Capítulo I
Resistencia Radical a la Dictadura en Argentina (1966-68)
En la resistencia a la dictadura de Ongania en Argentina
(1966-70), se registraron numerosos acontecimientos en ocasión de efemérides
caras a la historia del Radicalismo argentino donde se puso en evidencia la
voluntad de combatir a la misma. A continuación hemos recogido algunas de
dichas expresiones, que quedaron estampadas en los periódicos de la época.
Incidentes-Efectuóse el sepelio de la señora Silvia E. M. de Illia
(La Nación, jueves 8 de septiembre de 1966)
Crecida concurrencia asistió al acto del sepelio de la
señora Silvia Martorell de Illia, realizado ayer en la Recoleta.
Cuando en las primeras horas de la tarde, después de una
ceremonia religiosa en la iglesia del Pilar y dos discursos ante la tumba de
Alvear, en la entrada de la necrópolis, el ataúd cubierto de orquídeas fue
depositado en la bóveda de la señora Marcelina Alem de Irigoyen, la gente
colmaba la zona del cementerio. En repetidas ocasiones saludó el paso del
cortejo con pañuelos en alto y, concluídas las ceremonias fúnebres, cuando el
doctor Arturo Illia se retiró del lugar, fue ovacionado al grito de “¡presidente!
¡Presidente!”.
Toda la plana mayor del gobierno del doctor Illia, desde
ministros a funcionarios, y desde jefes partidarios hasta numerosos
simpatizantes, estuvieron presentes en las ceremonias. Poco después de
retirarse el ex presidente, a la salida de la Recoleta, parte de la gente
inició una manifestación que circuló hasta las inmediaciones de Callao y Santa
Fé, donde fue dispersada por las fuerzas policiales de un carro de asalto.
Los manifestantes en los primeros momentos calculados en
unas trescientas personas, agitaban pañuelos y gritaban estribillos como Illia
presidente!, Gobierno civil! Y Militares al cuartel!”. Entre los manifestantes
se vió al yerno del ex presidente Gustavo Soler, y a muchos dirigentes de las
organizaciones juveniles de la disuelta UCRP.
El cortejo fúnebre
Una docena de carrozas repletas de ofrendas florales y un
coche fúnebre conduciendo el ataúd inició a las 10.40, desde el domicilio del
doctor Nicolás Romano, donde fueron velados los restos de la señora de Illia,
en Uriburu 1020, la marcha hacia la Recoleta.
Inmediatamente detrás del coche fúnebre se ubicaron el
doctor Illia, sus hijos y otros familiares, ex ministros y dirigentes de la
UCRP; todos iniciaron la marcha a pie hacia el cementerio, seguidos por un
público que colmaba aproximadamente la extensión de dos cuadras. Un patrullero
policial y algunos motociclistas encabezaban el cortejo abriéndole camino entre
el numeroso público.
Desde las 5 de la mañana la afluencia de gente al lugar del
velatorio se había renovado, repitiéndose largas filas para tener acceso al
lugar. A las 9 había ya un denso gentío en la zona y el tránsito estaba
cortado. A las 9.30 el doctor Illia, acompañado de sus hijos y otros íntimos se
dirigió hacia la capilla donde se velaban los restos de su esposa y poco
después se clausuraron las puertas del recinto y se procedió a sellar el
féretro.
Con dificultades debido a la densidad del público, el
cortejo fúnebre tomó por la calle Uriburu y luego por Juncal, Ayacucho, hasta
desembocar en la avenida Quintana, frente a la iglesia del Pilar.
La inhumación
Concluidos los discursos, y con las mismas características
de confusión, el cortejo se dirigió por la avenida principal de la Recoleta y
luego por una de las laterales hasta el frente del mausoleo de Marcelina Alem
de Irigoyen. En el mismo, luego de una corta ceremonia, se colocó el féretro de
la señora de Illia. A continuación descendieron para despedirlo el Dr. Arturo
Illia, sus hijos Emma, Leandro Hipólito y Miguel, y el profesor Ricardo Illia.
Leandro salió del mausoleo con una orquídea, que entregó a su hermana Emma, y
luego los dos, junto con el doctor Illia, se dirigieron hacia la salida tomando
diferentes calles internas para evitar al público, pero sin poder escapar a
numerosos apretujones y empellones de los que al grito de “Presidente”,
trataban de estrechar la mano del doctor Illia.
Al llegar el cortejo junto a la salida, los jóvenes
comenzaron a saltar y agitar pañuelos blancos al grito de “Gobierno civil”, o
“Illia presidente”, mientras algunos trataban de imponer silencio y los menos
entonaban el Himno nacional.
