ACTUALIDAD INTERNACIONAL.- DERROCAMIENTO DEL PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE
ARGENTINA, SEÑOR ARTURO ILLIA.-NOTAS
Sr. BALLESTEROS
(Presidente): Los Comités de los diversos partidos han solicitado a la Mesa
que se les conceda un tiempo de cinco minutos a cada uno de ellos, al comienzo
de la presente sesión, a fin de referirse a los hechos ocurridos en la
República Argentina y que han quebrantado la vida democrática de dicho país.
Si le parece a la Cámara, así se acordará.
Acordado.
Ofrezco la palabra.
Sr. MORALES (don
Carlos). - Pido la palabra.
Sr. BALLESTEROS
(Presidente).-Tiene la palabra Su Señoría.
Sr. MORALES (don
Carlos). Señor Presidente, creemos que la Honorable
Cámara ha hecho muy bien al autorizar a los diversos Comités
parlamentarios para que, por un lapso de cinco minuto, nos refiramos a los
graves sucesos ocurridos recientemente en la república hermana de Argentina.
Por las informaciones del cable, habíamos tenido
conocimiento de la crisis existente en el pueblo hermano, como consecuencia de
las fuertes presiones que se estaban ejerciendo sobre el Jefe del Estado y
sobre el funcionamiento de los Poderes Legislativo y Judicial.
Ya en ocasiones anteriores, parlamentarios de diversos
sectores políticos de esta
Corporación habían mirado con mucho temor lo que, desde hace
tiempo, se auguraba que podría ocurrir en la República Argentina.
Hoy en día, hemos tenido la triste noticia de que el
Presidente Constitucional, señor Illia, ha sido depuesto, se ha disuelto el
Parlamento y ya no funciona el Poder Judicial y se han disuelto los partidos
políticos. O sea, los Poderes legítimamente constituidos han sido baldonados por
la acción de los militares argentinos.
En la tierra de Sarmiento, con lo cual hemos mantenido
tantos vínculos, con la que estamos ligados, a través de la historia, por
tantos hechos comunes, se ha roto la normalidad constitucional.
Como miembros de una entidad política afincada en la
democracia, en el racionalismo, en la libertad, los Diputados radicales deploramos,
como los que más, la verdadera tragedia que les ocurre, en estos instantes, a
los argentinos, que ven que los militares se han enseñoreado en la Casa Presidencial
y también han tomado el control de las otras actividades que se desarrollan
dentro de un régimen de carácter constitucional.
Indudablemente, habrá que estudiar, con mayor acopio de
antecedentes, los hechos que allá han sucedido; pero, por las informaciones que
tenemos, no nos queda otra cosa que lamentar, en forma muy sincera, la tragedia
que aflige al pueblo argentino. Porque es una tragedia que la opinión sagrada
del pueblo, que se expresa en comicios libres, en que se eligen los gobernantes,
y especialmente el Poder Ejecutivo y el Legislativo, haya sido deteriorada, en
forma tan expresiva, por la acción de los militares argentinos.
Este es un mal ejemplo para los pueblos latinoamericanos;
éste es un durísimo golpe para los pueblos de este continente.
Como un sarcasmo de la vida política del país vecino, en
pocos días más, el 8 de julio, debía iniciarse allí un importante torneo de
carácter político. Iba a desarrollarse en Buenos Aires la segunda sesión plenaria
del Parlamento Latinoamericano, creado en el mes de junio de 1965, en la ciudad
de Lima, y presidido, en la actualidad, por el señor León, que hasta ahora era
Diputado, elegido por el pueblo, pero que ha perdido su poder, como
consecuencia de la intervención de los militares.
Suena a sarcasmo que en esa tierra,· en que íbamos a
trabajar los parlamentarios de Latinoamérica, en la segunda asamblea de nuestro
Parlamento, justamente allí, se haya herido, en forma tan profunda, la entraña
de la democracia.
En mi condición de jefe de los Diputados del Partido Radical
y como miembro de este partido, que siempre vela por la libertad y la
democracia, deploro lo que ha ocurrido, y deseo, sinceramente, que se
restablezca pronto la normalidad en el glorioso y querido pueblo argentino, para
lo cual había que aprobar algún acuerdo por esta Honorable Corporación.
Sr. BALLESTEROS
(Presidente).--Tiene la palabra el Honorable señor
Montes.
