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jueves, 12 de noviembre de 2015

Arturo Frondizi: "Los Desarraigados" Prólogo (1964)

"La oligarquia reaccionaria no le perdonará nunca al Dr. Posse este libro"

Toda empresa de transformación nacional supone un enfrentamiento con las estructuras mentales, económicas y sociales en vigencia. Este enfrentamiento sera tanto mas duro cuanto sea mayor la decisión de aplicar la política que la haga posible.

En 1958 se inicio en la Argentina una política cuyos objetivos fueron claramente expuestos. No eran objetivos que pertenecieran a un partido singular o un sector aislado: sintetizaban un anhelo nacional de desarrollo, pacificación y legalidad. Se trataba de colocar a un país rezagado, al ritmo vivo y dinámico de una época cuyas exigencias son crecientes. Los hombres que fueron llevados al gobierno por la decisión popular de febrero de 1958 estaban investidos de un mandato concreto: cambiar las pautas anacrónicas que ahogaban la capacidad creadora de veinte millones de habitantes, para facilitar una pacifica realización del país.

La responsabilidad emanada del veredicto popular debía ser cumplida en varios niveles institucionales: en el orden nacional, por de pronto, y en el de las diversas provincias y municipios. Naturalmente, el éxito del impulso transformador dependía de determinadas condiciones específicas, que iban desde el diverso grado de resistencia que encontraría hasta los factores personajes de sus animadores. Debo decir, con orgullo, que los hombres que me acompañaron en la aventura transformadora de Argentina cumplieron con su deber y respondieron cabalmente al mandato popular.

Una de las figuras que sirven para medir como los ciudadanos que integraban los equipos comprometidos en una política de transformación fueron consecuentes con ese mandato, consiste en establecer el grado de resistencia que provoco su acción de gobierno. Es sabido que desde la prisión hasta la agresión física, desde la acción psicológica sistemática hasta la calumnia orquestada, todos los recursos fueron utilizados por los sectores del estancamiento para eliminar física o moralmente a los protagonistas más audaces de la empresa de transformación emprendida en mayo de 1958. Y cuanto mas duro fue el castigo que sufrieron estos hombres, mas decidida fue —puede afirmarse con certeza— su acción de gobierno y mas hondas las transformaciones que promovieron.

Este es el caso del doctor Melchor Ángel Posse, que en el ámbito donde volcó su vocación de servicio publico -la populosa Municipalidad de San Isidro— llevo a cabo una intensa y perdurable labor, cuyas peripecias detalla en las paginas que siguen. Fue la suya una lucha dura q azarosa, acompañada permanentemente por el auspicio popular.

Tuvo que pagar, como tantos otros soldados del desarrollo, un áspero precio de persecución. Un precio que en un espíritu menos fuerte hubiera dejado un amargo saldo de resentimiento y cansancio.

Pero el doctor Posse mantuvo su alma fresca; e intacta su vocación de servir a la comunidad.

El libro que va a leerse es un interesantísimo testimonio de la lucha que debió librar un hombre joven llevado a altas responsabilidades, cuando supo asumir hasta el final el mandato  que su pueblo le había otorgado. Y además de testimonio, este libro es también una prevención a aquellos que han abrazado la causa nacional, para que sepan cuanto cuesta ser fiel a ella.   

Y a todos los que intentan impedir el triunfo popular, atrincherados en las estructuras del estancamiento, este libro servirá para probar el espíritu que anima a los hombres del Desarrollo y lo difícil que es luchar con éxito contra una conciencia que ya ha asumido todo un país.

Arturo Frondizi


Melchor Posse durante su primera intendencia de San Isidro (1958-1962) en una visita a la localidad de Villa Adelina. Fuente: Familia Iriarte.






Fuente: Prólogo del Dr. Arturo Frondizi al libro "Los desarraigados" del ex Intendente de la  Ciudad de San Isidro Dr. Melchor Angel Posse, Editorial Desarrolo 1964.

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