En 1896 me retire del partido para reingresar en 1911.
Durante ese lapso, actúe 5 años en la actividad universitaria donde fui
secretario y presidente de la Unión Universitaria, y luego de recibirme, me
establecí aquí en Santa Fe para ejercer mi profesión de medico. Paralelamente
participe directamente en la creación del Colegio Nacional y la Normal, en la fundación
de la Facultad de Farmacia, de la Escuela de Parteras, y propicie además la ley
de farmacias y la vacunación de los entonces 600.000 habitantes de la
provincia, cuando fui presidente del Consejo de Higiene. En 1911, como dije,
resolví reingresar al radicalismo que por ese entonces era una fuerza grande en
Rosario, con dirigentes de enorme, prestigio, con núcleos grandes también en
Santa Fe, San Cristóbal y Esperanza, donde se mantenía la tradición del 93.
¿Qué puede decirnos
de su carrera en el partido?
En realidad de inmediato recibí algo que agradecí siempre enormemente;
me designaron secretario de la junta de gobierno del partido, la que en ese
tiempo estaba formada por don Ignacio Iturraspe como presidente, Ricardo Núñez
como vicepresidente y don Rodolfo Lehman como vocal. Yo y el Dr. Domingo
Frugoni Zavala actuábamos como secretarios, con voz pero sin voto.
Integración de la fórmula
El entonces interventor Anacleto Gil, un gran sanjuanino, tenía
proyectado convocar a elecciones generales en la provincia para octubre de
1911. Pero aun se tropezaba con el eterno problema de padrones fraudulentos, además
de los métodos electorales en vigencia. Ante el conocimiento de que el Presidente
de la Nación, Dr. Roque Sáenz Peña, proyectaría la reforma electoral, se
abrigaba la esperanza de que los comicios fuesen postergados hasta la sanción
de la nueva ley. Coincidentemente la Liga del Sur, que presidía Lisandro de la
Torre, pidió también la postergación hasta marzo.
Pero el radicalismo,
¿no había adoptado ya una actitud?
Efectivamente. Lo interesante del caso es que la Unión Cívica
Radical en esta provincia había resuelto ir al comicios aun antes de que
estuviera vigente la ley Sáenz Peña. El motivo de esta decisión, era que se creaba
que había llegado el instante de darle una organización seria al partido,
contando para ello con el estimulo de los sectores independientes.
Fue Ricardo Núñez, quien, en compañía de José Chiosa, le
plantearon a Yrigoyen la necesidad de concurrir en Santa Fe, llegándole a
decir, inclusive, que si el no autorizaba esa participación en el comicios irían
solos y ganarían. Cedió Yrigoyen viendo que Santa Fe podría convertirse en el
escenario en el que podría prepararse la evolución política del país.
¿Cómo se integró la
formula gubernamental?
Bueno, en realidad surgió como consecuencia de una lucha
entre Iturraspe por un lado y Lehman por el otro. Ambos querían ser candidatos.
Hubo escenas desagradables y, como es lógico, se eliminaron las dos
candidaturas. Entonces surgió mi nombre, que si bien el principio tuvo una
ligera oposición, luego ella desapareció, integrándose la formula con el nombre
de Ricardo Caballero.
La oposición
Las formulas opositoras a las que conseguimos derrotar,
estaban integradas por De la Torre – Casablanca, por la Liga del Sur, la de
Estanilao López – Villa, del partido Constitucional, que fue apoyada, entonces
por muchos que luego fueron grandes radicales, y principalmente, la coalición conservadora
que esgrimía como bandera la formula Marcial Candioti – Alberto Paz.
Con esta última estaba Rosendo Fraga, padre del ex
secretario de Guerra, estaban los Iriondo, los Gómez, Freyre, Leiva, Echagüe,
Arguimbaum y otras destacadas personalidades de la provincia.
¿Cómo se realizó la
campaña doctor?
En realidad se trabajó muy fuerte. Se dividió en tres grupos
la acción proselitista. Núñez se encargó de los departamentos del sur con excepción
de San Martín, Lehmann de Las Colonias, Vera y Obligado e Iturraspe de los
restantes. Lehmann “se portó muy bien y creo que le costó mucho dinero” pero
ganó los tres departamentos. Con Virasoro organizamos y ganamos la elección en
9 de Julio y en San Javier con la colaboración de Alcides Greca. En cambio en
Garay, por una disidencia interna, perdimos el departamento. En definitiva,
ganamos 8 departamentos a saber: La Capital, Rosario, Vera, Gral. Obligado, Las
Colonias, Castellanos, 9 de Julio y San Javier, logrando 34 electores.
