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miércoles, 27 de abril de 2016

Hipólito Solari Yrigoyen: "El elefante blanco" (julio de 1963)

El proceso al desastre argentino ha concluido su tramitación y ahora solo resta esperar la sentencia hasta el domingo próximo. El pueblo decidirá si las estructuras económicas y sociales que soporta desde 1958 son intocables como los elefantes blancos para los siameses, o si ha llegado el momento de cambiar de rumbo por la vía pacifica antes de que se haga por la violencia.

Ambas posiciones, la de todo queda como está, o a la del cambio, tendrán en el Frente y en la UCR del Pueblo a sus principales protagonistas.

El doctor Frondizi, para montar el actual sistema, preparó el terreno con la adopción de diversas medidas, tales como la entrega del petróleo a empresas internacionales, la sanción de garantías para inversiones extranjeras y el acuerdo con ciertos capitales, como los eléctricos por ejemplo, que desde el exterior presionaban para que no se diera ayuda a nuestro país hasta tanto se negociara sobre sus intereses. Luego vinieron los convenios con el Fondo Monetario y las modificaciones de nuestras leyes para adecuarlas a las exigencias de ese organismo.

Paralelamente, usando una aparatosa propaganda, en el campo social se fue llevando la intolerancia a extremos inadmisibles en un país civilizado. No se titubeó en llamar irresponsables a los que pedía el pago de sus sueldos, o enemigos del desarrollo a los que denunciaban negociados, o comunistas o extremistas a los que reclamaban el cumplimiento de las leyes vigentes, como los jubilados o los maestros.

Esta política fue impugnada por la oposición parlamentaria de la UCR del Pueblo desde sus comienzos, cuando muchos la apoyaron, algunos de buena fe por el paraíso que se prometía tras la aceptación de la ingerencia extranjera en nuestros asuntos y un mas o menos breve periodo de sacrificio, y otros directamente por conveniencia, pues pensaban beneficiarse con ella. Sin embargo, pese a los anuncios de radicaciones jamás ha sufrido la Republica una evasión de sus capitales como ahora. Tampoco terminaron los males con la entrega del petróleo; por el contrario, se han agravado. Nuestra moneda no ha obtenido ninguna estabilidad y ha sido inútil la paralización de la mayoría de las obras fundamentales hecha en aras de un posterior desarrollo que nunca pasó de ser un slogan sin respaldo. Sin caer en chauvinismo, no resulta difícil reconocer que se decide en Estado Unidos hasta el numero de cuotas en que se pagana los aguinaldos argentinos.

Hoy, quien mas, quien menos, todos sufrimos las consecuencias de la catástrofe. Tienen actualidad las palabras de unos de los ministros de economía del sistema que lo reconoció con este juicio:

“Todos sin excepción, están sufriendo las consecuencias. Los agentes del gobierno y los contribuyentes, los productores y también los consumidores; las empresas y sus empleados y obreros”

Así, a la distancia, las criticas que efectúo el bloque de la UCR del Pueblo que presidía el doctor Marini, o el Comité Nacional del doctor Balbín y que en su momento algunos pensaron que eran destructivas, han resultado proféticas.

En absoluta consecuencia con su política y sin incursionar por la demagogia, el radicalismo, a través de los candidatos Illia y Perette, ha ratificado su decisión de cambiar las actuales estructuras por una democracia social sin sumisión a intereses foráneos. En su plataforma no hay definiciones ambiguas.

Se promete denunciar “los acuerdos y convenios que supeditan el manejo de la economía nacional a las decisiones del Fondo Monetario” y se propugna la “nulidad de los contratos petroleros”.

El ambicioso plan del doctor Frondizi de conseguir los votos peronistas para el Frente que avala su política, muestra muchos signos de desaliento. Entre otras demostraciones, la conocida posición del doctor Matera le ha caído al Frente como le sientan las banderillas a un toro jadeante en vísperas de tumbarse en el ruedo. A pesar de las “ordenes” que se invoquen, el pueblo se ha enterado de que para muchos justicialistas el Frente es, nada mas ni nada menos, que una “siniestra confabulación antinacional y antipopular que tiende ante todo a conseguir la convalidación de la política de coloniaje y miseria que impuso el gobierno de Frondizi a la Republica”, según el citado dirigente. Igual definición dio antes la democracia cristiano.

Muchos nombres terciaran en esta elección. Pero, por encima de los nombres en su mayoría igualmente honestos y capaces, lo que interesa son las políticas que encarnan.

Ya las líneas están tendidas. Ahora el pueblo tiene la palabra.














Fuente: Hipólito Solari Yrigoyen: "El elefante blanco" (julio de 1963) en Primera Plana. Publicado por Mágicas Ruinas.


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