Mañana tal vez puede ser que el líder de la justicia social,
el depositario de la soberanía del país –creyendo que el pueblo es un rebaño-
de la orden para votar contra la Unión Cívica Radical del Pueblo. ¡Que destino
el de los desubicados cuando ven que el hombre que los dejó solos los entrega
ahora a una nueva aventura nada más que para que puedan regresar al país los
ladrones públicos!
Nosotros jugamos limpio. Siempre somos los mismos, en la
resistencia y ahora; hace falta decirlo una vez mas, hoy, porque quizás el país
se anoticie mañana de alguna otra cosa.
Otros jugaban, mientras tanto a la contrarrevolución; otros
que eran los nacionalistas de Mario Amadeo y los militares resentidos que lo
acompañaban.
Nosotros fuimos a la Constituyente y trajimos los derechos
sociales para el hombre de trabajo. No trajimos todo, pero trajimos algo. Lo radical
de la Argentina se va haciendo radical y se viene con nosotros.
Cuando cayó Lonardi el pueblo sintió satisfacción porque desaparecían de la escena revolucionaria gentes que tenían del país una concepción nazi. Muchos de los que cayeron entonces están ahora en otro lado, especulando en otro estrado, sin haber abandonado sus intenciones. Las fuerzas comunistas de la Argentina están en contra de esta concepción moral que es la UCR del Pueblo. ¡Que casualidad! Se juntan con los otros. Y cuando el país necesitaba claridad, orientación, esclarecimiento, desaparecen de las tribunas y se juntan en antesalas desconocidas para ver de qué manera pueden sumar. Pero nosotros estamos en triunfo: creemos en el sentido moral de nuestro pueblo: nos hemos quedado en su seno, en las plazas de la democracia, limpiamente, con los banderines de la dignidad y de la conducta argentina.
Fuente: Discurso del candidato presidencial de la UCR del Pueblo Dr. Ricardo Balbin en la ciudad bonaerense de Ramos Mejia, 6 de febrero de 1958.
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