Ruego a la honorable asamblea y publico presente ponerse de
pie, para escuchar el juramento del señor gobernador.
—Se ponen de pie los señores legisladores y publico asistente.
Sr. Gobernador electo
(Alende) — Juro por Dios y por la Patria y sobre estos Santos Evangelios,
observar y hacer observar la constitución de la provincia, desempeñando con
lealtad y honradez el cargo de gobernador.
Si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden.
(Aplausos prolongados).
Sr. Presidente
(Apezteguia) — Excelentísimo señor gobernador de la provincia:
Quedáis habilitados para desempeñar el cargo, desde este
momento, hasta el 2 de mayo de 1962. (Aplausos prolongados).
Invito al señor vicegobernador electo de la provincia de
Buenos Aires, ciudadano don Arturo Andrés Crosetti, a prestar el juramento
constitucional.
—Se ponen de pie los señores legisladores y publico asistente.
Sr. Vicegobernador
electo (Crosetti) — Juro por Dios y por la Patria y sobre estos Santos
Evangelios, observar y hacer observar la constitución de la provincia,
desempeñando con lealtad y honradez el cargo de vicegobernador.
Si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden.
(Aplausos prolongados).
Sr. Presidente
(Apezteguia) — Excelentísimo señor vicegobernador de la provincia:
Quedáis habilitados para desempeñar el cargo, desde este
momento, hasta el 2 de mayo de 1962. (Aplausos prolongados).
Señor vicegobernador:
os invito a continuar presidiendo esta sesión de la honorable asamblea.
(Aplausos).
—Ocupa la presidencia de la honorable asamblea legislativa el señor
vicegobernador de la provincia, don Arturo Andrés Crosetti. (Aplausos).
MENSAJE
Sr. Presidente
(Crosetti) — Invito al excelentísimo señor gobernador de la provincia a dar
lectura a su mensaje, ante la honorable asamblea.
Tiene la palabra el señor gobernador. (Aplausos).
Sr. Gobernador
(Alende) — Señor presidente de la asamblea legislativa, señoras y señores
legisladores:
Asumimos el gobierno bajo condiciones singulares y en
tiempos difíciles. No hemos conquistado nuestros mandatos en virtud de un
proceso democrático normal. Aspiramos a estar en condiciones de afirmar, dentro
de cuatro años, cuando la ciudadanía ejerza en plenitud sus derechos cívicos y
un gobierno constitucional suceda a otro gobierno constitucional, que el orden
jurídico y la paz social están definitivamente consolidados en nuestra
provincia (Aplausos).
Nuestros electores podrán decir que cumplimos con lealtad y
honradez nuestras funciones, si arribamos a esa meta interpretando sin
declinaciones y con firmeza inquebrantable, los ideales nacionales y los
sentimientos populares que han refirmado con su voto. Este señalo claramente la
necesidad de emancipar el país y de establecer una democracia que superando los
aspectos formales, penetre en la raíz del conflicto presente, dando vida y
vigencia plena a la justicia social.
Las dificultades económicas y sociales que deberemos
enfrentar, como consecuencia de la crisis funcional de desarrollo que afecta
los sectores básicos de la economía e incide sobre el nivel de vida de los
trabajadores, podrán solventarse si se mantiene la confianza que el electorado
de la provincia ha concretado en cifras de valor absoluto; y esta en nosotros
robustecerla manteniendo en alto el programa de realizaciones que genero y acrecentó
el apoyo popular (Aplausos).
Señalamos una vez mas que las desinteligencias entre los
argentinos solo aprovechan a quienes interesa trabar el desarrollo del país.
Debemos marchar todos, sin excepciones, por una ruta de paz y de concordia, aprovechando
las experiencias positivas del pasado y aunando esfuerzos para consolidar la pacificación
del país, su realización integral y el bienestar social.
Las experiencias negativas, con su secuela de cruentos y
lastimosos desencuentros, debe sepultarse en el olvido. No es este para
nosotros un pensamiento improvisado. Bregaremos por un clima de concordia y
conciliación, en la seguridad de que llenamos así el propósito fundamental de
nuestro gobierno y lo conseguiremos mediante el mutuo respeto, la inviolabilidad
de los derechos humanos, el respeto a la libertad de información y el
cumplimiento de la Constitución y de la ley, para que evitándose así el
inventarlo de los agravios y los errores mutuos, sin que abandonen su posición,
se dediquen todos a trabajar urgentemente por los supremos intereses de la
provincia y de la Patria.
Para desarrollar una tarea fructífera necesitamos y
requerimos la más amplia y patriótica colaboración de la honorable legislatura.
Consideramos que el gobierno que la Constitución fija, no es de carácter personal
y se integra en el armonioso mecanismo de los tres poderes del Estado. En este
orden de ideas asignamos la faz substancial al Poder Legislativo, pues dentro
de el se encuentran representantes del pueblo y de partidos que representan a
la oposición. Asignamos a ella una importante función de contralor y
vigilancia, que por nuestra parte habremos de facilitar, brindando desde el
poder administrador todas las informaciones y elementos de juicio que considere
necesario para el mejor cumplimiento de la representación popular que invisten.
