Jugarse por la libertad en defensa del adversario y amigo,
eso es ser argentino; porque es gaucho, y porque es gaucho tiene que ser
esencial y perdurable.
Ser amigo: he aquí lo que no enseña el estado fascista.
Mientras hayan ciudadano capaces de ser amigos, como Vd. y en los demás, cuando menos aptitud para
admirarlos, no será fácil que quienes hoy se ponen las “camisas” mañana puedan
ponerse botas.
El fascismo criollo, se encuentra en la tarea de existir y
para ello ha escogido esa apariencia de “fantasma”, tan propicia para
multiplicarse en la imaginación colectiva. Desconocer el fascismo criollo,
equivale a ayudarlo a trabajar de fantasma, que es su método de lucha.
Explotan la superstición. De ahí, sus símbolo, saludos, camisas,
cruces y extravagancias.
Hay que sacarle la sabana al fantasma. Hay que desenmascarar
el privilegio a la reacción conservadora disfrazada de fantasma.
Aquí un hombre vale por un hombres, por definición, sea
argentino o extranjero, católico o judío, negro o blanco. Para valer más hay
que hacer la diligencia.
Aquí el taquígrafo de ayer el ministro de hoy, y el vicepresidente
de hace un rato, para comer anda vendiendo anilinas.
Aquí nadie se come crudo a nadie y el que no tiene valor lo
suple con la vergüenza. Hay que dejarse de figuras de contradanza.
Fuente: Carta del ex Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Horacio Bernardo Oyhanarte al senador nacional Dr. Alfredo Lorenzo Palacios sobre la hora politica actual sobre el avance del fascismo y la posicion de las izquierdas, 16 de junio de 1933.
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