No hace mucho, señora, moría su esposo y yo tuve la
oportunidad de decirle que iba a ser un vacío difícil de llenar, pero que usted
habría de llenarlo porque estaba acompañada por la voluntad de la Nación.
La posición del radicalismo fue reflejada en un reciente
documento, pero el diálogo y esta ceremonia tienen una virtud:
"Romper los
microclimas"
Afirmamos la necesidad de la convivencia nacional. Vamos a
seguir predicando la convivencia nacional: cuando hablamos de diálogo, señora,
no hablamos del diálogo superficialmente como acto de cortesía. Hablamos de que
el diálogo puede servir para una consulta necesaria, pero por sobre todo,
señora presidente, el diálogo y esta ceremonia tienen una virtud: romper los
microclimas. Son los microclimas los que perturban la marcha de los gobiernos,
ya que estos, señora presidente, terminan en la sectarización.
Es por ello que, cuando nosotros lo buscamos con afán y
queremos practicarlo con honradez y lealtad, no es necesariamente para iluminar
la inteligencia sino para acercarle alguna opinión que está fuera del
microclima que a veces deforma las decisiones. Y ésta es la gran virtud del
diálogo, ésta es la gran virtud de la consulta.
Pero le vaya dar una buena noticia; contra la subversión
existe un ejército imbatible, que es el pueblo, nuestro pueblo. Podrán matar a
unos, podrán matar a otros, será víctima hoy un militar, mañana un sacerdote,
puede ser que un diputado; son los cuantiosos dolores que sufren los dramas de
las familias. Pero el pueblo vencerá la subversión, porque no está metido en el
microclima, lo requiere el país y lo veo, está ansioso de paz, de trabajo, y
ese pueblo vencerá.
Por eso es que esta ceremonia, señora, no sé en qué medida
la ayuda, pero yo sé en qué medida ayuda al país. La eficiencia de estas
distintas opiniones políticas, de estas divergencias políticas reunidas en esta
escena, señora, le ha dado hoy al país una buena noticia, la que necesita,
porque, como es la defensa final contra la resistencia de los cobardes, tenemos
que alejarla de la posibilidad de que desarmen sus espíritus tomados por el
temor y entren en el ámbito de la indiferencia.
Este sería el triunfo de la subversión y de los terroristas.
Por eso que hay que levantarle el espíritu a este pueblo, fortalecerlo en la fe
y en la voluntad que tiene, para que no entren en la indiferencia o
sobreestimen al terrorismo. Porque esto, que es fundamental -esta ceremonia-
naturalmente tiene matices distintos, ya que se aprecian problemas económicos y
sociales, pero acá estamos hablando del terrorismo y cada uno tiene el derecho
de opinar, y yo también lo tengo.
No me preocupa tanto el que aprieta el gatillo sino el que
hace apretar el gatillo, y lo digo, por mi honor, que estoy en la búsqueda de
esos responsables, El día que los tenga los pondré sobre el despacho de la
señora presidente de la República. Acá no pueden haber sectores protegidos, acá
no pueden haber unos más seguidos que los otros, son todos iguales, todos
atentan contra el país. En definitiva, todo esto no tiene más que un propósito.
Para unos la toma del poder, y para otros realizar desde el poder los cambios
transformadores que el país no votó. Este es el secreto de esta instancia
argentina, en la que cada uno la analiza y cada uno tiene razón; en la que cada
uno dice su palabra y conjuga un pensamiento honrado y leal. Pero aquí estamos
hablando del país, de nuestro pueblo, del destino de nuestro pueblo, el pueblo
que usted preside, señora presidente, el que no hace diferencias para
considerarla, el que la va a defender en todas sus instancias; muchos, porque
es usted; pero muchos más porque es la presidente de la República de los
argentinos; y porque representa la consecuencia de un pronunciamiento del
pueblo que es la consolidación de un país civilizado dentro de la democracia.
Por eso vamos a hacer todo lo necesario los que no estamos en el gobierno, pero
esperamos que hagan todo lo necesario los que están en el gobierno.
No hay posibilidad de golpe de Estado en el país, en la medida
en que todos tengamos esta voluntad. Anduve demasiado en la República, en los
desencuentros, como para saberlo. Están dando un alto ejemplo las fuerzas
armadas de la Argentina. El último documento del comandante ha dicho una cosa
profunda, cargada de dolor en su alma, cargada de responsabilidad en su mando,
frente a los camaradas muertos, superando un viejo ejército, consciente de la
realidad argentina. Lo ha expresado en un documento que ya conoce el país.
Las fuerzas armadas están en fuerza para abatir la
guerrilla, pero están supeditadas al poder de la República. Es el más alto
ejemplo y la mejor contribución que se ha hecho en esta instancia argentina.
Las fuerzas armadas han dicho a través de su comandante que están al servicio
del país, a las órdenes del gobierno, que es el país.
Tenemos todos los elementos en la mano, todos los elementos. Si no vencemos esta
instancia es porque seremos ineptos todos. Hay una voluntad nacional, una
fuerza nacional, un pueblo. Y cada vez que uno se aproxima a los amigos, porque
son los amigos de siempre, también se acerca uno a los adversarios, que fueron
los adversarios de siempre, y no le dicen a uno qué piensan en lo económico, ni qué
piensan de la apertura de los mercados en el mundo; lo que preguntan es si
podemos vivir en paz los argentinos.
Y que sigamos predicando la paz los argentinos. Señora, yo
se que estas palabras son las mismas de siempre, pero tenga usted la absoluta
seguridad
Fuente: Discurso del Dr. Ricardo Balbín en una reunión Multisectorial en Casa de Gobierno, 8 de octubre de 1974.
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