Nación.
-
Acrecentamiento de las facultades de control del
Parlamento.
-
Federalismo real asegurando la autonomía política y económica
de las provincias y la propiedad de sus riquezas naturales.
-
Facultad exclusiva del Congreso de decretar
intervenciones a los Estados Federales, salvó casos excepcionales concretamente
previstos, y con la limitación temporal en todos los casos, de la duración de
las intervenciones.
-
Otorgamiento exclusivo al Congreso Nacional de la
facultad de declarar el estado de sitio.
-
Independencia real del Poder Judicial sobre bases que
organicen el nombramiento y remoción de los jueces al margen de las continencias
políticas, asegurando su imparcialidad.
-
Mantenimiento del sistema electoral organizado por la
ley Sáenz Peña.
-
Elección directa del presidente y vicepresidente de la Nación.
-
Autonomía municipal y fortalecimiento económico-financiero
de la misma.
-
Restitución de los poderes impositivos de las
provincias absorbidos indebidamente por la Nación.
-
Ampliación del ámbito de acción del recurso de amparo,
cubriendo la efectividad de todos los derechos individuales y patrimoniales.
-
Incorporación a la Constitución de los derechos
sociales que protegen al pueblo trabajador. Código Nacional del Trabajo. Fuero
laboral. Convenios de trabajo.
-
Derecho de huelga. Derecho de reunión.
-
Función social de la propiedad.
-
Reforma Agraria.
-
Estabilidad del empleado publico.
-
Explotación, industrialización y comercialización del petróleo
y sus derivados, energía atómica, caídas de agua y demás fuentes de energía,
con excepción de los vegetales, exclusivamente por el Estado.
-
Libre acceso a la cultura en todas sus manifestaciones.
-
Fomento del cooperativismo.
-
Estudio de las medidas necesarias para el amparo de la
clase media.
El pueblo argentino, en cuanto hace a la Unión Cívica
Radical, conocerá de este modo, sin ningún ocultamiento, las ideas sometidas a
su aprobación. No dará mandatos incondicionales, sino precisos y categóricos;
no votara por hombres, sino por un conjunto de ideas y soluciones argentinas.
El radicalismo de siempre, integrando nuestras filas, cree
en el pueblo, esta al servicio del pueblo; en la Convención Reformadora de la Constitución
aspira a ser su intérprete y su mandatario.
En nombre del Comité Nacional y de la Convención Nacional de
la Unión Cívica Radical del Pueblo, los ciudadanos y afiliados suscriptos,
saludan a todos los argentinos y los invitan a votar por el Radicalismo, para
afirmar la paz, la justicia, los derechos de los trabajadores y al desarrollo
nacional.
Dado en Buenos Aires, a 16 de julio de 1957.
AUTORIDADES DE LA UNIÓN CIVICA RADICAL DEL PUEBLO
CONVENCIÓN NACIONAL
NICOLAS ROMANO
Presidente de la Convención Nacional
José B. Casas y Ángel F. Grela
Vicepresidentes
Rubén V. M. Blanco, Hugo Especho, Alberto A. Garona y
Horacio Prémoli
Secretarios
Crisólogo F. Larralde
Presidente del Comité Nacional
Reginaldo Manubens Calvet y Tomas Gonzalez Funes
Vicepresidentes
Emilio C. Parodi, Carlos H. Perette, Francisco Rabanal y
Juan Claudio Zanoni
Secretarios
Candido R. Quirós
Tesorero
Luis Ferrari
Pro tesorero
Fuente: La Unión Cívica Radical del Pueblo a la Ciudadanía –
Elecciones de Constituyentes 28 de julio de 1957.
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