Sr .MONTES.-Señor
Presidente, en nombre de los Diputados comunistas expreso la opinión de nuestra
colectividad, en esta hora en que parece estar resuelta, en un sentido adverso
a las fuerzas democráticas y populares argentinas, la crisis en que se ha
desarrollado en ese país. Esta situación crítica de los últimos días existe
desde cuando el Estado Mayor argentino y el Estado Mayor brasileño acordaron,
el año pasado, realizar acciones conjuntas, paralelas, tendientes a imponer
como doctrina, en nuestro continente, la teoría de que no son más importantes las
fronteras geográficas que las ideológicas.
El Ejército argentino, dominado por una casta castrense
denominada "gorila" en nuestro continente, en la República hermana ha
tenido como finalidad evitar el desarrollo de un proceso democrático, y
aplastar, a sangre y fuego, la lucha popular.
La verdad es que las medidas adoptadas por el Gobierno de
facto, en las últimas horas, significan una abierta dictadura en la República
Argentina.
Como aquí se ha dicho, el Presidente de la República hermana
de Argentina ha sido depuesto; el Parlamento, clausurado; los Intendentes y
Gobernadores, relevados de sus cargos; y la Corte Suprema, reemplazada. De esta
manera se ha consumado un golpe de Estado que centraliza el poder de la
República en una Junta Militar.
En éste instante, cuando las radioemisoras anuncian que en
algunos suburbios y calles de Buenos Aires se ha empezado a desarrollar la
lucha del pueblo en contra del golpe militar, ya aparentemente consumado, recordamos
las palabras del Presidente del Partido Comunista argentino, quien días atrás
expresara que el golpe militar traería consigo la lucha del pueblo por mantener
la constitucionalidad y la oposición a una más acentuada represión en contra
del movimiento popular y democrático de ese país. Por eso, estimamos que la
situación no está del todo clara, ni lo hechos absolutamente consumados.
Los Diputados comunistas, al protestar esta tarde por el
golpe de la jerarquía militar "gorila" de Argentina en contra del Gobierno
constitucional del Presidente Illia, elevamos también nuestra voz solidaria para
con el pueblo hermano, porque sabemos que en este momento, por lo menos en
algún grado, las fuerzas populares, la clase obrera de ese país, están luchando
por evitar que siga consumándose una de las peores dictaduras que, seguramente,
puede sufrir la hermana República.
Al expresar nuestra opinión de protesta y, al mismo tiempo,
de solidaridad para con el pueblo argentino, creemos que la Cámara de Diputados
de Chile, al otorgar esta oportunidad a los diferentes partidos para hacer uso
de la palabra, está cumpliendo con un alto deber solidario y democrático. Al
mismo tiempo, consideramos posible adoptar un acuerdo de repudio al golpe militar
de la República Argentina y de solidaridad con el movimiento democrático y
popular del país hermano.
He dicho.
Sr. BALLESTEROS
(Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Fierro.
Sr. FIERRO.-Señor
Presidente, se ha quebrado la normalidad constitucional en la República hermana
de Argentina. Un golpe militar, del cual la opinión pública de nuestro país
tiene pleno conocimiento, ha derrocado al Primer Mandatario argentino señor
Arturo Illia, elegido democráticamente en las urnas hace novecientos y tantos
días. A nosotros no nos toma de sorpresa esta acción de los militares de la
República hermana, porque recordamos 10 ocurrido en otras naciones del
continente, que han sido víctimas de la "bota" militar. En tales
ocasiones este Parlamento ha solidarizado con los 'sectores democráticos de
aquellos países. En esta sesión se nos brinda la grata oportunidad de decir,
con la brevedad que exige el tiempo, algunas palabras de condenación para este
nuevo golpe que dan los militares de la República Argentina.
Este golpe no significa un ataque a la oligarquía de ese
país ni tampoco un medio para ir a la nacionalización de los recursos naturales
que se encuentran en manos del capitalismo extranjero, del imperialismo, sino,
fundamentalmente, la persecución de los partidos populares, de los sindicatos
obreros, de todos los gremios que están luchando por obtener mejores condiciones
de vida y de trabajo.
Esta toma del Poder por los militares servirá también,
seguramente, para abolir los derechos democráticos de miles de ciudadanos, como
ha ocurrido en otras
Repúblicas del continente.