Al favorecer de esta manera su accion legislativa, custodiaremos en forma
indirecta la corrección de nuestros propios actos administrativos, al facilitar
que se pongan en evidencia hechos y actitudes que pueden afectar el prestigio
del gobierno y que no siempre llegan al conocimiento de los mandatarios que
afrontan las responsabilidades fundamentales.
La experiencia señala que cuando se desconocen sus derechos
y se desoyen sus asertos, las minorías buscan el camino de la violencia. Como
una contribución mas a la tranquilidad del país, estaremos atentos a las
distintas expresiones políticas, cuya opinión recabaremos, valorando también a
las que no alcanzaron representación parlamentaria.
De igual manera, nos preocuparemos por afirmar
definitivamente la independencia del Poder Judicial, con riguroso ajuste al
sistema institucional vigente. Los jueces deben actuar al margen de toda
interferencia política, adquiriendo así la autoridad y responsabilidad que dan
base a una justicia sana. En rumbo a esta finalidad, encararemos con el acuerdo
del honorable Senado la integración de los actuales cuadros, con un criterio de
selección imparcial, nombrando a magistrados y funcionarios según las capacidades
y merecimientos intelectuales que presenten.
Propiciaremos en esta materia reformas legislativas
inmediatas, sin perjuicio de estudiar otras de mayor aliento, como la organización
de la carrera Judicial, en oportunidad y circunstancias propicias. No deberá demorarse
el retoque parcial del procedimiento que en muchos aspectos ha quedado a la
zaga de modernas concepciones legislativas y doctrinarias.
Estudiaremos la posibilidad de elevar el número de miembros
de la Suprema Corte de Justicia, con el fin de obtener una distribución
racional y especializada de las tareas de ese alto cuerpo.
Trataremos, además, de convertir en una realidad, la tan
demorada justicia de paz letrada en reemplazo del sistema actual, superado
netamente por las múltiples y complejas cuestiones que cotidianamente presenta
la vida moderna. Sin intención de menoscabar a quienes deben mejorarla, es
fuerza reconocer que la Justicia debe afirmarse a si misma en esta rama del organismo
jurisdiccional.
Auspiciaremos igualmente, con la celeridad que nos sea
permitido, implantar una instrucción que dependa de la justicia.
Se permitirá a la policía cumplir integralmente así su función
especifica y se dejara atrás un sistema cuya supervivencia no se justifica sin
mengua al principio de superación de poderes. Por ultimo, deseamos una más
adecuada distribución territorial de los organismos de justicia, que permita
acercar el proceso al lugar de litigio, en busca de una mayor celeridad,
comodidad y economía (Aplausos).
En el análisis a realizar de las fuerzas que sustentan el
poder social, no podemos dejar de lado a las fuerzas organizadas del trabajo y
la producción.
El mundo contemporáneo se caracteriza por la valoración que
hace de las fuerzas del trabajo, que organizadas sindicalmente defienden sus
derechos y conquistas gremiales.
La participación activa de los trabajadores en la vida política
y sus vicisitudes posteriores han nutrido a las agrupaciones y a los
sindicalistas argentinos de valiosas experiencias, que volcados en el futuro,
al través de representantes legítimos, contribuirían a restablecer el
equilibrio y el orden laboral.
Por nuestra parte, reiteramos las precisas definiciones de
siempre. Contribuiremos a crear las condiciones jurídicas, políticas y económicas
que aporten paz, seguridad y tranquilidad al hogar de los trabajadores,
respetando los derechos gremiales, favoreciendo el desarrollo espontáneo del
movimiento sindical y la incorporación dinámica de los que trabajan a la vida nacional.
Deseamos la existencia de una central nacional de
trabajadores unida y única (aplausos), independiente de los patrones, del Estado
y de los partidos políticos, y un sindicato único por cada rama de producción,
con afiliación y contribución obligatorias. Los sectores laboriosos resolverán así
sus problemas frente a las fuerzas empresarias de organización nacional, de
igual a igual, con equivalente fuerza representativa. Va de suyo, pues, que para
nosotros, gobernantes de Buenos Aires, la jurisdicción que a la Nación
corresponde en materia laboral, no será discutida, debiendo actuar el Estado a
la par de las organizaciones nacionales de patrones y obreros, sin la traba de
compartimentos provinciales cerrados, que nos llevarían a una anarquía en la producción,
enemiga de nuestro desarrollo y progreso. (Aplausos).
Por su parte las fuerzas organizadas de la producción deben
contribuir al reajuste estructural y a la democratización de la economía
argentina. Deben comprender que las desigualdades y las injusticias en la distribución
del ingreso y la riqueza social constituyen uno de los mayores obstáculos al
desarrollo económico, a la inversión productiva, a la expansión del mercado y
al aumento de la productividad.
Cuanto mas se concentra la riqueza en pocas manos y cuanto
mas miseria hay en las manos populares, mayor es la proporción del ingreso y la
riqueza social que se destina al consumo superfluo y a la inversión improductiva
y mas estrecho es el mercado para las actividades económicas de consumo
popular. Esa aspiración redistributiva de los sectores del trabajo inspira hoy
la política en los países de más avanzado desarrollo, contribuyendo a
establecer un mercado de alto poder adquisitivo, que estimula el consumo y la producción.
