Sabattini ha sido el hombre que me dispenso la mayor
confianza política. Me opuse varias veces a sus propósitos dentro de la
Intransigencia, por un patriótico afán.
Siempre reconocí sus grandes meritos y hoy comprendo que don
Amadeo fue la figura más recia que conocí dentro del partido. Si hubiera
llegado a Presidente de la Republica, nos habría dado un gobierno moral, una
eficacia administrativa, una política antiimperialista y una tímida reforma
agraria; los militares no lo habrían podido manosear; tenia demasiado
patriotismo y austeridad para que se animaran a formularle planteos.
Después de tantos años, me complace que en Córdoba todo el
mundo, sin distingos de partido, mencione a este hombre con un cariñoso “don Amadeo”.
Y ahí están los diques, las escuelas y los caminos que él dejara, y sobre todo
el sentido social que tienen los políticos cordobeses, cualquiera sea su
partido.
En Buenos Aires, la gran ciudad, veo paseos, calles y
monumentos con nombres de gentes que no conozco, pero don Amadeo esta ausente;
tal vez sea porque no era porteñista, sino un autentico valor del “interior”.
No importa, esas nomenclaturas no hacen la historia.
Fuente: Un siglo-- una vida : de la soberanía a la dependencia, Alejandro Gomez, 2001.
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