La UCR del Pueblo es partidaria de la propiedad privada de
la tierra y considera que no debe ahorrarse el esfuerzo para que el colono, hoy
seminómada, torturado por el espectro del desalojo, al que pondremos fin, haga
pie en una unidad económica de su propiedad, constituya su familia y la eduque.
El campo sigue alimentando al país, suministrando mas del
noventa por ciento de la materia prima que transforman nuestras industrias y
realizando el milagro de proveer a la Nación la casi totalidad de las divisas
con que pagamos las importaciones indispensables. Mas que nunca podemos repetir
que no crece el pasto en las ciudades porque el campo trabaja. Sin embargo,
¿Cómo responderíamos a ese sector histórico, decisivo de nuestra emancipación económica,
si preguntamos que le da la ciudad al campo? La ciudad de Buenos Aires, el babélico
duro y frío lugar donde se elaboran leyes para el campo por hombres que no
conocen el campo; la residencia de teóricos y repetidores que se devanarían los
sesos para contestarnos seriamente de que lado tiene mas pelos el cuero; la
sede de las instituciones burocráticas que les fijan precios cortos, los
inundan con planillas inentelegibles y les hacen penos y larga la gestión de un
crédito; es decir , la residencia de los millares de agraristas que actúan con
experiencia de verduleros y espíritu de recaudadores de impuestos.
Nosotros, los radicales del pueblo, hemos apelado para
trazar nuestro programa agrario, a los hombres del campo, hemos recurrido a
todos y, en más de una oportunidad, los reunimos en congresos regionales,
provinciales y nacionales.
COMUNISMO
Nosotros no podemos entendernos con el comunismo, ni tolerar
su concepción estatista y atea, porque creemos mas en el hombre que en el
Estado y porque expresamente dicho, nos negaron a sustituir la imagen de Dios
que nos inculcaron nuestros padres con la imagen de los dirigentes inhumanos y
transitorios que viven en acecho de las debilidades democráticas y en la búsqueda
de compañeros de ruta, hasta el momento en que puedan dar su zarpazo demoledor.
Tampoco coincidimos con los nacionalistas, fascistas
criollos que, hasta ayer no mas, lo resolvían todo con desprecio de la soberanía
popular y proclamaban las excelencias de un gobierno fuerte, ejercido por las minorías
selectas, capaz, tratándose de obreros y de trabajadores agrarios, de utilizar
los mas duros procedimientos coactivos para lograr con la disciplina del sometimiento
una supuesta paz social. Ni con los comunistas que están minando el suelo y
socavaran la Argentina si se les da, como ahora, la ocasión, ni con los
nacionalistas que hasta ayer quemaron incienso ante Mussolini y Hitler y lo
siguen quemando ante Franco. Nadie nos vera nunca en esas compañías y que Dios
perdone a quienes las aceptan, las estimulan o las toleran.
POLITICA AGRARIA DE LA UCRP
El radicalismo del Pueblo, que no se propone realizar
revanchas ni despojar a nadie, no tolerara que el fruto del trabajo agrario
vaya a otras manos que no sean las de los propios productores. Así como concluirá
terminantemente los desalojos. Hay en suma, en esta materia mucho que decir,
pero acaso corresponde añadir dos cosas más.
1° Debe
fomentarse, por todos los medios, un riguroso aumento de la producción agropecuaria
sin la cuales no es posible el desarrollo de la industria argentina y el pago
de nuestras importaciones.
2° Para lograr el
afincamiento del hombre de campo en la tierra de su propiedad, la UCR del
Pueblo impedirá los precios especulativos y creara el organismo que intervendrá
en las ventas de tierra para impedir su acaparamiento; luchara contra el
latifundio y contra los grandes sociedades anónimas, criollas o extranjeras,
que dominan enormes extensiones de tierra, donde la familia del trabajador es
pobre.
Amigos del campo, defendamos la libertad y cuidemos que la
vinchuca comunista, la que pica a todos y no ayuda a nadie, se meta en el hogar
campesino.
Fuente: Alocucion del Sr. Crisologo Larralde, presidente del Comité Nacional
y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por la UCR del Pueblo,
3 de febrero de 1958.
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