La concepción liberal clásica de la democracia asigna al
Estado un papel inerte. Merced a una evolución creciente y progresiva, el
Estado democrático moderno tiende a transformarse en un Estado de servicio
social, a tono con las realidades transformadoras de nuestro tiempo. Los
grandes sectores de pueblo se han incorporado decididamente a la vida democrática:
el tiempo de las "minorías selectas" pseudo rectoras ha terminado.
(Aplausos). Esas masas sociales a las que los grupos del privilegio califican
de inorgánicas y desprecian, constituyen hoy en la Argentina y en el mundo, una
expresión democrática y humana, que consciente de su fuerza, impondrá la fusión
de las nuevas concepciones éticas que se apoyan en la libertad, con el sentido
social que aporta un orden colectivo de seguridad. (Aplausos).
La evolución histórica demuestra en su desarrollo, como el
hombre señala, con su acción, el deseo de superar y perfeccionar la estructura económica
de la sociedad, en la que deposita la rigidez de su libertad individual. Lucha,
polemiza y a veces muere en procura de un convivir que permita el usufructo compartido
de esa libertad, pero esta será una vana y hueca palabra, si la sociedad no
logra, colocando la técnica al servicio del hombre, su seguridad social
integral.
La prescripción constitucional, al afirmar que "todos
los hombres son iguales ante la ley" es valida, y perfecta, en la medida
que trasunta ese ambicioso empeño de la colectividad, y concreta asímismo,
una lucha de siglos contra los privilegios de casta, y las prerrogativas de
sangre; pero su valor es mínimo, en cuanto pretende mitigar las diferencias
entre los seres humanos.
El poderoso y el desvalido, el docto y el ignorante, el
principal y el inferior, el sano y el enfermo, no son iguales ni ante la ley ni
ante la vida, y por eso debe ser un objetivo vital para la democracia, poder
del pueblo, tender a nivelar esos naturales desequilibrios, no ya con simples
enunciados teóricos, sino con ejecuciones concretas que protejan al ser humano
e igualen esas posibilidades durante todo su ciclo, desde la concepción hasta
la muerte.
El drama contemporáneo es el drama del asalariado, es decir
de los hombres y mujeres que desde niños se ven sujetos y enclaustrados en su
medio social como una nueva geba contemporánea, a los cuales las necesidades de
la subsistencia propia y de su familias los obligan en temprana edad, a una
tarea que impide pleno desarrollo como seres humanos, a seguir tareas en la
adolescencia y desarrollarla toda su vida, culminando acaso en una jubilación
insuficiente, con posibilidades desminuidas, embretados definitivamente, desde
el principio al fin, sin perspectivas superiores de cultura, ilustración y vida
feliz. (Aplausos).
Por todas estas razones, habremos de proponer a Vuestra
Honorabilidad en el proyecto de ley de ministerio, la creación del de acción
Social, destinado a vigilar el cumplimiento de las disposiciones laborales que
protegen la salud de los trabajadores, promover el bienestar social, nivelar las
desigualdades sociales, tratando de dar a todos similares posibilidades frente
a la vida y luchar contra las deformaciones sociales que conspiran contra la
salud. (Aplausos).
En el concepto moderno, no solo se contempla la simple aparición
de la enfermedad. La salud exige el bienestar pleno en lo físico, lo mental y
lo social, y para cumplir especialmente con este ultimo aspecto, solicitaremos
de los señores legisladores, la aprobación de un proyecto de ley que responde a
esas estimaciones.
En ese campo económico y social, debe actuar sin reservas la
acción tutelar del Estado, comprendiendo que la libertad creadora del ser se
enerva con la desigualdad, la injusticia y la miseria, y deteniéndose solo ante
el patrimonio del espíritu, en respeto a esa libertad creadora que se aniquila allí
donde trata de dirigirse su conciencia.
Con el objeto de precisar la necesidad de reestructurar los
servicios de salud publica de la Provincia, encontramos confirmadas nuestras
experiencias en informes de técnicos de la Organización Mundial de la Salud,
que han estudiado la organización sanitaria del país y llegan a conclusiones
que afectan nuestra responsabilidad ciudadana y nuestra conciencia profesional.
Los hospitales, en la provincia y en el país se encuentran
en atraso de cuarenta años, frente a los modernos requerimientos sociales aun
cuando la alta capacidad técnica de los profesionales, se muestra eficiente en
su casi única esfera de acción que es la medicina curativa. Los vecinos, al través
de las municipalidades y organismos idóneos, deben actuar directamente en sus
centros de salud, mediante una racional descentralización, concentrando en
establecimientos estratégicamente ubicados la tarea especializada, y
estableciendo una unidad técnica de comando, en correcta conexión con el
sistema descentralizado.
La multiplicidad de organismos faltos de coordinación, el
sistema administrativo complicado y deficiente, lo reducido de los sueldos, y
por consiguiente la falta de personal adiestrado, la inexistencia de datos bioestadísticas
fidedignos y la falta de una orientación social, determina que en esta materia
de la salud publica, el Estado haya realizado inversiones cuantiosas con mínimo
aprovechamiento. No es problema de números de camas, pues en ese sentido la situación
es satisfactoria, sino de deficiente utilización de los recursos existentes.
