La realidad sombría, dolorosa, lacerante y dramática, que
nos ha pintado el Dr. Santander, obliga a los radicales a recuperarnos en
nuestra tradición y en nuestro sentir radical, en todo lo que tiene de generoso
y auténtico, para que busquemos de salvar ese trance y dar la solución que el
país anhela.
Esa realidad es acaso la suma de factores causales generados
desde el 4 de junio hasta el día de la fecha. Bien lo dijo el Dr. Santander:
sus causas son más remotas, sus raíces son más lejanas, pero yo pregunto:
¿desde dónde comienzan esas causas y esas raíces? Desde la dolorosa frustración
del radicalismo, cuando fue desalojado del poder el 6 de septiembre de 1930.
[…] Por esa misma razón […] no podemos estar con las fuerzas culpables y
responsables de la frustración radical de 1930, porque significaría estar con
quienes se han colocado a servicio de todos los intereses económicos de la
oligarquía, que son intereses, extranjerizantes por cuanto interpretan el
capital internacional en todas sus más crudas manifestaciones imperialistas,
que desde el advenimiento del radicalismo han buscado perturbar y desorientar
la vida argentina para impedir su realización y, sobre todo, para despojar a
esa fuerza popular de la tenencia del gobierno.
[…] Nosotros, aunque nos vinieran a hablar de este instante
amargo y doloroso no les podríamos decir: es cierto vamos todos juntos a luchar
contra el enemigo común, porque les tenemos que decir: el enemigo común, a la
vista, es aquél, pero Uds. también pueden ser los enemigos invisibles de los
cuales tenemos que cuidarnos
Fuente: Antonio Sobral, ¿Qué es la Intransigencia? Discurso del
Delegado por Córdoba ante la Honorable Convención Nacional, s.e., Buenos Aires,
1946
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