El proceso al desastre argentino ha concluido su tramitación
y ahora solo resta esperar la sentencia hasta el domingo próximo. El pueblo
decidirá si las estructuras económicas y sociales que soporta desde 1958 son
intocables como los elefantes blancos para los siameses, o si ha llegado el
momento de cambiar de rumbo por la vía pacifica antes de que se haga por la
violencia.
Ambas posiciones, la de todo queda como está, o a la del
cambio, tendrán en el Frente y en la UCR del Pueblo a sus principales protagonistas.
El doctor Frondizi, para montar el actual sistema, preparó
el terreno con la adopción de diversas medidas, tales como la entrega del petróleo
a empresas internacionales, la sanción de garantías para inversiones
extranjeras y el acuerdo con ciertos capitales, como los eléctricos por
ejemplo, que desde el exterior presionaban para que no se diera ayuda a nuestro
país hasta tanto se negociara sobre sus intereses. Luego vinieron los convenios
con el Fondo Monetario y las modificaciones de nuestras leyes para adecuarlas a
las exigencias de ese organismo.
Paralelamente, usando una aparatosa propaganda, en el campo
social se fue llevando la intolerancia a extremos inadmisibles en un país
civilizado. No se titubeó en llamar irresponsables a los que pedía el pago de
sus sueldos, o enemigos del desarrollo a los que denunciaban negociados, o
comunistas o extremistas a los que reclamaban el cumplimiento de las leyes
vigentes, como los jubilados o los maestros.
Esta política fue impugnada por la oposición parlamentaria
de la UCR del Pueblo desde sus comienzos, cuando muchos la apoyaron, algunos de
buena fe por el paraíso que se prometía tras la aceptación de la ingerencia
extranjera en nuestros asuntos y un mas o menos breve periodo de sacrificio, y
otros directamente por conveniencia, pues pensaban beneficiarse con ella. Sin embargo,
pese a los anuncios de radicaciones jamás ha sufrido la Republica una evasión de
sus capitales como ahora. Tampoco terminaron los males con la entrega del petróleo;
por el contrario, se han agravado. Nuestra moneda no ha obtenido ninguna
estabilidad y ha sido inútil la paralización de la mayoría de las obras
fundamentales hecha en aras de un posterior desarrollo que nunca pasó de ser un
slogan sin respaldo. Sin caer en chauvinismo, no resulta difícil reconocer que
se decide en Estado Unidos hasta el numero de cuotas en que se pagana los
aguinaldos argentinos.
Hoy, quien mas, quien menos, todos sufrimos las
consecuencias de la catástrofe. Tienen actualidad las palabras de unos de los
ministros de economía del sistema que lo reconoció con este juicio:
“Todos sin excepción, están sufriendo las consecuencias. Los agentes del gobierno y los contribuyentes, los productores y también los consumidores; las empresas y sus empleados y obreros”
“Todos sin excepción, están sufriendo las consecuencias. Los agentes del gobierno y los contribuyentes, los productores y también los consumidores; las empresas y sus empleados y obreros”
Así, a la distancia, las criticas que efectúo el bloque de
la UCR del Pueblo que presidía el doctor Marini, o el Comité Nacional del
doctor Balbín y que en su momento algunos pensaron que eran destructivas, han
resultado proféticas.
En absoluta consecuencia con su política y sin incursionar
por la demagogia, el radicalismo, a través de los candidatos Illia y Perette,
ha ratificado su decisión de cambiar las actuales estructuras por una
democracia social sin sumisión a intereses foráneos. En su plataforma no hay
definiciones ambiguas.
Se promete denunciar “los
acuerdos y convenios que supeditan el manejo de la economía nacional a las
decisiones del Fondo Monetario” y se propugna la “nulidad de los contratos
petroleros”.
El ambicioso plan del doctor Frondizi de conseguir los votos
peronistas para el Frente que avala su política, muestra muchos signos de
desaliento. Entre otras demostraciones, la conocida posición del doctor Matera
le ha caído al Frente como le sientan las banderillas a un toro jadeante en vísperas
de tumbarse en el ruedo. A pesar de las “ordenes”
que se invoquen, el pueblo se ha enterado de que para muchos justicialistas el
Frente es, nada mas ni nada menos, que una “siniestra
confabulación antinacional y antipopular que tiende ante todo a conseguir la convalidación
de la política de coloniaje y miseria que impuso el gobierno de Frondizi a la
Republica”, según el citado dirigente. Igual definición dio antes la
democracia cristiano.
Muchos nombres terciaran en esta elección. Pero, por encima
de los nombres en su mayoría igualmente honestos y capaces, lo que interesa son
las políticas que encarnan.
Ya las líneas están tendidas. Ahora el pueblo tiene la
palabra.
Fuente: Hipólito Solari Yrigoyen: "El elefante blanco" (julio de 1963) en Primera Plana. Publicado por Mágicas Ruinas.
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