Sentada esta premisa, consideramos que en el estado económico actual de la provincia,
debemos valernos con toda amplitud de los bienes existentes, ya que las
necesidades de una inversión productiva, postergaran por un tiempo la inversión
social. Mas el cumplimiento de nuestro deber de gobernantes, no admite
postergaciones, y aun cuando fuere con carácter provisional, debemos solucionar
este problema, sobre bases reales, con la colaboración de todos, médicos,
asociaciones gremiales y técnicos, para solucionar los problemas profesionales
y humanos, sin dejar de lado el humano problema del medico, que por la alta
calidad técnica de su cometido, requiere la suficiente tranquilidad económica,
para consagrarse de lleno, y con entusiasmo a su noble tarea.
Los sindicatos anhelan cumplir un ambicioso programa de
asistencia social. Muchos profesionales del arte de curar, jóvenes y maduros,
suenan con una consagración plena, bien remunerada. Someteremos a todos el
problema, y en la instancia correspondiente a Vuestra Honorabilidad, para que
la ley con beneficio general determine, como la medicina, ciencia y arte, adquirirá
en nuestro ámbito provincial, la calidad que merece el nivel técnico de sus
profesionales y la conciencia sanitaria del pueblo. (Aplausos).
La educación se desarrollara acentuando los aspectos
formativos del proceso pedagógico, y emprenderá con sentido humanista todas las
etapas de la enseñanza, desde el jardín de Infantes a los cursos de
perfeccionamiento y especialización para graduados en la Universidad.
La complejidad del proceso educativo, que en la concepción
moderna incluye toda la existencia del hombre —el niño, el adolescente, el
adulto, la familia y la comunidad— exigirá del Estado provincial una atención
preferente. Sin dejar de cumplir con las prescripciones constitucionales, el
gobierno de la Provincia unificara en el ministerio del ramo, toda la acción
educativa del Estado pero promoverá paralelamente a la descentralización de
toda la actividad cultural, mediante la creación de órganos locales de amplia
base de integración social, que fiscalizaran y estimularan la enseñanza
primaria, técnica y profesional y la cultura popular.
Aspiramos a integrar la escuela en el medio social y a
convertirla en el centro espiritual del barrio en que funciona vinculando
activamente los padres y familiares de los escolares, a su tarea educativa y
cultural. Superando su tradicional misión alfabetizadora, que será mantenida y
ampliada, la escuela abarcara la educación sanitaria, física, moral, técnica
y estética de toda la comunidad que la circunda.
La responsabilidad de su ampliada esfera educativa,
dinamizara la vida de la escuela y desde ella se orientara la organización de
la comunidad para el bienestar social, movilizando los recursos materiales y
humanos de los vecindarios, para elevar su nivel de vida y educando en el
ejercicio de la solidaridad humana, tanto a los niños como a los adultos.
La necesidad de técnicos y profesionales con formación científica,
para aplicarlos a los estudios de los problemas que plantea el desarrollo económico
y cultural de la Provincia, nos obligará a crear institutos de cultura
superior, o a establecer conexiones con las universidades, a fin de crear
cursos de perfeccionamiento y especialización para graduados, extender la investigación
científica y tecnológica, en relación con las necesidades del pueblo de la
Provincia, y posibilitar cada vez mas, el acceso de los sectores populares a la
cultura superior.
Los maestros, parte fundamental de la escuela, se hallaran
protegidos de las contingencias políticas y económicas. La vocación docente y
la capacidad profesional, recibirán todo el estimulo posible por parte del
gobierno, y las nuevas promociones del magisterio, tendrán mayores
posibilidades para perfeccionarse y cultivar sus aptitudes especiales.
El plan de educación que nos trazamos, es de tal amplitud y
trascendencia, que no bastan los recursos normales del presupuesto para
cumplirlo.
Pero sabemos que podemos contar con la generosa y entusiasta
colaboración de todos los maestros y de todos los padres de familia de esta
provincia de Buenos Aires, que señalo siempre grandes orientaciones en materia
educacional, para multiplicar en ellas las escuelas que las nuevas generaciones
reclaman, y vivificarlas con el espíritu do los tiempos nuevos, que asoman en
la Provincia y en la Republica. (Aplausos*.
Las atribuciones que la Constitución refiere al poder
ejecutivo y a sus ministros secretarios, se ejercerá con el principio de
trabajo de equipo, que aúna esfuerzos y voluntades, en el cumplimiento de un
fin superior. Hemos relatado las funciones correspondientes al esquema de un
grupo de seguridad social, compuesto por los ministerios de Educación, Salud
Publica y Acción Social. A continuación hemos de ocuparnos del sector económico-social,
que integraran los ministerios de Economía y Hacienda, Obras Publicas y Asuntos
Agrarios.
Los intereses económicos han influido extraordinariamente en
las relaciones de la provincia de Buenos Aires y el resto de sus hermanas
argentinas. Primero fueron el puerto y la aduana, ocasionando el largo pleito
entre provincianos y porteños, que termino formalmente con la federalización de
la ciudad de Buenos Aires en 1880. Los productos exportables del litoral,
marcaron el sello de dependencia a toda la vida argentina. Las provincias del
interior, productoras de materia prima para el consumo interno, debieron
someterse al centralismo económico y a los designios de una clase social, cuyos
Intereses de círculo se anudaban con los intereses de los mercados imperialistas.