Finalmente, una avalancha acercó al doctor Illia a un coche
del cortejo, donde entró con sus dos hijos, despedido por aclamaciones.
La manifestación
Al partir el doctor Illia y sus familiares, quedaron en el
lugar recibiendo el saludo de los asistentes, los ex integrantes de su
gabinete, doctores Palmero, Solá y los hermanos Leopoldo y Facundo Suárez.
Al mismo tiempo, eran ya las 13.30, alrededor de 200 jóvenes
que habían asistido al sepelio marcharon en manifestación por la avenida
Quintana en dirección a Callao reclamando reimplantación del gobierno de Illia
y estribillos como “No nos puede gobernar un gobierno militar”. Al llegar a
Callao, dos coches patrulleros cruzaron la manifestación, a la cabeza de la
cual aparecía el doctor Gustavo Soler, yerno del doctor Illia, pero también el
resultado fue negativo. En Las Heras, con otro carro de asalto, logróse dividir
a los manifestantes en dos grupos. El más reducido y exaltado siguió por Callao
hacia Santa Fe, quebrando el vidrio de un camión estacionado chapa 771.351, y
profiriendo insultos contra la policía. En la esquina de Callao y Santa Fé, de
este grupo se destacó un joven rubio, de barba recortada, y que luego de
insultar a los policías desde corta distancia, mientras agitaba un pañuelo
rojo, fue detenido.
Al obligarlo a ascender a un camión de la Guardia de
Infantería, que se encontraba en el lugar, el joven propinó una trompada en la
cara al oficial que realizó la detención, lanzando el casco del mismo a regular
distancia. Al mismo tiempo, con singular encarnizamiento, repartió puntapiés y
trompis en la cara de los servidores del orden que se encontraban en el
interior del vehículo. Estos respondieron con sus bastones, y luego se procedió
a lanzar una bomba lacrimógena para dispersar a los que se encontraban en el
lugar.
Detenciones
La jefatura de Policía informó que el joven detenido en el
incidente se llama Eduardo Ricardo Saguier, argentino, de 23 años, soltero,
estudiante, y que además fue detenido Rodolfo Banclari, argentino, de 40 años,
soltero, empleado.
Fuente: La Nación, jueves 8 de septiembre de 1966
Rindióse homenaje ayer a Yrigoyen y Sáenz Peña (La Nación,
jueves, 13-X-1966)
Con asistencia del ex presidente Illia se ofició ayer al
mediodía una misa en la basílica del Pilar, con motivo de cumplirse cincuenta
años en que Hipólito Irigoyen alcanzó la primera magistratura del país.
Estuvieron, además, presentes en el homenaje, que fue
organizado por la comisión nacional de la disuelta UCR del Pueblo, que preside
el doctor Ricardo Balbín, el ex vicepresidente de la Nación, doctor Perette;
los ex ministros Miguel Angel Zavala Ortiz, Leopoldo Suárez, Carlos Aleonada
Aramburu, Fernando Solá y Juan Carlos Pugliese; el ex Intendente Rabanal; los
ex presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores, respectivamente; señores
Arturo Mor Roig y Eduardo Gamond, y muchas figuras vinculadas a la
administración anterior. El doctor Illia llegó a la iglesia a las 11.40 en
compañía de su hijo Leandro Martín y de su hermano, el profesor Ricardo Illia.
La llegada del ex mandatario hasta la entrada del templo se hizo con mucha
lentitud debido al crecido número de personas congregadas en el lugar. En la
oportunidad se escucharon expresiones como éstas: “¡Viva el presidente argentino!”,
“¡Viva el hombre de América!” y “¡Viva el doctor Illia!”.
Al término del oficio religioso se renovaron las expresiones
de adhesión al presidente depuesto. La concurrencia se dirigió luego hasta la
tumba de Irigoyen, donde se guardó un minuto de silencio y fue depositada una
ofrenda floral que tenía la siguiente inscripción: “Homenaje del radicalismo
del Pueblo”. Terminó la ceremonia con el Himno Nacional y la marcha “Adelante,
radicales”. Frente al sepulcro se oyeron expresiones como “¡Viva la UCRP!” y
“¡Viva la Democracia!”.
