Febrero de 1986
Al Gabinete de Ministros de la Nación:
1. El crecimiento de la economía depende de que se realice
un monto adecuado de inversión global, y que en esa inversión se atiendan las necesidades
de los sectores claves para evitar que se produzcan desequilibrios. En otros
términos, el problema de la inversión para el crecimiento tiene dos aspectos:
uno cuantitativo y otro cualitativo.
2. Teniendo en consideración estos aspectos, una política de
inversión debe establecer las condiciones para que los agentes realicen
efectivamente el monto y la orientación adecuados.
3. El problema general del monto de inversión es tema de la
política económica y financiera: tasa de interés, existencia de una
intermediación eficiente, mantenimiento de la demanda y demás objetivos, que
alientan las determinaciones de invertir.
4. El problema de la orientación, o sea asegurarse que
sectores claves reciben montos suficientes de inversión es complejo, y ha sido
atendido de tres maneras principales:
a) Inversión directa por el Estado;
b) Créditos para inversión privada;
c) Incentivos tributarios y protección aduanera.
El último instrumento de orientación ha sido muy utilizado,
resulta con un costo ele-vado y en el caso de la protección tiene efectos sobre
la economía cuando la protección es alta, que es precisamente lo que se
requeriría para ser efectiva como único estímulo.
Los dos primeros chocan con el problema de la disponibilidad
de fondos y, para la inversión directa, es necesaria la definición de los
sectores en los que no sólo por razón de falta de recursos de inversión, sino
también por su importancia para la seguridad nacional deben tener una
participación o especial vigilancia del Estado.
5. En la coyuntura actual, en la que nuevos subsidios vía
incentivos tributarios o aduaneros parecen muy poco viables, la cuestión de
obtener fondos para créditos de inversión e inversiones públicas es un punto de
primordial importancia.
Aquí aparece la posibilidad de utilizar la privatización
como instrumento de crecimiento. Si por mayor seguridad existen capitales
privados dispuestos a invertir en actividades rentables existentes y en los que
no resulta necesario mantener la actual participación estatal, los fondos
obtenidos de esta manera se pueden canalizar a nuevas inversiones de mayor
prioridad.
6. Planteado de esta manera, el problema consiste en tres
cuestiones:
a) Identificación de sectores en los que aparece posible la
substitución de capital esta-tal por privado, por la conjunción de los
facto-res de no ser necesario mantener la participación estatal actual y
presentar atracción para la inversión privada;
b) Organización de la valuación de los activos y
procedimiento de venta;
c) Organización y administración del fondo constituido por
las privatizaciones, y canalización a actividades prioritarias. Eventualmente,
ampliación de ese fondo con recursos blandos (Banco Mundial, BID).
7. Este esquema es muy diferente al habitual de
privatización, fundado en argumentos de eficiencia empresaria, reducción de
déficit y otros de neta connotación ideológica.
8. Un sector posible de aplicar este esquema es el
petroquímico. Se trata de empresas viables que pueden atraer capital, que hagan
posible así transferir un capital existen-te a otra actividad más prioritaria
para el desarrollo.
En el caso petroquímico aparecen necesidades importantes
dentro del mismo sector.
a) Realizar inversiones en industrias de procesamiento de
los insumos producidos y que hoy se exportan;
b) Modernización de algunas plantas que lo requieran.
9. Si se adopta una decisión positiva, es necesario, además
de tener en cuenta los puntos b) y c) de 6, decidir sobre los precios del gas y
transformar el subsidio implícito en él en participación de utilidades, o
subirlo. También es necesario garantizar la continuidad de operaciones y evitar
la formación de monopolios.
Roque Carranza
Secretario del Consejo Nacional de Desarrollo durante la
Administración de Arturo Illia.
Ex-ministro de Obras y Servicios Públicos.
Ex-ministro de Defensa Nacional
Fuente: Propuesta y Control Mayo / Junio de 1990 pág. 38
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