En la primera página del diario LA NACION del día 9/9/2010
se publicó una nota con el título «La Universidad agravó el conflicto»,
acompañada de la foto de «los universitarios con los pupitres a la calle».
Inmediatamente, mi memoria volvió a 1965, al gobierno de
Arturo Illia, Democrático, eficiente, honesto, serio y republicano, fue el
gobierno con el mayor presupuesto de Educación del siglo XX, con un 25 por
ciento. No importaba, los chicos salieron a la calle con sus bancos para pedir
mejores aulas y edificios. No lo habían pedido antes ni lo hicieron después.
Con Illia no era peligroso.
Nosotros, los muchachos de la FUBA, pasamos 10 años luchando
contra Perón, por la libertad, la democracia, la autonomía universitaria, la
calidad intelectual y moral de los profesores. Entonces sí había peligro, esa
policía sí que era dura: persecuciones, cárcel, pérdida de carreras, torturas,
exilio y otros riesgos. No peleábamos por un inodoro o una ventana.
Esos alumnos del 65 fueron funcionales al golpe de Estado
que preparaban los militares, la CGT, Perón, algunos partidos y empresarios,
intelectuales autoproclamados de izquierda y algunos periodistas, encabezados
por Timerman desde Primera Plana y Confirmado , aunque se enoje su hijo Héctor,
que fue director del diario La Tarde (1976/77), con publicaciones a favor de
Videla y de Massera.
El golpe se dio en 1966 y ya no sacaron más sus bancos.
Entonces, ya fue difícil. Vino Onganía con La Noche de los Bastones Largos, la
intervención en la Universidad. Ezeiza, Isabel, López Rega, y la Triple A, el
terrorismo y todo terminó en el Proceso Militar.
No estuve ni estaré en contra de las luchas estudiantiles por justas reivindicaciones morales, sociales, patrióticas, culturales y educativas. Pero ¡chicos, reflexionemos! No les hagan el juego a estos autoritarios imitadores de Chávez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario