Buenos Aires, 16 de
diciembre de 1983
Al Honorable Congreso de la Nación:
Tengo el agrado de dirigirme a vuestra honorabilidad a los
efectos de elevar un proyecto de ley por que se establece el Programa
Alimentario Nacional.
La presente iniciativa encuentra la necesidad de sanción en
la grave situación que exhibe el estado de carencia alimentaria a que han
condenado a grandes sectores de población las políticas antipopulares
ejecutadas años atrás.
Reconocemos como una forma de violencia la que condena a
morir o a vivir con impedimentos físicos y mentales permanentes a miles de
niños; a tantísimos ancianos a una existencia apenas vegetativa en sus últimos
años y a muchos trabajadores a serias limitaciones en su lucha por techo y
sustento para su familia.
No dispone el país de cifras actualizadas respecto al número
de personas por debajo del nivel crítico de pobreza. Sin embargo, la desocupación
y la caída del salario han deteriorado la situación preexistente y sabemos que
muchos argentinos encuentran en la insuficiencia de alimentos su mayor
desamparo.
El derecho a la alimentación es uno de los derechos humanos
primarios, reconocido y valorado por nuestra sociedad. Asegurar la vigencia de
este derecho para todos los argentinos es uno de los compromisos asumidos por
nuestro pueblo.
La profunda crisis que vive nuestro país es la resultante de
políticas de inmoralidad social, por cuanto computaban al hombre como una
variable de ajuste de la economía. Esto fue posible porque paralelamente
nuestra sociedad fue agredida y atacada en sus valores solidarios y
participativos, impidiéndose la expresión de su comportamiento democrático. La recuperación
de estos valores es un imperativo del pronunciamiento popular y constituye la reparación
moral de la Nación.
El pueblo argentino en su conjunto debe afrontar ahora la
tarea de la reparación material, que nos llevara a superar la crisis e iniciar
un prolongado periodo de prosperidad en el marco de la democracia,
La causa del hambre y la mal nutrición en la Argentina no
obedece fundamentalmente a la falta de alimentos. Una persona pasa hambre
porque no puede comprar al producir los alimentos que necesita y no porque
exista una escasez real de los mismos.
Las causas son, por lo tanto, políticas, económicas y sociales
y en estos mismos campos están también las soluciones.
No cabe duda de que en el mediano plazo el pleno empleo y el
crecimiento económico, junto a una justa recuperación del salario real y una mas
adecuada distribución del ingreso, aportaran la solución de fondo a esta
imperdonable discriminación que padecen millones de compatriotas, la mitad de
los cuales son niños,
Pero no podemos esperar el efecto de estas políticas de recuperación.
Un imperativo moral y los principios de justicia y solidaridad que sustentamos
nos imponen una acción inmediata, para la cual comprometernos la gestión de
nuestro gobierno y convocamos a los diversos sectores de la actividad nacional.
El Poder Ejecutivo nacional entiende que la democracia seria
una ficción para el niño, el hombre o la mujer con el cuerpo y la mente
apagados por la insuficiencia de alimentos.
Transformándolos en protagonistas de su propia vida y de la
de su país exige un acto de reparación social que nuestra sociedad les debe, reparación
de la que este Programa Alimentario Nacional es componente impostergable,
El cumplimiento del Programa Alimentario Nacional estará asegurado
por el gobierno democrático, pero debe lograras en base a la participación de
todos los sectores de la comunidad, lo que permitirá canalizar la voluntad
popular de ejercer activamente la solidaridad social y también reducir el costo
fiscal del programa,
Asimismo, el gobierno deberá evitar cuidadosamente toda distorsión
en los objetivos sociales del programa, la que podría producirse si
motivaciones ajenas a los mismos interfirieran en su desarrollo. Para
garantizar tal precaución, el Poder Ejecutivo Nacional deberá integrar con
amplitud la Comisión Asesora Honoraria que se propone, a efectos de que distintos
sectores y corrientes políticas se encuentren representados y cuenten con un
cabal conocimiento del desarrollo del programa.
La lucha en la emergencia contra el hambre cuidara especialmente
que el programa no se transforme con su accionar en un elemento disgregador de
la familia, No suplantara a los padres, sino que los ayudara en el sostén de la
misma, respetando su condición de ciudadanos inmersos en una realidad social
que no ha sabido garantizar sus mas elementales derechos al trabajo, vivienda,
acceso a la salud y a la educación, ni siquiera el mas elemental de todos:
poder alimentar a sus hijos,
El propósito del Programa Alimentario Nacional consiste en
enfrentar la emergencia aguda que padecen las familias carenciadas,
especialmente en las que existen mujeres embarazadas y niños, mediante la
entrega de alimentos. EI cumplimiento de este objetivo se efectuara a través de
mecanismos que fortalezcan la relación familiar y el vinculo madre-hijo y
aseguren la expresión solidaria de todo el pueblo argentino.
Dios guarde a Vuestra Honorabilidad.
ALFONSIN – GRINSPUN – NERI
Fuente: Mensaje del señor Presidente de la Nacion Dr. Raúl
Alfonsin al Honorable Congreso de la Nacion de la Ley del Programa Alimentario Nacional, 16 de diciembre
de 1983.
No hay comentarios:
Publicar un comentario