(Aplausos).
La conducción económica del país orientada bajo los
principios de la división internacional del trabajo, nos mantuvo en dependencia
colonial, anulando toda posibilidad de desarrollo. Si bien la oligarquía
nacional, que detente el poder, estaba formada por provincianos y porteños,
Buenos Aires tuvo en esa conducción la parte prominente, que le otorgaron su población
y riqueza.
Contribuiremos a rectificar esa política, colocando a Buenos
Aires al servicio de un proceso de desarrollo nacional. (Aplausos).
La fisonomía de la provincia ha cambiado, y la mayor parte
de su población, se alberga en las zonas urbanas y suburbanas de lo que cabria
denominar conglomerado provincial. Un nuevo personal ha aparecido como agente
definitorio en la política provincial: es el obrero organizado, el habitante de
las villas populares que emigro desde las provincias en busca del mejor salario
de las zonas industriales. Los censos todavía, no lo acusan, pero si los
registros electorales. En solo dos secciones de esa zona se concentra más del
50 % del electorado bonaerense. Nada tiene que ver este tipo de argentino con
los Intereses vacunos o la tenencia de la tierra. La riqueza que su trabajo
contribuye a crear se transfundirá en el Interior argentino y los descendientes
morenos de los héroes de las guerras civiles y la guerra de la independencia,
libraran una nueva batalla desde su nuevo puesto de combate, para realizar
nuestra grandeza soberana. (Aplausos'
La política economías de nuestro gobierno, en el servicio de
estas ideas, estara orientada hacia la promoción de un desarrollo equilibrado
y armónico de todos los sectores, para lograr la superación del nivel de vida
de la población y una distribución mas justa de la riqueza.
Este desarrollo tendera a corregir el actual desequilibrio
regional, en base a un plan de inversiones que, mediante una coordinacion
inteligente, promueva la movilización conjunta de todos los recursos.
Cada inversión rinde un distinto fruto según su naturaleza y
según la oportunidad en que se realice y los recursos financieros de la
provincia no pueden ser utilizados sin discriminación. Deberá pues desarrollarse
una política de inversiones que establezca un régimen de prioridades según su
rendimiento económico y social, teniendo en cuenta la necesidad de corregir la
insuficiencia que hoy se manifiesta en varios sectores de la actividad,
trabando el desarrollo de los restantes.
La Provincia presenta grandes diferencias zonales. Tiene
algunas regiones altamente industrializadas; otras gozan de factores naturales
que favorecen la producción agropecuaria; varias poseen excelentes recursos
minerales; y su literal marítimo y fluvial ofrece grandes posibilidades para el
desarrollo de la industria pesquera. Sin embargo, la riqueza no esta
uniformemente distribuida, porque es diferente la eficacia y el grado de
tecnificación con que se aprovechan esos recursos naturales.
El sector agropecuario no ha progresado en relación con las
posibilidades que brindan los modernos adelantos técnicos. Predomina el sistema
de cultivo extensivo y de baja tecnificación: la mecanización es insuficiente,
cada zona ecológica dista de ser aprovechada en función de su máximo
rendimiento y el régimen de tenencia de la tierra no ofrece las condiciones
adecuadas para que los productores realicen un incremento efectivo y permanente
del rendimiento por hectárea.
Se crearan las condiciones necesarias para promover el
desarrollo industrial de toda la provincia acercando conforme a un plan racional
las nuevas fábricas hacia las zonas productoras de materia prima, para que
queden en cada región los beneficios de la industrialización de su producción básica.
En este sentido, la instalación de frigoríficos regionales permitirá el
aprovechamiento integral de la faena, cuyos subproductos se pierden hoy en gran
parte.
Esta promoción requerirá a su vez, la adecuación del sistema
de transportes, y la solución del problema de la energía y la vivienda.
Todo ello requerirá una acción enérgica, en materia de
inversiones coordinadas con el gobierno nacional y los municipios y el mane jo
eficaz del crédito.
La población de la Provincia vive el mismo problema que la
de todo el país, en el sentido de que quiere y necesita aumentar su bienestar.
De aquí surge la natural y justa presión hacia el aumento de salarlos; pero la solución
de fondo tiene que provenir de la tarea inteligente de las fuerzas provinciales,
privadas y publicas que deben dirigirse hacia el aumento de la eficiencia del
capital provincial y hacia la equitativa distribución del fruto del esfuerzo,
para lo cual será indispensable una modificación del sistema Impositivo, que lo
haga menos regresivo al tomar mayor incidencia sobre los sectores de mayor
capacidad tributaria.
El factor humano tiene que ser considerado en forma
preferencial buscando un alto nivel técnico en acción conjunta con la Nación, a
fin de lograr una mejor utilización del capital, en tierras y maquinas.
En resumen, aplicaremos una juiciosa política económica
basada sobre un programa de desarrollo económico provincial detenidamente
confeccionado. Con ese objeto, designaremos una Comisión de Desarrollo, que dependerá
de la Gobernación y estará encargada de elaborar los planes que ejecutaran los
ministerios del grupo económico con el efectivo apoyo del Banco de la Provincia
y el contralor y las disposiciones de esta honorable legislatura.
