CUESTIÓN DE PRIVILEGIO
Sr. Prat Gay. -
Pido la palabra, para una cuestión de privilegio.
Me he informado de que ha llegado a la Presidencia de la
Honorable Cámara un telegrama que subscribe un diputado provincial de Tucumán, en
el que expresa su extrañeza, como argentino, de que el diputado Fernando de
Prat Gay haya sido designado miembro de la Comisión Investigadora de las
actividades antiargentinas, tratándose de un elemento y de un empleado a sueldo
de empresas extranjeras.
No he querido dejar pasar un instante más: no he querido
tampoco, traer un apunte, traer un argumento escrito, ni una palabra, que no sea
el dictado leal de mi corazón al servicio de mi cerebro. La reacción exige de
los hombres el dominio absoluto de todas sus facultades, máxime cuando la
calumnia y la infamia se cruzan con arrogancia en el camino.
Mi vida, señor presidente, está acorazada contra la infamia.
He vivido intensa y dolorosamente.
A nadie más que a mi esfuerzo, a mis sacrificios, a mis
angustias de padre de familia de mis hermanos menores a los 14 años de edad, debo
la poca o mucha situación que tengo en la vida. Y así he cruzado entre la
miseria, e desasosiego y la angustia, sin que jamás me haya rozado en lo más
mínimo, con argumentos de verdad, la falacia de la infamia. He luchado a pulmón
lleno, con plenitud de visión, con honradez, y he vivido con honestidad. Puedo presentar
mi vida, como la-he presentado durante veinticinco años de actuación pública, a
la mordedura de la víbora o al tiro de la calumnia.
Perdóneme la Honorable Cámara que a veces no pueda dominar
el impulso primario y dé a las palabras un contenido de virulencia que no es
más que el trasunto fiel de una íntima indignación.
Comprendo, también, que eso no es una obra aislada;
comprendo que no es ésa la simple manifestación de un ciudadano por odio
personal, entregado como está a la difamación de las figuras más
representativas de la sociedad de Tucumán; comprendo que no es sólo el respiro de
un impulso o el deseo de hacer un ataque personal. Creo que va más allá. El
hecho de haber elegido esta oportunidad, esta circunstancia para traer ese
asunto a la Cámara de Diputados de la Nación y posiblemente a la opinión del
país, tiende a pretender que se invalide un acto de la Cámara, como es la
designación de uno de sus miembros para integrar una comisión de esa
naturaleza, que exige de los hombres el máximo de dedicación y el máximo de autoridad
para ejercerla. Me he sentido con la plenitud de la autoridad para ejercer esa
investigación, y declaro a la Honorable Cámara que no me alcanza en lo más
mínimo ni me puede alcanzar esa pretendida rozadura para abandonar los deberes
que como argentino y como demócrata estoy imperiosamente obligado a seguir desempeñando
en defensa de la patria de mis mayores y de la patria de mis hijos. (¡Muy bien!
¡Muy bien!)
Pido, señor presidente, que ese telegrama sea pasado a la
Comisión de Negocios Constitucionales, la que ha de expedirse y dirá qué es lo que
hay de verdad y hasta dónde se ha incurrido en la violación del privilegio
parlamentario, que no lo invoco para escudar ningún acto de mi vida, sino para
que resalte más prístino y claro el prestigio de la representación que por el
voto libre de mis conciudadanos tengo el honor de desempeñar en este alto
cuerpo.
Lo demás, lo que pueda dejar en mi espíritu el pretendido
impedimento para perturbar mi desempeño en la función, declaro que no me llega y
que continuaré ejerciendo el mandato popular que he recibido con igual
serenidad de espíritu, con igual fe patriótica y con igual e inquebrantable
energía. Eso no me llega; no me alcanza. Pero hay algo que está por encima de
mí y que la Cámara debe defender: el prestigio de las instituciones y del
Parlamento argentino que no pueden estar a merced de cualquier voz infame que desde
un montón anónimo o con una firma puesta con simulada valentía al pie de un
instrumento, pretende invalidar la firmeza y la conducta de un hombre público que
está claramente evidenciada en su larga vida y en su actuación. (¡Muy bien!
¡Muy bien!
Aplausos.)
Sr. Presidente
(Cantilo). - Se va a votar la moción del señor diputado por Tucumán.
—Se vota, y resulta afirmativa de 92 votos
sobre 95 señores diputados.
Los diputados radicales concurrencistas Fernando de Prat Gay y Miguel Critto |
Fuente: Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
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