Acto seguido, se dirigieron hasta la tumba del ex presidente
Roque Sáenz Peña, donde también las autoridades de la comisión nacional de
homenaje colocaron una ofrenda floral. Nuevamente se volvió a entonar la marcha
que distingue a la agrupación y a la salida del cementerio una nutrida
concurrencia gritó a viva voz: “¡Presidente, presidente, presidente!”. El
público se disgregó luego en perfecto orden.
En Santo Domingo
Por la tarde, en la Iglesia de Santo Domingo se efectuó otro
oficio religioso en memoria del ex presidente Irigoyen, acto que contó con la
asistencia del ex presidente Dr. Arturo Illia, el ex vicepresidente, doctor
Carlos Perette y numerosos dirigentes de la UCRP.
Incidencias
Finalizado el oficio religioso, a las 20.40, diez minutos
después salió del templo el ex presidente Illia, rodeado de correligionarios,
mientras se agregaban a la comitiva unos cincuenta jóvenes que habían entonado
cánticos alusivos al derrocamiento del gobierno Radical del Pueblo.
El ex presidente ascendió a un automóvil estacionado en
Defensa, que lentamente se puso en marcha rodeado de numerosos jóvenes, entre
los cuales había algunas mujeres.
Mientras tanto en la intersección de la avenida Belgrano y
la citada calle se habían apostado efectivos de un carro de asalto del Cuerpo
Guardia de Infantería, y como se extendiera en demasía la despedida del doctor
Illia comenzaron por dispersar por la fuerza a aquellos.
Produjese entonces una refriega que en algunos instantes fue
violenta y uno de los jóvenes que resultó herido en la cabeza fue llevado al
carro de asalto.
Esta situación enardeció a los que permanecían aún en el
atrio de la iglesia que comenzaron a gritar contra la policía, hasta que la
intervención del R.P. Defalconioni hizo que las cosas se apaciguaran.
Durante los hechos resultaron varios agentes con
contusiones, así como también Eduardo Saguier, argentino, de 23 años, soltero,
estudiante.
Este fue detenido juntamente con Marcos Antonio Di Caprio,
argentino, de 23 años, soltero; Oscar Raúl Di Filippo, argentino, de 34 años; y
Andrés Viajeras, argentino, de 22 años.
A los cuatro mencionados se les instruye sumario por
atentado a la autoridad, lesiones y desacato.
Desorden
También a las 20.40 en la esquina de Lavalle y Esmeralda, un
grupo de personas, intentó organizar una manifestación relámpago.
Inmediatamente intervinieron agentes de las comisarías 3ª y
1ª, dado que el lugar mencionado es el deslinde entre ambas jurisdicciones.
La policía intimó a los componentes del grupo a disolverse,
y detuvo a cuatro de ellos que no acataron la orden.
Los detenidos son Roberto Asisa, argentino, de 23 años,
Leopoldo Raúl Vivas, argentino de 20 años, y dos menores de edad.
A los detenidos se les instruye en la comisaría 1ª un
sumario por desorden, estableciendo las autoridades que se trata de personas de
tendencia Radical, que arrojaron algunos volantes –los cuales no pudieron ser
secuestrados—en los que se formulan alusiones y severas críticas al gobierno.
Los menores, una vez que se proceda a su debida
identificación, serán entregados a sus padres.
Fuente: La Nación, jueves, 13-X-1966
Le fueron aplicados al Dr. Raúl Alfonsín 30 días de arresto (La Nación,
4-IV-1968)
La Plata.- El jefe de policía de la provincia, en su
condición de juez de faltas, dispuso ayer la libertad de cinco de los detenidos
a raíz de un acto político realizado en esta ciudad. Al mismo tiempo aplicó 30
días de arresto no redimible por multa al ex presidente del comité de la
provincia de la disuelta Unión Cívica Radical del Pueblo, doctor Raúl Alfonsín.
Como se informó en una edición anterior, con motivo de un
acto relámpago realizado el martes último en la intersección de las calles 7 y
50, fueron detenidos lo señores Alfredo Camarlinghi, ex Ministro de Acción
Social durante el gobierno del doctor Anselmo Marini; Edgardo Carlos Ferrari,
José Fontán y Fulgencio Romero, ex senadores provinciales y Eduardo Saguier.
A raiz de esta situación, los doctores Carlos Aleonada
Aramburu, Antonio Troccoli, y Miguel B. Zselagowski interpusieron ante el
presidente de la Suprema Corte de Justicia un recurso de Habeas Corpus a favor
de los mencionados, en cuya nómina no se incluyó al doctor Alfonsín por
considerarse que su situación era distinta frente a los hechos.