El Ministerio de Economía y Hacienda no solo abarcara los
ramos tradicionales de la percepción de la renta y ordenamiento de los gastos
del presupuesto, sino que creara los organismos asesores y mantendrá contacto
con los órganos de conducción económica de la Nación y de las provincias limítrofes,
promoviendo el desarrollo económico provincial y actuando directamente en todos
los problemas vinculados a la producción y abastecimiento.
El Banco de la Provincia de Buenos Aires es la institución
de crédito más antigua de la Republica. Luego de muchas vicisitudes, que son también
las del país mismo, ha llegado a un alto grado de eficacia, constituyendo en la
actualidad sin lugar a dudas, en el ámbito provincial y federal, el primer
banco en cuanto a agilidad y volumen de su cartera. Ha prestado un gran apoyo a
las actividades agropecuarias, como así también ha contribuido a resolver el
problema de la vivienda, con un monto de préstamos que alcanza a los tres mil
millones de pesos.
Constituye de tal modo un extraordinario instrumento de promoción
de la economía siendo susceptible de ser mejorado en tal sentido, ampliando su organización,
cubriendo nuevas zonas e incorporando servicios.
El Banco cumplirá así un doble objetivo durante nuestro
gobierno. Por un lado expandirá sus sucursales y agendas que deberán
movilizarse en alto grado, observando la realidad económica de su zona y
contribuyendo a solucionar con diligencia sus problemas. Por ultimo acordara
mejoramiento estructural y funcional a todo el sistema, armonizando su acción
con la política financiera y crediticia de la Nación, y contribuyendo eficazmente
a resolver problemas económico-sociales, tales como la colonización, vivienda y
transportes, para cuyo fin podrá utilizar los recursos siempre crecientes que
le ofrece la provincia en forma, de depósitos oficiales.
El Gobierno contribuirá con todos sus medios a intensificar
su acción y esperamos que el esfuerzo concertado de la provincia y su Banco producirán
un impacto muy favorable en nuestra economía provincial.
Los planes de obras públicas deben cumplir con los preceptos
fundamentales que hemos enunciado para fomentar el desarrollo económico y
orientarse hacia lo netamente productivo: evitando todo lo que pueda
considerarse como superfluo o de carácter ornamental o suntuario. Muchas
localidades reclaman como obras fundamentales la instalación de redes
cloacales, pues la insalubridad de las aguas constituye un serio peligro sanitario.
La provisión de aguas corrientes es demandada tanto en el interior como en los
pueblos del conglomerado urbano; y añadido a ello, debe señalarse la existencia
de innumerables villas populares; todo lo cual configura un panorama grave de
necesidades en materia de obras publicas. Los servicios sociales han quedado
sin duda a la zaga del incremento extraordinario de la población. El Gobierno
considera que la solución integral de estos problemas se lograra cuando la
provincia pueda disfrutar de una economía de abundancia floreciente y de continuo
desarrollo.
Por ello, ante esta tremenda suma de necesidades deberá
transformar el clásico concepto ornamental de la obra pública, para que esta contribuya
y fomente el desarrollo económico, sin olvidar que el objetivo de nuestra tarea
de gobierno tiene un profundo sentido social y humano. Los recursos con que
contara el gobierno deberán invertirse reflexiva y benéficamente en obras
productivas que reintegren el máximo índice de rédito social y económico. De
ese modo se concentraran los esfuerzos en lo que respecta a energía y caminos.
Uno de los factores que detiene el progreso industrial
impidiendo el goce de un nivel mejor de vida para la población, es el agudo y
creciente déficit energético. La solución de este problema deberá efectuarse
coordinadamente con los planes nacionales, teniendo presente, asimismo, la concentración
demográfica y económica de la Capital Federal y partidos vecinos que consumen
el 68 % de la energía vendida en todo el país. El resto de la provincia consume
escasamente el 7 % de ese total.
Deberán aumentarse los recursos de la Dirección de la Energía,
cuyo actual presupuesto de obras, que asciende a 149 millones de pesos no
alcanza a cubrir las más elementales necesidades energéticas estimadas, pese a
la falta de datos estadísticos, en más de dos mil millones.
El gobierno esta dispuesto a determinar que el Estado y las
cooperativas sean los únicos productores, distribuidores y vendedores de energía
eléctrica. (Aplausos). A las cooperativas de usuarios, se les facilitara ayuda técnica
y financiera. Se respetara y perfeccionara el régimen autárquico de la Dirección
de la Energía. Se completara, con urgencia, el sistema eléctrico de Chivilcoy,
que será llevado a condiciones de máximo rendimiento. Se encarara, además, la interconexión
de este sistema con el de San Nicolás, como asimismo, la aceleración de las
obras en la central de Bahía Blanca.
Los planes de electrificación deberán integrarse con los
grandes planes nacionales de desarrollo hidroeléctrico, y la provincia
reclamara de la Nación la entrega de los servicios eléctricos a su cargo.
El desenvolvimiento eléctrico contribuirá eficazmente al
progreso industrial y productivo que deberá completarse con la política vial,
impositiva y de vivienda, de modo que acuerde solución integral a estas
urgencias públicas.
