Sr. Presidente (Campora):
Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.
Sr. Vitolo: Comienzo
hablar en este debate que es irregular la forma en que la Cámara trata el
asunto agregando que la versión taquigráfica presentada por la policía al juez
es fraguada. Estamos casi frente a una emboscada política. El problema
institucional, es el problema de la libertad ciudadana. Se lo despoja de su
fuero por la extraña susceptibilidad de una mayoría y por la extraña
susceptibilidad, también, de jueces que permanecieron mudos mientras se
difamaba a hombres dignos del pasado argentino. La Cámara va a privar de sus
fueros a un hombre digno. Balbín es privado de su fuero por un delito que según
el juez, es de desacato.
Recuerdo que el presidente de la Nación y su esposa han
dirigido dicterios contra hombres de la oposición, calificándolos de vende
patrias y diciendo que hay que “darles leña”; que hay que romperles botellas en
la cabeza; que hay que “condenarlos a la horca”. Es ilegal la medida que iba a
tomar la mayoría de la Cámara y de arbitraria e inconstitucional, considerando
la Constitución actual y la de 1853.
Balbín no ha sido citado a la comisión para que declarara si
la versión presentada del discurso incriminando es o no suyo y si son o no
exactas las palabras que contienen. Esa versión del discurso de Balbín es
totalmente falsa en muchos aspectos. La versión oficial del radicalismo es
distinta. Pero la Cámara, la mayoría peronista hace fe en cambio a la versión
de tres efectivos policiales.
En este sumario de la justicia de Rosario ni siquiera se
llamó a tres testigos, aunque fueran falsos. Consideró injustificable la
actitud de la mayoría sobre el atropello legal de la votación que se dará en el
asunto Balbín. Balbín no es un hombre de retractarse para pedir clemencia a sus
adversarios. Es desacato, y hay un tremendo error cuando se califica de
desacato a una crítica que ha sido hecha en presencia o en comunicación directa
con el censurado. La democracia no puede impedir la crítica a hombres de
gobierno y a funcionarios. En este país se ha ampliado el delito de desacato,
mientras en países progresistas, donde impera la democracia, se lo borra. Por supuestas
irreverencias se va a privar a Balbín de sus fueros. Pero esto no es motivo de
asombro porque vivimos en una época de ficción de libertad de prensa, de ficción
de régimen parlamentario, de ficción de revolución, de ficción de legalidad, de
ficción de democracia. Pero el gobierno no hace con esto más que declarar su
miedo. Es el medio de todos los gobiernos que no se sienten fuertes, es que el
gobierno ve algo que se mueve.
La expulsión de Balbín, el jefe de la oposición en la Cámara,
el presidente del radicalismo de la provincia de Buenos aires se realiza en
momentos que se acerca una elección.
Ese no es “fair play” (juego limpio).
Sr. Illia: Juego
de negociantes políticos.
Sr. Vitolo: Como
puede haber democracia cuando al jefe de la oposición por supuestos juicios que
afectan a un gobernante. Cuando debo comparar los parlamentos de los grandes países
democráticos con el actual argentino, me viene un poco de dolor y vergüenza. Balbín
en estos cuatros años en la Cámara mostró como un parlamentario medido y
respetuoso a quien ahora se lo separa por la extraordinaria debilidad de un
bloque tan numeroso que se cree fuerte. Pero la palabra de Balbín no daña,
purifica ideas.
Hasta creo que es feliz al salir de esta casa. Me trae el
recuerdo de la estatua del pensador dando la espalda al palacio del Congreso.
Sr. Garaguso: Frases,
frases.
Sr. Mercader: ¡Cállese
sirviente!
Sr. Mc Kay: ¡Porquería
moral!
(Varios diputados hablan, suena la campana)
Sr. Vitolo: Hoy
nos sentimos más fuertes porque con la expulsión de Balbín una mayoría acaba de
declarar su debilidad. (Aplausos, varios diputados rodean al orador)
Fuente: Discurso del señor diputado Dr. Alfredo Vitolo en defensa del Dr. Ricardo Balbin con motivo del pedido de desafuero por parte de la mayoria peronista en la Cámara de Diputados, 29 de septiembre de 1949.
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