Todo va hacia adelante
A pesar de la reacción
Argentina
Tiene un plan
Este trabajo gestado y escrito durante el imperio de la tiranía
sufrida por nuestro pueblo; tiranía que como ola pestosa se propagara y
surgiera también en Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Cuba,
Venezuela y demás países latinoamericanos, con muy raras excepciones, como lo
es México, nos indujeron a pensar en la libertad de nuestro pueblo, que no
puede ser más que el deseo de la libertad de todos los pueblos hermanos del continente.
Nos indujeron a buscar las causas del mal agravado y fuimos
incubando las soluciones, los remedios. Surge así el Plan Constructivo del
Radicalismo, como la base para la libertad, el bienestar y la justicia social
para los habitantes de éste, nuestro país, las provincias Unidas del Río de la
Plata, la tierra Argentina; y para todos los hombres del mundo que quieran
vivir estas tierras legadas para la libertad. ¿Qué libertad?, la del derecho a
la vida, como expresión del bienestar del pueblo.
Es una angustia profunda la que nos anima, angustia honesta,
que nos ha inducido a buscar las soluciones que el mal requiere.
El pensamiento engendrado tiene raíces en la sinceridad,
puesta al servicio de la verdad, o del bien común.
Mas la inquietud que nos agita para romper las cadenas e
iniciar la marcha de las masas populares de hombres libres, e ir a libertar a
los hermanos oprimidos de allende las fronteras, con las armas invencibles de
las soluciones concretas que requieren las direcciones de los pueblos, nos han
hecho gestar este plan de conquistas, que si bien tosco y rudo en su
estructura, tiene el valor de ser un plan armónico, racional y que consulta los
anhelos de los desheredados, de los descamisados, de los hambrientos, de los
oprimidos, de los rebeldes, de los productos y de los hombres de pensamiento
honesto que son las masas proletarias argentinas, las que ponen sus vidas y sus
inteligencias al servicio de la colectividad.
Tosco y rudo, tenemos un plan constructivo.
Tener un plan, es tener soluciones; y tener soluciones, es
vencer.
Los radicales venceremos; tenemos derecho a vencer, porque
llevamos las soluciones que nuestro pueblo reclama y necesita.
Venceremos, porque el plan es del pueblo, destinado a
implantar el bienestar común, base y esencia de la justicia social.
Sea nuestra victoria, emancipar a la mujer, que es la
gestadora del porvenir. Lleva ella, en sus entrañas, los hijos del mañana.
La mujer es la madre del pueblo. Los Derechos Sociales, regirán
para las mujeres, los hombres y los niños.
Sea nuestro principal objetivo, libertar al niño, para
sacarlo de las garras de los modeladores de eunucos, de serviles, de rapaces y
de esclavos.
El niño –para el radicalismo- es la base de la sociedad que viene;
de ahí el imperativo categórico de cuidarlo, y guiarlo para las mayores
conquistas de la libertad; para la mayor superación de su conciencia, de su
carácter y de su cultura. Insistimos: es aquella libertad que implica el
derecho y la obligación al bienestar común.
Para los niños, sea el Plan Constructivo del Radicalismo.
LO QUE SOSTENEMOS
Sostenemos aquí, las orientaciones y fundamentos del
radicalismo constructivo y sentamos aquí –a manera de postulados axiomáticos-
las ideas bases, que en el orden económico, social y de la cultura, habrá de
resolver y cumplir.
Ese es nuestro propósito. La finalidad del radicalismo no
admite limites, porque lleva en su entraña, el sentido de todo lo que vive;
vale decir, es permanente renovación, permanente mejoramiento, para hacer del
hombre y de la sociedad, expresiones humanas de bienestar y felicidad común.
Sentamos el derecho del pueblo a disponer de todos los
recursos y elementos que concurren a asegurarle satisfactoriamente, el
alimento, el abrigo, la vivienda, la cultura, la movilidad y la defensa
integral de los derechos sociales de todos los habitantes de nuestro suelo.
En consecuencia, los radicales procuraremos establecer y
resolver todos los pormenores que conducen a realizar esos concretos objetivos,
sostén de la justicia social, del derecho, de las obligaciones, de la libertad
y del bienestar del pueblo.
Expresamos la necesidad urgente de nacionalizar todos los
servicios públicos, particularmente aquellos que constituyen aprovechamiento de
las fuerzas naturales, nacionalizar todos los medios de comunicaciones y
transportes, nacionalizar la instrucción y cultura general del pueblo,
gratuita, obligatoria, racional y completa; vale decir, en todos sus ciclos de instrucción
primaria, secundaria, especial, tecnológica y superior; nacionalizar las
fuentes minerales, en particular el petróleo, y en general los metaloides, las
canteras, el agua, los abonos y los metales. La explotación y comercio de las
cosas y funciones atingentes a los sectores nacionalizados, los realizaran los
poderes generales, provinciales y comunales del estado federativo radical.
