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lunes, 17 de octubre de 2016

UCR: "Las jornadas del 17 y 18 de octubre" (29 de octubre de 1945)

Buenos Aires, 29 de octubre de 1945

El 17 y 18 de octubre, la ciudad de Buenos Aires, presencia el insólito desfile de los adeptos al candidato nazi. Bajo el amparo de la policía cometen toda clase de desmanes, de malicias, de ultrajes “como nunca lo ha presenciado la Nación”. La M. D. califica y repudia tales actos, y denuncia la acción de la dictadura preparando el continuismo militar, al mismo tiempo ratifica el comunicado, que sobre estos mismos hechos dio a publicidad la Secretaría el día 24.

La situación del país ha empeorado. Al avasallamiento de todas las garantías constitucionales, hay que agregar ahora la preparación electoral, en un clima de engaño y de violencia. Todo es dirigido hacia el continuismo de la dictadura en la persona del ex ministro de guerra. La oficina de Trabajo y Previsión, con un presupuesto extraordinario y delegaciones en todo el país, realiza una doble acción: de perturbación social con su permanente incitación al obrero, y de pública campaña electoral por el candidato del oficialismo.

El actual ministro del Interior ofrece garantías, habla de anticipar la fecha eleccionaria y hasta asegura la presencia de las fuerzas armadas en los comicios –promesa no ratificada por quienes tienen la efectividad de los comandos-, pero al mismo tiempo que suspende el decreto que dejaba sin efecto la disolución de los partidos políticos tradicionales, trasciende que se estudia la reimplantación parcial del estatuto repudiado por la opinión general –mantiene el estado de sitio, designa interventores y funcionarios en altos cargos a personas, reconocidamente adictas a dicha candidatura-, y permite la acción abusiva de la policía, que pareciera encaminada exclusivamente a sofocar, toda expresión democrática del pueblo.

El paro general y la manifestación llamada obrera del 17 y 18 de octubre, constituyen una prueba concluyente de estas afirmaciones. Reparticiones públicas planearon al detalle ese acto y se sabe con certeza, que, en gran parte, pudo realizarse usando de la coacción y de la amenaza. Parecía que los manifestantes llevaban la consigna de la violencia y es así como se ultrajó la dignidad de la ciudadanía con la ayuda policial, en un espectáculo de vergüenza como nunca lo ha presenciado la Nación. La prensa libre fue también afrentada y el edificio de un diario vespertino, sufrió un ataque inconcebible, en un país civilizado. La M. D. ratifica a este respecto el comunicado dado a publicidad por secretaria con fecha 24 del mes en curso.

Lo que ha presenciado atónito el pueblo entero y ha trascendido mas allá de nuestras fronteras, no podrá ser desvirtuado con el obligado informe oficial de nuestros representantes en el extranjero, que hablan de “manifestaciones espontáneas” realizadas “dentro del mayor orden”. Tal afirmación cuya inexactitud se ha comprobado, no prestigia a la Nación.

Corresponde señalar que quienes cometieron los desmanes, no fueron los auténticos obreros, pues el hombre de trabajo, actúa siempre, con respeto y dignidad. El obrero argentino que ha vivido siempre en un ambiente de libertad, sabe dar primacía al bienestar general de la Republica y de respeto a nuestras instituciones democráticas, sobre los intereses particulares, como lo han evidenciado los distintos documentos y manifestaciones de entidades obreras repudiando actitudes de incondicionalismo oficialista de ciertos dirigentes, que no saben interpretar sus verdaderos sentimientos hondamente la vergüenza de que en la Confederación Mundial de Trabajadores reunida en Paris, no se admita al delegado obrero, por considerar, sino un mero asalariado, defensor de un gobierno de facto de tendencia nazifascista; y el país entero contempla con tristeza que tampoco se ha admitido al representante diplomático en Francia, por serlo de un gobierno, que no representa la voluntad legitima del pueblo.

Hacemos un llamado al autentico trabajador argentino para que discrimine serenamente en esta grave situación de la Republica. No puede ni debe aparecer, quebrando el ideario democrático de los trabajadores del Continente, como si fuera defensor de una dictadura, cuya más genuina expresión, es la persona del candidato oficial, actual militar en retiro. Debe adquirir plena conciencia de que su mejora y su prosperidad no podrán nunca ser asegurada por decretos que se multiplican en una época anormal, sino mediante una legislación positiva y orgánica. La Unión Cívica Radical, que ha desarrollado una intensa gestión legislativa social, desde la época de Yrigoyen hasta la ultima clausura del Parlamento, tiene derecho a reclamar se deposita fe en su acción futura que ha de tender fundamentalmente, a traducir en realidad, el justo anhelo de justicia social. Ningún estadista o gobernante pude desoír este grave problema, que es el signo de la época y mucho menos un partido que lleva en su programa, claros preceptos que lo resuelven en forma definitiva.

El radicalismo, unido y firme en su clara ideología democrática, en su oposición a toda dictadura, en su propósito de lograr una plena justicia social sin perturbaciones ni odios de clase, y en su constante reclamo porque el pueblo vuelva al goce de su plena soberanía, afrontara esta lucha decisiva, en el terreno en que la circunstancias lo coloquen.

Por estas consideraciones la Mesa Directiva del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, declara:

  1. Que repudia los actos cometidos en las manifestaciones del 17 y 18 de octubre, como extrañas al sentimiento del verdadero trabajador argentino y al grado de cultura de nuestra Nación.

  2. Que los actos del actual gobierno de facto evidencian su decisión de preparar el continuismo militar, en la persona del ex ministro de Guerra, mediante la utilización de todos los organismos del Estado y la creación de un ambiente que hará imposible la libre expresión de la voluntad ciudadana.



Firmado: Presidente, doctor Gabriel A. Oddone; Vice 1°, Dr. Anastasio Eguiguren; Vice 2°, Dr. Henoch D. Aguiar; Tesorero, D. Raúl Rodríguez de la Torre; Secretarios: Dr. Carlos E. Cisneros, Dr. Carmelo Piedrabuena, D. Julio F. Correa y José Víctor Noriega.





Fuente: Declaración de la Mesa Directiva de la Unión Cívica Radical sobre las jornadas del 17 y 18 de octubre de 1945. En “El radicalismo al servicio de la libertad” de Santiago Nudelman, Buenos Aires, 1947.

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