En cierta época, retumbaron en Argentina las palabras de Perón
"quiero que en Argentina haya mas ricos y menos pobres". Algunos
gremialistas de aquel periodo actuando incontrolados e impunes, decidieron que
la recaudación del sindicato era invulnerable, aun en detrimento de aquella
consigna.
Un ejemplo lo confirma. Los propietarios del tradicional
Restaurante Odeón que registraba desde añares en las mas importantes guías turísticas
del mundo entero, imponentes para sobrellevar presiones de todo tipo,
decidieron transferir el fondo de comercio a sus 25 empleados, asociados bajo
el régimen de las cooperativas por un precio altamente conveniente.
La dirigencia sindical encabezada por un italiano, se opuso
aduciendo que privaba del ingreso de otras tantas cuotas sindicales y como los
contratantes insistieran las turbas organizadas, molestaban a los clientes y
amenazaban de muerte a los nuevos aspirantes a "dueños" por
traicionar al peronismo. Uno de estos Aquilino Morado, un idealista, que les
puso pecho, - fue arrojado a las vías del tranvía. Allí estuve entre el publico
que corrió en su auxilio. Promovida la causa a penal, la Cámara de Apelación
dio por iniciada la audiencia pública con la presencia de alrededor de 200 gastronomicos
que no encontraron mejor forma de coaccionar que estallando en fuertes aplausos
cuando los defensores de los imputados, intempestivamente, pidieron al tribunal
que pusiera el acto bajo los auspicios de Perón y de Eva Perón. El presidente,
haciendo sonar la campanilla anuncio que de repetirse, desalojaría la sala, a
lo que me opuse alegando:
"De ninguna modo señores
jueces, es oportunísima la advocación. El espíritu de Eva y la doctrina de Perón
habrá de sobrevalorar en esta sala vigorizando mi tesis que seguramente será
recogida por VE y aplaudida por todos los presentes cuando termine".
Oídas las severas amonestaciones que me impuso el tribunal,
cuando llego mi turno, cada vez que martillaba con el índice el lugar de la página
del libro que iba sacando de dos portafolios, clavaba la vista en el auditorio
a la par que decía:
“Cada pagina prueba señores
jueces, la tesis del binomio presidencial ampliamente explicitada por los ideólogos
del peronismo y apoyada por auténticos sindicalistas. Hasta hoy nunca se derogo
el Decreto N° 16 suscripto por el Coronel Perón prohibiendo la huelga”
La barra dejo dar tosesitas y el frotar de sus mamelucos
sobre los bancos. Los que permanecían de pie zapateaban levemente. El Tribunal
reitero la advertencia. Yo agitaba el decreto. "Aquí esta la prueba que
debe incorporase a la causa. V.E. incurriría en un error impidiendo que estos compañeros
se enteren que, sin querer y por no saber, están boicoteando al gobierno,
atentando contra el derecho de los trabajadores a cambiar su condición de
subordinados por la de patrones y por ende, negándose al más caro de los anhelos
propalados por Eva y Perón"
La presidencia ordeno que me ajustara al tema a los que
respondí:
“Este es el tema señores
jueces.
“La teoría explicitada
por Perón, fue desarrollada en el recinto de la Cámara de Diputados por el más
preclaro de los ideólogos de su partido, Díaz de Vivar (Diario de Sesiones Tomo
III año 1950, pag. 2252 y 2256), contando con el apoyo de su blok, la adhesión
del sindicalista Tejeda, del ministro Borlengui, del secretario de la C.G.T. Espejo, y de un sin
numero de gremialistas cuyos nombres llenarían paginas”
Al término de la audiencia el señor secretario del tribunal
se acerco para comunicarme, en nombre de los magistrados, que previendo desagrados
me invitaban a usar la puerta privada.
Agradecí la diferencia, haciéndole saber que acaba de imponerles
a mis familiares y amigos, en total siete, que permanecieran dentro de la sala
hasta que yo franqueara la puerta de salida del palacio. Los peronistas
respetan el coraje de la franqueza. Estos concurrieron a la audiencia traído
como elemento de presión convencidos que atacaría al peronismo y al sindicato y
se encontraron defendidos en sus perspectivas de futuro.
Asi ocurrió. A medida que yo avanzaba entre medio de esa
"multitud" agolpada en el hall de tribunales me habrían paso. Algunos
ponian "cara de amigos".
Fuente: ¡Argentinos! A precaverse contra los que engañan a su partido y al pueblo del Dr. Armando Balbín, 1992.
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