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jueves, 26 de febrero de 2015

Ricardo Balbín: "Reunión Multisectorial en Casa de Gobierno" (8 de octubre de 1974)

No hace mucho, señora, moría su esposo y yo tuve la oportunidad de decirle que iba a ser un vacío difícil de llenar, pero que usted habría de llenarlo porque estaba acompañada por la voluntad de la Nación.

La posición del radicalismo fue reflejada en un reciente documento, pero el diálogo y esta ceremonia tienen una virtud: 


"Romper los microclimas"

Afirmamos la necesidad de la convivencia nacional. Vamos a seguir predicando la convivencia nacional: cuando hablamos de diálogo, señora, no hablamos del diálogo superficialmente como acto de cortesía. Hablamos de que el diálogo puede servir para una consulta necesaria, pero por sobre todo, señora presidente, el diálogo y esta ceremonia tienen una virtud: romper los microclimas. Son los microclimas los que perturban la marcha de los gobiernos, ya que estos, señora presidente, terminan en la sectarización.

Es por ello que, cuando nosotros lo buscamos con afán y queremos practicarlo con honradez y lealtad, no es necesariamente para iluminar la inteligencia sino para acercarle alguna opinión que está fuera del microclima que a veces deforma las decisiones. Y ésta es la gran virtud del diálogo, ésta es la gran virtud de la consulta.

Pero le vaya dar una buena noticia; contra la subversión existe un ejército imbatible, que es el pueblo, nuestro pueblo. Podrán matar a unos, podrán matar a otros, será víctima hoy un militar, mañana un sacerdote, puede ser que un diputado; son los cuantiosos dolores que sufren los dramas de las familias. Pero el pueblo vencerá la subversión, porque no está metido en el microclima, lo requiere el país y lo veo, está ansioso de paz, de trabajo, y ese pueblo vencerá.

Por eso es que esta ceremonia, señora, no sé en qué medida la ayuda, pero yo sé en qué medida ayuda al país. La eficiencia de estas distintas opiniones políticas, de estas divergencias políticas reunidas en esta escena, señora, le ha dado hoy al país una buena noticia, la que necesita, porque, como es la defensa final contra la resistencia de los cobardes, tenemos que alejarla de la posibilidad de que desarmen sus espíritus tomados por el temor y entren en el ámbito de la indiferencia.

Este sería el triunfo de la subversión y de los terroristas. Por eso que hay que levantarle el espíritu a este pueblo, fortalecerlo en la fe y en la voluntad que tiene, para que no entren en la indiferencia o sobreestimen al terrorismo. Porque esto, que es fundamental -esta ceremonia- naturalmente tiene matices distintos, ya que se aprecian problemas económicos y sociales, pero acá estamos hablando del terrorismo y cada uno tiene el derecho de opinar, y yo también lo tengo.

No me preocupa tanto el que aprieta el gatillo sino el que hace apretar el gatillo, y lo digo, por mi honor, que estoy en la búsqueda de esos responsables, El día que los tenga los pondré sobre el despacho de la señora presidente de la República. Acá no pueden haber sectores protegidos, acá no pueden haber unos más seguidos que los otros, son todos iguales, todos atentan contra el país. En definitiva, todo esto no tiene más que un propósito. Para unos la toma del poder, y para otros realizar desde el poder los cambios transformadores que el país no votó. Este es el secreto de esta instancia argentina, en la que cada uno la analiza y cada uno tiene razón; en la que cada uno dice su palabra y conjuga un pensamiento honrado y leal. Pero aquí estamos hablando del país, de nuestro pueblo, del destino de nuestro pueblo, el pueblo que usted preside, señora presidente, el que no hace diferencias para considerarla, el que la va a defender en todas sus instancias; muchos, porque es usted; pero muchos más porque es la presidente de la República de los argentinos; y porque representa la consecuencia de un pronunciamiento del pueblo que es la consolidación de un país civilizado dentro de la democracia. Por eso vamos a hacer todo lo necesario los que no estamos en el gobierno, pero esperamos que hagan todo lo necesario los que están en el gobierno.

No hay posibilidad de golpe de Estado en el país, en la medida en que todos tengamos esta voluntad. Anduve demasiado en la República, en los desencuentros, como para saberlo. Están dando un alto ejemplo las fuerzas armadas de la Argentina. El último documento del comandante ha dicho una cosa profunda, cargada de dolor en su alma, cargada de responsabilidad en su mando, frente a los camaradas muertos, superando un viejo ejército, consciente de la realidad argentina. Lo ha expresado en un documento que ya conoce el país.

Las fuerzas armadas están en fuerza para abatir la guerrilla, pero están supeditadas al poder de la República. Es el más alto ejemplo y la mejor contribución que se ha hecho en esta instancia argentina. Las fuerzas armadas han dicho a través de su comandante que están al servicio del país, a las órdenes del gobierno, que es el país.

Tenemos todos los elementos en la mano, todos los elementos. Si no vencemos esta instancia es porque seremos ineptos todos. Hay una voluntad nacional, una fuerza nacional, un pueblo. Y cada vez que uno se aproxima a los amigos, porque son los amigos de siempre, también se acerca uno a los adversarios, que fueron los adversarios de siempre, y no le dicen a uno qué piensan en lo económico, ni qué piensan de la apertura de los mercados en el mundo; lo que preguntan es si podemos vivir en paz los argentinos.

Y que sigamos predicando la paz los argentinos. Señora, yo se que estas palabras son las mismas de siempre, pero tenga usted la absoluta seguridad 

































Fuente: Discurso del Dr. Ricardo Balbín en una reunión Multisectorial en Casa de Gobierno, 8 de octubre de 1974. 

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