La asamblea presidida por el Dr. Palacios Hidalgo otorgó a
la revolución libertadora títulos de licitud y esos títulos son reclamados en
vano por los adictos al régimen derrocado en 1955 y por quienes se apartaron
del espíritu y de los principios de la Constitución nacional de 1853 y 1860,
atacando las bases esenciales del contrato social argentino.
Han pasado casi ocho años desde que la Convención Nacional
Reformadora convocada por el gobierno de la Revolución Libertadora derogó la Constitución
totalitaria impuesta por la segunda tiranía y restauró al mismo tiempo la Constitución
liberal de 1853 y 1860 dando así estado jurídico a la situación de hecho que vivía
la Nación a partir del triunfo de septiembre de 1955, configurada por la abrogación
de aquel estatuto y el restablecimiento virtual del espíritu que inspiró a los
constituyentes de 1853 y a los derechos y garantías contenidos en la carta
fundamental de ese año, la convención de Santa Fe, presidida por este austero
ciudadano, cumplió su histórica misión, validando lo que el gobierno
provisional había ejecutado en uso de sus atribuciones revolucionarias y
cumpliendo un deber impostergable. La restauración jurídica de la vieja Constitución
Nacional contó con la valiosa colaboración del Sr. Palacios Hidalgo, cuya
figura a cuatro años de su desaparición, adquiere dimensiones extraordinarias y
acumula méritos suficientes como para merecer la gratitud nacional.
Fuente: Carta del Almirante Isaac F. Rojas con motivo de un
homenaje al Sr. Palacios Hidalgo que ocupó la presidencia de la Convención
Reformadora Constituyente de Santa Fe en 1957.
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