Buenos Aires, enero 10
de 1946
Señores: Dr. Jorge Albarracín Godoy,
Dr. Leopoldo Suárez, Dr. Alfredo Vitolo,
Dr. Manuel Vázquez Gil y Sr. Rodolfo N. Ozán
Queridos correligionarios:
Los doctores Tamborini y Mosca han querido que el Dr.
Elpidio González y yo formemos parte de su comitiva en la gira que efectuaran.
Complacido, he aceptado, lo mismo que don Elpidio. En esta
oportunidad procuraremos levantar los cargos que se han hecho para que nuestra
inocencia quede de manifiesto ante la opinión general del país.
Limito la presente a saludarlos y anunciarles que pronto me tendrán
con Udes., pues el Dr. Enrique Mosca tiene especial interés en ver nuevamente a
Mendoza, donde tan brillante actuación tuviera en el periodo comprendido entre
el 12-10-1924 y el 6-2-1926. Así mismo guarda imborrable recuerdo de la
despedida que le tributo el pueblo mendocino al terminar su misión.
Durante mi estada en esa, desvirtuare lo mucho y lo malo que
de mi se ha dicho. A mis oídos han llegado noticias que me desconsuelan. Se que
me atribuyen el secuestro de 25.000 libretas de enrolamiento, y eso debe haber
sido una ocurrencia de los muchachos que abusaban de mi buena fe, pues yo no
acostumbro a hacer esos disparates. Así mismo se me culpa de que dos dignísimos
jueces, como Gómez Cabrera y Sixto Fuentes Pondal, se hayan extralimitado mucho
en sus funciones, siendo que yo siempre respete la autonomía de la justicia. Por
ese equivoco, que mucho lamento, un vecino de Vista Flores llamado Roberto
Videla Bourget, le ha puesto a tres de sus perros los nombres de “Borzani”, “Gómez
Cabrera” y “Fuentes Pondal”.
DR. JORGE ALBARRACIN GODOY
Se ha dicho, querido correligionario, que yo, por intermedio
de mis muchachos, le planché las espaldas varias veces y también esa parte del
cuerpo humano donde precisamente la espalda pierde su honesto nombre. Debido a
ese error, se me puso como gato que sale del albañil llovido, desde las
columnas de La Palabra. Yo tengo los sueltos y artículos firmados por Ud. Pero
no olvide, Dr. Albarracín Godoy, que yo lo ayude a substanciar un recurso de habeas corpus a favor del Dr. C. W. Lencinas,
y por el cual Ud. le cobró a sus parientes, creo que al Dr. Rafael, mas de
$15.000. Olvidemos esa calumnia de las patadas, de las detenciones, de los
insultos y calumnias reciprocas y aprestémonos a trabajar por la causa común.
DR. ALFREDO VITOLO
Ud., mi estimado narigoncito, era un pichón en esa época de
mi actuación. De Ud. se dijo que a raíz de la muerte de su hermano, por una afección
contraída en Bolivia cuando debió disparar a esa Nación por creer que nosotros
lo íbamos a perseguir por manejos en el crédito publico, juró que perdería su
mano derecha antes de suscribir una adhesión a los asesinos de ese hermano. Veo
que todo ha sido calumnia y que permanece con inimitable entusiasmo en nuestras
filas.
DR. MANUEL VAZQUEZ GIL
Ignoro, valiente entrerriano, celoso cuidador de palomas
mensajeras, porque ha afirmado que también mis muchachos tenían la manía de
reducirle la gordura de las partes más gordas del cuerpo, a puro golpe y de
ponerle colorados los mofletes de su lindo rostro con golpes también. Eran inclinaciones
suyas, pero sin que se me diesen cuenta de ellas. Yo lamente sus artículos como
los del paciente Albarracín Godoy en La Palabra, atribuyéndolos a su incomprensión.
Menos mal que ahora estamos unidos y esperando que se nos
eche agua en el “jaguel” político para aplacar esta sed inextinguible.
DR. LEOPOLDO SUAREZ
A Ud. le pasa lo que al Dr. Vitolo. Era pichoncito cuando yo
gobernaba en esa querida provincia que tanto me recuerda y en la que espero ser
entusiastamente recibido. Su padre murió a consecuencia de una afección que también
contrajo en el extranjero cuando se vio obligado a abandonar por habérsele
dicho que el buen amigo Gómez a quien Dios guarde muchos años quería encarcelarlo.
Ud. también prometió cortarse la mano derecha antes de hacerse devoto del Dr. Yrigoyen,
que en la gloria esté. Veo que conserva su mano.
SR. RODOLFO OZÁN
Olvide Ud. todo lo que se le hizo en Rivadavia –palizas,
robos, detenciones alguna que otra ilevantable calumnia- pues como en otras
casos, era debido a que no se me hacia conocer las extralimitaciones de mis
muchachos, deseosos de darles el gusto al dedo y a la mano, para matar el
tiempo. Por aquí anda Gallegos Moyano y Sardina, que ha invitado al narigoncito
Vitolo a formar parte del cortejo de estos lindos viejitos -146 años entre los
dos- llamados Tamborini y Mosca, que sacaran “canas verdes” al Coronel Perón.
Les recomiendo: Si me lo ven, salúdenlo afectuosamente al
Dr. Palero Infante, mi querido consejero durante la intervención que con Juan
Bautista Ramos y Federico Figarovich o Figarol, formaron el trío mas útil para
cualquier gobernante de mi condición.
¿Cómo andan los jueces? Recuerdo aquellas “farras” en El Melón,
con Bernardo Ortiz y compañía, y recuerdo también al gordito Suárez Lago, quien
pidió que me quedase eternamente en Mendoza para felicidad de los mendocinos. ¡Cuantos
recuerdos!
Buenos, muchachos, ya recibirán otra carta mía. Abrazos y
hasta la próxima.
Carlos Borzani
Ex interventor
federal en Mendoza durante el gobierno del Dr. H. Yrigoyen.
Fuente: Carta abierta del ex interventor Carlos Borzani a
sus mejores amigos (sátira política de los lencinistas con fines electorales),
10 de enero de 1946. En La Unión Cívica Radical en Mendoza y en la Argentina
(1890-1946): Aportes para el estudio de la inestabilidad política en la
Argentina / Pablo Lacoste.
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