La presencia de Yrigoyen
El día del comicio, Hipólito Yrigoyen estaba aquí en Santa
Fe. Lo acompañaba en esa oportunidad Horacio Varela, su brazo derecho, un hijo
del recordado Florencio Varela. Apenas conocidos los resultados. Yrigoyen
anunció el triunfo radical en San Fe a todo el país, siendo festejado
estruendosamente en la Capital Federal, donde esa misma noche se organizó una
manifestación de más de 10.000 personas, cuando en ese distrito el radicalismo
no tenia más de 3.000 votos. Al día siguiente no mas proclamaron a sus
candidatos a diputados nacionales, que habrían de lograr un gran triunfo en la
Capital Federal al domingo siguiente, en las elecciones del 7 de abril de 1912,
donde en vez de los 3.000 votos lograron mas de 90.000. En esa jornada,
producto de la primera aplicación del a Ley Sáenz Peña en Buenos Aires, entró
Juan B. Justo por los socialistas, Marcelo T. de Alvear, Gallo, Saguier. Aquí en
Santa Fe, donde ganamos también la mayoría de la elección de diputados
nacionales enviamos, entres otros, al Congreso a Rogelio Araya, al Dr. Corondado
y Benjamin Abalos, pero no el cirujano sino el padre. Lisandro de la Torre entró
por la minoría.
Ud. ¿ya había hablado
antes con Yrigoyen sobre el problema de Santa Fe?
Yo a Yrigoyen lo conocí en junio de 1911. Había ido a Buenos
Aires a aclarar una serie de intrigas según las cuales Yrigoyen, estaba haciendo
candidaturas en Buenos Aires. De la conferencia que tuve con el participaron además
Croto, Zelarrayán, Delfor del Valle y Horacio Varela el que estuvo aquí el día
de las elecciones.
Yo creo que si el partido no tiene la capacidad para hacer
su propia obra, no tiene titulo para aspirar a gobernar la provincia, y el
federalismo desaparecería. Medio se me enojó el viejo pero, como era muy hábil,
supo zanjar la cuestión y salimos juntos caminando hasta su casa que estaba
ubicada a media cuadra de la estación Constitución. En una que me hizo, me
dice:
“Me han dicho que Ud. es revolucionario”
No le dije yo. Soy hombre de orientaciones e ideas claras. La
segunda vez que vi fue en agosto.
Le lleve toda la organización del partido en la provincia y
le señale que ahora debía venir la obra del comité nacional.
La palabra de Sáenz Peña
Le señale en esa oportunidad a Yrigoyen que debía tener una
conferencia con el presidente de la Republica para asegurar las elecciones en
marzo con el padrón nuevo puesto que con el padrón viejo no había lucha porque
era fraudulento. Entonces lo llama a Croto y a Delfor del Valle que en ese
entonces era director de “La Época” y delante de ellos me dijo que el
presidente Sáenz Peña ya le había dado su palabra en ese sentido. Claro, como
le tenia tanta confianza a S. Peña, yo me había creído obligado a llamarlo a la
realidad y le pregunte si no era necesario que el partido estuviera listo para
una acción revolucionaria, pues todo el plan eleccionario estaba basado en la
promesa verbal de un hombre, que podía ser olvidada o desvirtuada, y entonce
Yrigoyen me contentó con un tono de dignidad ofendida:
“El Dr. Sáenz Peña es un caballero que cumplirá todos los compromisos contraídos. Si el no los cumpliera, yo soy el responsable”
“El Dr. Sáenz Peña es un caballero que cumplirá todos los compromisos contraídos. Si el no los cumpliera, yo soy el responsable”
Una anécdota
Esa semana, comprendida entre el 31 de marzo y el 7 de abril
de 1912, yo la he dado en llamar la “Semana de la democracia”. En ella se
sucedieron dos triunfos trascendentales en la vida política del país,
permitiendo que una nueva sangre joven y pujante ocupara las bancas del
Congreso.
Cuando se colocó la piedra fundamental del monumento a los
granaderos en San Lorenzo, con motivo de haberse cumplido en el 1913 el
centenario de esa batalla. En el automóvil y le comentaba al presidente mi vocación
por la medicina, pero que por circunstancias especiales incursioné en la política,
fue cuando Sáenz Peña me dijo:
“Vea, gobernador, yo no se de donde vino
ni quien lo trajo, pero puedo afirmarle que Ud. salvó mi ley”
A medio siglo de consagración como gobernador de la provincia, el Dr. Manuel J. Menchaca nos trasladó a ese entonces, a traves de recortes de diarios y fotografias de la época. |
Fuente: Diario El Litoral - A 50 años del triunfo radical en
Santa Fe y de la primera aplicación en el pais de la Ley Saenz Peña. El Dr.
Manuel Menchaca –electo gobernador en esa oportunidad- nos relata aspectos
trascendental acto civico que vivió esta provincia, 29 de marzo de 1962.
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