Moisés Lebensohn fue el inspirador y redactor de la Carta de
Avellaneda. El venia predicando reformas funda- mentales a la sociedad
argentina y, deseaba que el radicalismo no fuese un simple equipo listo para
turnos de gobierno, dejando luego todo mas o menos como estaba.
Fue tachado desde su inicio de infiltrado en las filas de
aquel radicalismo de "las personalidades" diferenciadas de los
hombres del viejo "Régimen" por la defensa de lo que ellos llamaban
la Constitución y del uso de las palabras mas altisonantes y comprometidas
Lebensohn los enfrento refugiándose en el pensamiento del
gran incomprendido que fue Hipólito Yrigoyen. No tuvo temor de decir que la Constitución
Nacional, resultado de cincuenta años de lucha, fue usada por un sistema social
y político depredatorio, el que llamo como Yrigoyen, "El Régimen". Se
cobijo también en el sentido humanístico e incorruptible del Padre de la
Patria. Vivió en la pobreza y en el sacrificio de Alem y marco los rumbos de la
mejor interpretación yrigoyenista en las Bases de Acción Política que
finalmente aprobara la Convención Nacional del Partido en 1948. Aquel joven del
Congreso de Chivilcoy de 1940 había trasladado así sus ideas a la mas alta cátedra
de su Partido.
Siempre incitaba a la acción y creía encontrar en cada hombre
del pueblo un hermano de la causa por la que luchaba.
En la hora de la tragedia cuando aun se percibe el olor del
humo del Comité devastado por la barbarie, afirma como Presidente de la Convención
Nacional de su Partido, que la condición de argentino lo obliga a luchar por
los ideales de libertad e igualdad que dieron nacimiento a nuestra Patria.
No odia y hasta dirige un llamado a la reflexión al hombre
que ejerce el poder en la Republica, porque desea que la familia nacional
cumpla con el destino que le ha marcado la historia de servir a la humanidad en
la construcción de un mundo sin la materialidad de la sociedad del lucro, o la
de aquella de la igualdad al precio de la libertad.
Fuente: Prólogo del libro "La significación de Lebensohn en el Radicalismo" del Dr. Alejandro Florencio Gómez, Buenos Aires: CEAL, 1993.
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