La UCRP estima que no se han modificado los términos que se
tuvieron en cuenta a su hora para
saludar alborozados a la revolución cubana del 1 de enero de 1959 como
expresión autentica de la voluntad de un pueblo de sacudir el yugo de la odiosa
tiranía de Fulgencio Batista.
Asimismo consideramos que esa revolución trasmutada en
gobierno, inicialmente interpretó el hondo sentido reivindicatorio del concepto
de autodeterminación y de explicable resistencia frente a los avances
colonialistas que hasta su advenimiento ejercieron una verdadera hegemonía
sobre su gobierno y sus principales fuentes de riqueza, hasta el extremo de
haber convertido a la isla en un haber abatido prácticamente toda noción de soberanía
y una dependencia de sus intereses.
No han pasado desapercibidos y han sido objeto de nuestra
justificada y angustiosa expectación algunos hechos alarmantes que a nuestro
juicio, empañan y oscurecen en el país amigo el normal desenvolvimiento de las
acciones revolucionarias en la segunda etapa de su realización. Estos hechos
son:
- La
evidente y por momentos temeraria proclividad a dejarse caer en la orbita
del socialismo soviético mediante la aceptación de formas de colaboración,
especialmente en dinero para propaganda, que es parte de su inconfundible técnica
de penetración.
- La
falta de justicia como consecuencia de la ausencia de libertad, ya que
donde no impera no puede prosperar aquella. Ello nos hace contemplar
acongojados la gran cantidad de ciudadanos inmolados sin proceso previo o
mediante instrucción sumarísima, sin la existencia de garantías necesarias
para defender y con la intervención de tribunales sin independencia e
imparcialidad.
- La ausencia de un plan encaminado a normalizar las instituciones republicanas democráticas unido a la restricción cada vez mas notoria de las libertades publicas, tales como la de prensa, culto, enseñanza, asociación, reunión y otras. Todo esto señala una sensible desviación hacia formas de dictadura y totalitarismo con la que nuestro pueblo y en especial nuestro partido no puede solidarizarse.
Exhortamos a los correligionarios a encuadrar sus opiniones
dentro de los principios que orientan a la Unión Cívica Radical del Pueblo,
obliga primera y fundamental que todo ciudadano contrae al afiliarse al
partido, debiéndose evitar todo aquello que pueda ser causa de perturbación en
momentos en que se hace necesario centrar la acción en los objetivos inmediatos
del quehacer nacional, y advierte que continuara siendo celoso guardián de la
autentica doctrina radical y adoptara las diligencias que correspondan cuando
se concreten actos de indisciplina o conduzcan al quebramiento de las normas de
prudencia y discreción que se estiman elementales.
Fuente: Declaración del Comite Central de la Unión Cívica Radical del Pueblo de Córdoba con motivo sobre apreciaciones de la Revolucion en Cuba por el dirigente del Movimiento de Intransigencia Nacional Dr. Santiago del Castillo, 5 de febrero de 1961. Fotografia aportada por Rodrigo Lopez Tais.
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