Así planteadas las cosas, ante un pedido de informes sobre
la situación de los
nombrados a favor de los cuales se interpuso el recurso, el
juez de faltas comunicó al titular del alto tribunal, doctor Amílcar Baños, que
una vez notificados de la falta que se les imputaba, ayer había dictado
sentencia absolutoria, disponiendo la libertad de los nombrados.
En cuanto al doctor Alfonsín, continúa detenido en la
comisaría 3ª de esta ciudad, sin que existan, según se informó, restricciones
en torno de visitas, de familiares y amigos.
Al respecto pudo conocerse que el doctor Alfonsín, una vez
notificado de la resolución de arresto, decidió presentar apelación, a cuya
redacción se encuentran abocados los profesionales ya mencionados
anteriormente.
Fuente: La Nación, 4-IV-1968
Hubo incidentes en la Recoleta al prohibirse un homenaje a
Yrigoyen (La Prensa, Domingo 13 de octubre de 1968
Fue impedido por la policía el acto de homenaje al
expresidente Hipólito Irigoyen, que se había anunciado para ayer a las 11, en
el cementerio de la Recoleta. Había sido organizado por el disuelto Comité de
la capital de la Unión Cívica Radical del Pueblo, y consistía en la colocación
de una palma de flores en la tumba que guarda sus restos, ceremonia que según
manifestaron dirigentes de aquella agrupación, debía realizarse en silencio y
en forma ordenada. Se hallaban presentes entre la concurrencia los doctores
Arturo U. Illia y Ricardo Balbín, y el señor Francisco Rabanal.
Cuando la columna se dirigía al lugar donde se halla la
tumba al ex presidente, la policía, encabezada por el comisario de la seccional
19 impidió su realización. Hubo protestas y varias personas fueron detenidas.
El público fue alejado a empellones y
gritos por la Guardia de Infantería y cuando las protestas
arreciaron, algunos de los asistentes fueron golpeados por los soldados. Para
dispersarlos intervino el camión hidrante Neptuno, que mojó, inclusive a
miembros de cortejos fúnebres, que eran ajenos a los sucesos. Fue desalojada la
plaza y los alrededores, mientras que los detenidos eran trasladados por
automóviles patrulleros a la sección 19.
Posteriormente, en la Plaza San Martín, los organizadores
del acto colocaron la palma de flores destinada a Hipólito Irigoyen en el
monumento a San Martín. En esta oportunidad, pronunció una breve alocución el
doctor Angel Beiró.
En la Recoleta
Como el acto que se pretendió realizar en la Recoleta había
sido prohibido por la policía. Ésta en previsión de que lo intentaran, situó en
las inmediaciones del
cementerio un camión Neptuno, dos carros de asalto de la
Guardia de Infantería, dos automóviles patrulleros de la sección 19, y
numerosos agentes de uniforme y de civil. Previamente se colocó una guardia de
agentes uniformados rodeando el monumento al ex presidente, ubicado a 150 metros de la puerta
del cementerio, que alejó a las personas que trataban de acercarse a él.
Cuando algunas personas habían comenzado a ponerse en
movimiento en dirección al sepulcro, el comisario de la sección 19 señor
Roberto Estéban Pidal, dispuso que cinco agentes uniformados formaran una valla
en el camino de acceso a pocos metros de la entrada principal del cementerio,
maniobra que obligó a los concurrentes, cerca de 150 personas, a agruparse en
la entrada. En ese lugar los asistentes, fueron advertidos por el comisario
mencionado de la prohibición del acto, lo que originó protestas entre la
concurrencia. El doctor Angel Beiró trató de disuadir al funcionario reclamando
por lo que consideraba “un abuso y una injusticia”.
Igualmente, el señor Rabanal, apeló ante el policía, éste
mantuvo su actitud porque se produjeron entonces diversas manifestaciones de
protesta por parte de los asistentes. En esos instantes en medio del tumulto,
se vio caer al comisario, quien era tenido por las manos por un joven mientras
otras personas trataban de prestarle apoyo. Al ver esto, los cinco agentes que
formaban la valla se lanzaron entre el público y se llevaron detenido al joven
que lo había sostenido, después de aplicarle algunos golpes en el cuerpo.
Actúa la policía
Mientras esto ocurría, numerosos hombres y mujeres aclamaban
a la libertad y arrojaban volantes con leyendas como estas:
“Pese a los golpes militares, defendiendo ideas y no
hombres” y “UCRP siempre en la lucha junto al pueblo”.