El poder ejecutivo asimismo, asumirá con decidida voluntad
de realización su programa en materia de caminos. En su concepto, la obra vial
es uno de los factores decisivos para el progreso económico y para el
intercambio cultural y humano entre los centros urbanos que vincula. La tarea a
realizar posee vastas proporciones como lo demuestra elocuentemente esta cifra:
sobre 70 mil kilometres de caminos de jurisdicción municipal y 40 mil de la
provincia, solo se encuentra pavimentada una extensión de 2.000 kilómetros .
No obstante, esa expresión numérica no patentiza aun la
desoladora realidad del estado de los caminos bonaerenses, alejados de la
capital que ocasionan pérdidas cuantiosas, inconvenientes y penurias
inenarrables para el transportista, para el productor y para el viajero. Por
tales razones y hechos, las inversiones en caminos figuran como capitulo
primario de nuestras ejecuciones.
Se dará importancia decisiva al mantenimiento de la red
existente; se equipara a la Dirección Provincial de Vialidad para que mecanice
racionalmente sus tareas y se encararan nuevas obras viales que promuevan el
total desarrollo de la provincia, vinculando la zona productora a las puertas
del Atlántico y rompiendo el clásico trazado colonial de nuestras redes
ferroviaria y caminera. (Aplausos).
Las cifras sobre la distribución demográfica dentro de la
provincia, revelan que el 1,5 % de extensión territorial correspondiente al
conglomerado urbano provincial alberga el 42 % de la población bonaerense. En
efecto: los 4.700 kilómetros
cuadrados que comprende ese sector están poblados por mas de dos millones de
personas, en su mayor parte dedicadas a apuntalar el progreso de nuestra pujante
industria y afectadas por los profundos problemas económicos y culturales que
azotan a la masa laboriosa. Entre ellos se destaca como tema decisivo el de la
vivienda; por sus proyecciones para el desenvolvimiento de la familia que es
una de nuestras instituciones sociales básicas, y por constituir uno de los
bienes que no pueden privarse a quienes, precisamente, son factor fundamental
de las riquezas de las naciones.
Los recursos y las posibilidades de la provincia no alcanzan
sin embargo para responder a un planteo integral de la cuestión. Y en la
alternativa de dar vivienda digna sin trabajo, o crear nuevas fuentes de actividad,
el Gobierno optara por establecer nuevas fuentes de trabajo, consciente de que
los señores legisladores y el pueblo, comprenderán el hondo sentido social y
popular de su decisión.
La provincia, empero, no quedara inactiva en cuestión
social tan significativa. Acordara firme impulso a la construcción de viviendas
austeras y dignas, promoverá una eficaz contribución del Banco de la Provincia,
y otorgara toda clase de franquicias para lograr el máximo posible de
realizaciones.
Se limitara, por otra parte, la construcción de obras que no
respondan a un claro sentido de desarrollo económico, o con inaplazables
exigencias de carácter sanitario o social.
El tema de la explotación intensiva y racional de la tierra
tiene ancho vínculo con el proceso de desarrollo, tan importante para lograr el
afianzamiento de nuestro poderío nacional. Los intereses afines al régimen de
tenencia de la tierra, han hecho sentir su influencia en el pasado y suponemos
que la defensa de las actuales estructuras se realizara apelando a todos los
recursos imaginables.
La propiedad da la tierra no derivo entre nosotros del
trabajo sino del reparto político. (Aplausos).
Los dueños fáciles no estuvieron dispuestos a trabajarla,
sino a explotar el trabajo directo de los medieros, arrendatarios y aparceros,
o especular con su venta a medida que las tierras se valorizaban al solo influjo
del esfuerzo colectivo del país.
Si bien en la actualidad hay numerosos propietarios que se
constituyen en promotores activos del progreso nacional, la anomalía originaria
hace sentir todavía su influencia retardataria.
La seguridad y estabilidad para el trabajador del campo
mediante leyes que permitan el arraigo definitivo de los arrendatarios y
aparceros en los campos que actualmente ocupan, mediante su compra y el
desarrollo intenso de los planes de colonización determinaran una explotación racional
del suelo, el aumento de la riqueza da los trabajadores rurales y por consiguiente
el aumento de la renta nacional, una producción diversificada con sucesivos
ingresos durante el año, debido a la explotación mixta.
Esa política creara nuevas fuentes de trabajo; disminuirá
los castos: permitirá comprar las maquinarias y construir vivienda sana y
confortable, protegiendo a la familia que reside en la campaña bonaerense.
Para cumplir con los objetivos qua precisan y definen el
plan reformista del gobierno en materia agraria, será necesario reestructurar
el ministerio de Asuntos Agrarios, agente natural en la ejecución de esa política,
descentralizando sus funciones y despojándolo de toda modalidad burocrática.
Las cooperativas y otras instituciones similares, constituirán
sin duda, elementos aptos para cumplir dichas finalidades y a ellas se les dará
todo el apoyo económico y financiero.
Estimamos que, ministerio, productores y cooperativas, deben
formar una sola unidad funcional.