No es sorpresa para los parlamentarios y para el Partido
Socialista chileno que estos hechos estén sucediendo en América, porque desde
hace mucho tiempo venimos observando los movimientos de la Junta Interamericana
de Defensa, que dirige el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Creemos que ahora en Argentina se están aplicando planes que se estudiaron en
una reunión de altos jefes militares americanos celebrada en Perú. En esa oportunidad,
esta Cámara, por unanimidad de sus miembros, acordó solicitar de Su Excelencia
el Presidente de la República, don Eduardo Frei, que evitara la participación del
Comandante en Jefe del Ejército chileno en la reunión que se efectuaría en
Lima. Y los temores que los sectores democráticos del Parlamento chileno expresaron
en aquella ocasión, ahora se han visto confirmados. Por eso, los parlamentarios
socialistas manifestamos nuestra protesta y nuestra condenación por estos hechos
antidemocráticos que, lejos de solucionar los problemas económicos y sociales
que afectan a la República vecina, traerán el caos y la' miseria, a la vez que agravarán
profundamente la inestable situación de los trabajadores y partidos populares de
Argentina.
No deben tomarse nuestras palabras como una intromisión en
los asuntos internos de la República hermana, sino solamente como un gesto de
verdadera solidaridad humana con todos los sectores democráticos de Argentina.
Por eso, reiteramos nuestra protesta y solicitamos que la
Honorable Cámara adopte un acuerdo unánime de repudio a este golpe militar y,
al mismo tiempo, de solidaridad con los sectores democráticos del país hermano.
Nada más.
Sr. SILVA (don
Julio).-Pido la palabra, señor Presidente.
Sr. BALLESTEROS
(Presidente).-Tiene la palabra Su Señoría.
Sr. SILVA (don Julio).-Señor
Presidente, los Diputados democratacristianos queremos también manifestar
nuestra protesta ante los hechos ocurridos en la República hermana de
Argentina, que representan, sin lugar a dudas, un grave retroceso desde el
punto de vista del afianzamiento de las instituciones democráticas de nuestro
continente, y un suceso que de ninguna manera puede considerarse ajeno a la
suerte y al interés de los países vecinos de la República Argentina.
Nuestra protesta arranca también de las convicciones
democráticas que hemos defendido a lo largo de toda nuestra existencia partidaria.
Creemos necesario decir las cosas claramente.
Cuando las fuerzas militares se salen de su órbita de acción
y de las funciones que la democracia y el pueblo les encomiendan, y cuando
utilizan las armas en la forma en que algunos sectores de las Fuerzas Armadas
latinoamericanas lo hacen, como acaba de ocurrir en Argentina, esas fuerzas
están usurpando ilegítimamente el Poder; y el gobierno que constituyen por la
fuerza brutal de las armas que el pueblo les ha confiado con otros fines, es un
gobierno ilegítimo, contra el cual el pueblo tiene todo el derecho de luchar
con los medios a su alcance, a fin de poner término a esa situación arbitraria e
ilegítima que se ha producido.
Nosotros aplaudimos la dignidad del Presidente
constitucional de Argentina, el señor Illia, quien no se prestó para ningún arreglo
que permitiera a las fuerzas asaltantes del Poder pretender mostrar que ésta no
era una situación como la que realmente existía: una usurpación y un asalto a
los poderes constitucionales. La actitud del Presidente Illia ha permitido poner
en claro, revelar y demostrar ante la faz del continente y del mundo, los
propósitos y la actuación ilícita de las Fuerzas Armadas de ese país.
Expresamos nuestra adhesión al Presidente constitucional de
Argentina, a las instituciones de ese país y al pueblo argentino, el que, sin
duda, enfrentará esta nueva situación de una manera que, en definitiva, impedirá
a las fuerzas castrenses, apartadas ahora de su rol y de sus funciones, imponerse
sobre sus derechos, sobre la soberanía popular y sobre la democracia argentina.
Creemos que este pueblo, al cual expresamos toda nuestra
solidaridad, logrará restablecer las instituciones cívicas y democráticas de su
país. En ese sentido, formulamos nuestros más fervorosos votos para que eso
ocurra lo más pronto posible.
La acción de las fuerzas militares no logrará tampoco
amedrentar a los pueblos del continente americano que se han trazado su propio
camino de reformas profundas en las estructuras sociales. Estos pueblos no
serán amedrentados por las amenazas ni por los ataques que, directa o indirectamente,
se les haga, y seguirán adelante en el camino que se han propuesto.
Confiamos en que el pueblo argentino logrará restablecer,
seguramente, más pronto de lo que pensamos, los derechos que, transitoriamente,
han sido conculcados.
Sr. BALLESTEROS
(Presidente).-Si le parece a la Sala, se acordará facultar a la Mesa para
redactar el acuerdo de esta Corporación, en orden a condenar el golpe militar
en la República Argentina y el derrocamiento de su Presidente constitucional,
doctor Arturo Illia, y trasmitirlo a los Parlamentos de América.
Acordado.
Fuente: Sesión 12, en martes 28 de junio de 1966, Cámara de
Diputados de la Republica de Chile.
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