Empeñaremos todas las fuerzas de la nación a los fines de
asegurar la salud pública gratuita y obligatoria, suprimiendo el descarado
negocio que implica la explotación de los enfermos.
El comercio de importación y exportación se efectuara
exclusivamente por los organismos de gobierno, suprimiéndose los especuladores,
expoliadores e intermediarios que lucran parasitariamente y entorpecen vitales
funciones económicas del país. En consecuencia particular, se nacionalizaran
los frigoríficos, los graneros y el acopio de las numerosas substancias
minerales y agropecuarias que nuestro suelo puede otorgar por la acción del
ingenio y del trabajo humano.
La deuda externa de la nación, de las provincias, municipios
y particulares se extinguirá mediante la entrega de productos del país, excepción
hecha del hierro y otros metales originarios o residuales y de aquellas
substancias que pudieran ser de imprescindible necesidad al pueblo.
Se simplificara –uniformándose- la administración de
justicia por medio de jurados populares y juicios orales en todos los casos
posibles. El hombre no es presa del hombre; en consecuencia, las limitaciones
obligadas de libertad individual solo se justificaran en instituciones de
salud; vale decir, reclusiones en medios agradables, higiénicos, de instrucción
y trabajos aceptables, hasta la normalización del individuo. Nunca serán
castigos.
Se hará públicos todos los sistemas y procedimientos de producción
de artículos de utilidad común. La patente de invención se otorgara únicamente
como estimulo de gratitud pública y recibirá, el inventor, una recompensa o
premio nacional.
Nunca será un privilegio de exclusiva explotación de la
mejora, en detrimento de la comunidad.
Con urgencia, se nacionalizara la explotación y suministro
de luz y fuerza eléctrica, gas, materias medicinales, explosivas, papel,
metalurgia, automotores, ferrocarriles, teléfonos, telégrafos, radiotelefonía,
etc.
Se nacionalizara y suministrara el crédito y el seguro por los
organismos gobernantes.
Se establecerá una moratoria general, por el término de
tiempo requerido, sin interés, a todos los deudores oficiales y privados.
Se condonaran determinadas deudas, principalmente las de
origen fraudulento.
Se construirá y nacionalizara –intensificándose- la marina
mercante, que se movilizara por los resortes funcionales del estado, función
que ejerce actualmente la marina de guerra nacional.
Se destruirá el privilegio económico y social en cualquiera
forma y magnitud que se presentare. El bien para todos, es la única solución
del bien del individuo y de la familia. El radicalismo encarna ese principio de
justicia social.
Se agrandaran y se intensificaran las funciones sociales de
las fuerzas armadas del país, por considerarlas, el radicalismo, la organización
más eficiente y útil, dada su disciplina, orden y plan racional de acción.
El ejército, para el radicalismo, es la fuerza constructiva
y defensiva de mayor eficacia, porque el pueblo lo crea, lo integra y lo
sostiene como un organismo del pueblo para el pueblo.
El radicalismo define con precisión y claridad su sendero,
sus propósitos y su acción para la conquista del bienestar del pueblo.
Hemos dicho, que el radicalismo es la fuerza creadora de la
justicia social americana. Y es así.
Su misión no termina en los límites estrechos y mezquinos de
nuestras fronteras políticas, porque sus soluciones de bien común no admiten
fronteras. Su acción traspasará los
Andes y el Plata, llevando su buena era a las tierras de la patria americana,
aquella que presintieran Washington, Bolívar y San Martín. Así cumpliremos la
idea originaria de la civilización gestada en America.
Nuestra definición, la del radicalismo, esta expresada. A la
luz meridiana exponemos nuestras acciones, nuestros planes, nuestro camino.
Es menester definirse: O con el radicalismo, vale decir, con
el pueblo, con la justicia social; o contra el radicalismo vale decir, contra el
pueblo, a favor de la reacción, del privilegio, la tiranía y el conservadurismo
que entraña la quietud ciudadana.
Las cartas están echadas. Ahí la tenéis. Nosotros, los
radicales, estamos con la justicia social; somos el pueblo; nuestra ruta es el
proceso de permanente y progresiva humanización y bienestar común.
Vosotros, ¿Dónde estáis?
Fuente: Dr. Luciano Roque Catalano, Introduccion al Plan constructivo del radicalismo. El
libro de las masas productoras, Buenos Aires, Producción del "Laboratorio
Social", 1933.
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