El país necesita realizar al máximo su producción agropecuaria,
mas al lado del problema de la producción, se da el social, que en algunas
zonas de la provincia adquiere caracteres alarmantes, debido a la desintegración
de la familia y a la persistencia de grandes extensiones de tierra con explotación
inadecuada. En pocas circunstancias como en esta, han coincidido en la
Argentina la necesidad de defender el interés nacional y la justicia social.
Por ello el aumento de la producción que podría fomentarse volcando en el campo
grandes capitales, para nosotros, gobernantes de Buenos Aires, debe realizarse
teniendo en cuenta la ejecución de una reforma agraria inmediata y profunda.
(Aplausos). Esta reforma agraria, más que expresión de un programa partidario,
se ha convertido en la bandera que sostienen con esperanza, los grandes
sectores de trabajadores rurales de nuestra dilatada y aun despoblada llanura
bonaerense.
En las consideraciones vertidas, hemos descripto el panorama
general de la situación económica, social y cultural de la provincia que nos
corresponde gobernar. Nuestras ejecuciones tendrán una realización encuadrada
en las estructuras constitucionales.
Pero deseamos anticipar nuestra valoración de la ley
fundamental vigente, que estimamos trascendida en muchos de sus aspectos por
las nuevas realidades e ideas de este Estado.
Observamos la Constitución de la provincia en su deficiente técnica
jurídica y en su notoria inadecuación a la realidad social. No determina con
acierto las funciones del Estado; traba las relaciones entre los poderes y la
actividad de los funcionarios dentro de un mismo poder, e inhabilita para
introducir reformas legislativas
Todo ello emerge de la circunstancia de no ser una Constitución
fundada en la observación del pueblo, ni proveniente de su decisión, ni
orientada a protegerlo. Sus declaraciones siguen la dimensión expositiva de teóricos
del derecho que, al margen de los procesos humanos concibieron un articulado
racionalista, carente de eficacia en su momento y antisocial en el presente.
(Aplausos). Se trata, en efecto, de un esquema normativo sustentado en los
caducos criterios del estado fisiocrático, donde se piensa al hombre y se lo
nivela en el mero plano conceptual, desconociendo las desigualdades sociales
que le imposibilitan el ejercicio de los derechos que se le confieren. Ese
hecho ha sido apreciado en todo el tiempo de su vigencia, donde la Constitución
seguía diciendo de una justicia que contrastaba con el desmedro y la pobreza
del pueblo. (Aplausos).
Subrayo al H. Legislatura que, en diversos aspectos, entre
ellos el municipal, la mencionada Constitución predetermina con tanta
rigurosidad algunas instituciones, que imposibilitara promover modificaciones
de fondo, y otorgar gobierno comunal propio a numerosos centros urbanos que lo
reclaman sin pretender la división geográfica de los actuales partidos.
Subrayo a la honorable Legislatura que, en diversos
aspectos, entre ellos el municipal, la mencionada Constitución predetermina con
tantas rigurosidades algunas instituciones, que imposibilitara promover
modificaciones de fondo, y otorgar gobierno comunal propio a numerosos centros
urbanos que lo reclaman sin pretender la división geográfica de los actuales
partidos.
Nuestro gobierno se ha impuesto en sus planes, la tarea de
acopio de antecedentes extraídos de la experiencia inmediata de la comunidad
argentina y de las teorías jurídicas pertinentes, a fin de aportar sus estudios
que fundadamente propician la reforma y que constituyan un aporte para quienes
deban realizarla, previa determinación de la ciudadanía bonaerense.
Señores legisladores; compatriotas:
Durante años y años hemos tenido a nuestro cargo graves
vicisitudes y grandes esperanzas. Hoy nos corresponde asumir el ejercicio del
poder público, que es la última instancia de las responsabilidades políticas.
Iremos con serenidad a la tarea de gobierno para cristalizar un programa que
fue lucha sin claudicaciones al servicio de las altas reivindicaciones
nacionales.
Puedo ahora expresar antes de asumir el gobierno efectivo de
la provincia, que los conceptos vertidos en este mensaje han constituido,
durante mas de veinte años, el motor ideológico, que dio impulso a nuestra acción
legislativa y partidaria.
Forman por otra parte el programa, compartido en la
actualidad por la mayoría de la Nación, e inspirado por toda una generación de argentinos
de la que muchos, como Luis Dellepiane y Moisés Lebensohn (prolongados
aplausos), quedaron en el camino; presentes sin embargo hoy, en la voluntad y
el pensamiento de la juventud movilizada al calido influjo de sus magistrales y
ardientes profecías, saturados de amor por la Patria y el pueblo. (Aplausos).
Por ultimo, señores legisladores, y para finalizar esta exposición,
cumplo en el deber de invocar, como un hombre de sus filas, el recuerdo de uno
entre los grandes de la Patria: Hipólito Yrigoyen. (Prolongados aplausos).
Su figura austera y su recia intransigencia, su amor por la
causa de los humildes, su fidelidad a los intereses de la Nación, su modestia
en el poder y su firmeza señorial en el llano, han constituido el ejemplo en el
que debimos espejar nuestra propia conducta.
Vuelve hoy al gobierno en los hijos de su espíritu.
(Prolongados aplausos).
Fuente: Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires.
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