Varios policías uniformados llevaron a empujones al detenido
hacia un vehículo policial donde lo introdujeron a viva fuerza, entre las
protestas del público y el llanto de varias mujeres que “pedían que no lo
golpearan más”. En su defensa corrió el doctor Ricardo Balbín y junto al
automóvil mantuvo una discusión con el sub-comisario Santiago Vilas.
Este se hallaba visiblemente exasperado y repetía: “Doctor,
le pido que se retire”, mientras que el doctor Balbín, también en alta voz,
hacía oir sus protestas. Pudo saberse que el detenido era Eduardo Saguier,
estudiante de sociología, de 25 años de edad.
Este hecho distrajo un tanto la vigilancia policial,
oportunidad que aprovecharon los manifestantes para encaminarse hacia la tumba.
Advertido el hecho marchó hasta allí una columna de la Guardia de Infantería,
junto con policías en traje civil, entre los que se hallaban el comisario Pidal
y el sub-comisario Vilas.
Bastones y gritos
Ya junto a la tumba, hasta donde había podido llegar parte
de la concurrencia, intervino la policía y, mientras los soldados de la Guardia
de Infantería rodeaban el monumento esgrimiendo sus bastones y carabinas, el
comisario Pidal se dirigió al ex presidente de la Nación Arturo U. Illia, que
en esos momentos avanzaba con varias flores en la mano.
“Doctor –dijo—usted que es sensato, pida a esa gente que se
retire. El acto no se puede realizar y yo cumplo ordenes”. El doctor Illia
inició el regreso rodeado de varias personas y en esos momentos una señora
expresó a gritos su protesta “ya estamos cansados de tanta policía”. “Basta de
injusticias” expresó, y entonces fue sujetada entre dos agentes y trasladada
hasta un vehículo policial. Se trataba de la profesora Ana Rivero Almagro de
Paz. En el ínterin los asistentes eran desalojados del lugar a empujones entre
los gritos de los soldados de la Guardia. También, utilizaron los bastones y
las culatas de las carabinas, que portaban. En estas condiciones, parte de la
concurrencia fue obligada a marchar hasta la puerta de entrada del cementerio.
Otros Incidentes
Al llegar a ese lugar, el joven Gabriel Salas Oroño,
argentino de 17 años, fue arrojado contra una puerta, produciéndose la rotura
del vidrio de la misma. El joven fue tirado al suelo y entre los restos de
vidrio castigado a golpes de bastón y a culatazos por 5 o 6 soldados de la
Guardia de Infantería. Arreciaron sobre él los bastonazos y puntapiés que en
forma sostenida le propinaban los agentes produciéndole una herida cortante en
la cabeza. En esos momentos, el padre del menor, José Salas Oroño, argentino de
51 años, se lanzó sobre los policías tratando de castigarlos con el mango de un
paraguas. Esta reacción irritó aún mas a los soldados y mientras unos lo
sostenían tratando de reducirlo, otros le aplicaban golpes en la cabeza con los
gruesos bastones. Cuando el hombre cayó al suelo, atontado por los golpes,
varios agentes continuaron con su acción violenta. Luego fue arrastrado por la
acera y al querer incorporarse le aplicaron un golpe que lo arrojó de espalda
sobre el cordón de la acera, entre aguas estancadas. Luego se lo tomó e
introdujo en un vehículo policial.
Agua y nuevos detenidos
En el exterior, mientras la Guardia de Infantería se
aprestaba a desalojar la plaza vecina, el camión Neptuno ejercía su acción
contra las personas que se hallaban en la acera del cementerio. Con su potente
chorro de agua fueron empapados puesteros de flores, periodistas, asistentes al
acto y otras personas ajenas a lo ocurrido. Allí fue detenido Rubén Extinguí,
argentino, de 25 años, soltero.
Acto en la plaza San Martín
A las 12, varias personas que descendieron de automóviles se
dirigieron hacia el monumento al general San Martín. A su frente marchaba el
doctor Angel Beiró y el profesor Antonio Caputo, quienes llevaron la corona que
no pudo colocarse en el sepulcro del ex presidente Irigoyen, y que finalmente
fue colocada al pie del monumento al Gran Capitán.
En esa oportunidad, habló el doctor Beiró para expresar:
“Esta palma, que representaba al homenaje de la UCRP a Hipólito Irigoyen y que
por obra de la violencia no pudo ser colocada en la Recoleta, ha sido puesta
ahora en el monumento al Libertador, como un homenaje imperecedero al espíritu
civilista de don José de San Martín”.
Fuente: La Prensa, Domingo 13 de octubre de 1968
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