El doctor Arturo Frondizi, autentico representante de la juventud radical que piensa y que crea, nos ha concedido ayer su valiosa opinión para nuestra encuesta, acerca de la trascendencia social que ha de tener este movimiento en España, dentro y fuera de sus fronteras.
El doctor Frondizi resalta en sus conclusiones generales, la fe que lo anima en el triunfo de la causa de izquierda. No podia ser de otra manera, conocida su vinculación con este ideal de hacer un Frente Popular en la Argentina, similar en sus propositos y en sus metodos, con el que encumbró Azaña en el poder. Y del cual quieren arrojarlo hoy los que conspiran contra la grandeza de patria y la paz del mundo.
-¿Qué impresión tiene
usted de la guerra civil en España?
-Nuestra madre España se debate en un dolor inmenso. Desde
esta América, seguimos su lucha con un fervor tan hondo que no podemos
llamarnos testigos, sino actores del drama que vive su pueblo.
-¿Cree en el triunfo
del Frente Popular? En tal caso, ¿qué influencia ejercería la victoria del
pueblo sobre los destinos políticos de la clase trabajadora argentina?
-No interesa pronosticar el triunfador. La lucha, en sí
misma, tiene un significado trascendente para los que siguen los problemas
sociales de la América con fervor de estudiosos y con pasión de militantes. No
son dos fracciones políticas las que disputan. No son odios subalternos los que
mueven a unos y a otros. Son dos sistemas los que se enfrentan para decidir el
destino de una Nación. Ese destino que, seguramente, también será el nuestro.
La libertad y la justicia, en manos del pueblo, frente a la violencia encarnada
en las bayonetas de quienes jamás creyeron en la posibilidad de una república
democrática.
-¿Qué objetivo
persiguen los militares sublevados? ¿Acaso el restablecimiento de la monarquía
en España?
-El objetivo central de la revuelta militar no es la
monarquía. En su oportunidad la monarquía puede ser un medio, un instrumento
para la finalidad que persiguen. Los jefes militares sublevados marchan
directamente al establecimiento de una dictadura del privilegio, que anule no
solo las libertad políticas, sino, especialmente, que arrase con la lenta tarea
de liberación humana, que se estaba realizando bajo el signo de instituciones
democráticas.
-¿Cree que esta
revuelta ha retrasado la evolución social de España?
-La reacción puesta en armas ha sacado a España del cauce de
la lenta transformación, para arrojarla al campo ardiente de una lucha, cuyas
consecuencias no pueden preverse. Han sido rotos los muros que contenían el
empuje revolucionario de las masas productoras. El pueblo en armas defiende en
este momento al gobierno, porque el gobierno representa las exigencias de la
hora. Hay que afrontar la revuelta. En eso están empeñados uno y otro.
Pero si lo consiguen
-yo espero que sí- todo no habrá terminado en eso. No se habrá cumplido una
finalidad, sino que se iniciará una tarea. El pueblo español estaba
construyendo, dentro de los resortes legales. No han querido que continuara
haciéndolo. Sin embargo, si el triunfo de las masas populares lo permite,
entonces sí, los españoles podrán entregarse a una grande tarea de
dignificación humana.
Del ejemplo heroico que nos están dando en estos momentos, pasarían a ser un guía luminoso, para fijar nuestro propio derrotero.
Del ejemplo heroico que nos están dando en estos momentos, pasarían a ser un guía luminoso, para fijar nuestro propio derrotero.
-Nosotros deberíamos
extraer consecuencias de este movimiento...
- Indudablemente. El drama de España debe servirnos de
ejemplo a todos nosotros. Que cada uno deduzca sus propias consecuencias. El
mundo vive en pleno fervor revolucionario. Cada uno debe tomar su puesto en el
combate. Si no, el combate barrerá con él.
El privilegio está librando una batalla definitiva en el
mundo entero. Hay que enfrentarlo a cara descubierta. No existe posibilidad de
transacción. Es una lucha que debe terminar por el aniquilamiento de unos o de
otros. Por ese motivo, cualquiera sea el resultado de las acciones que se libran
en España, yo estoy seguro del triunfo definitivo de la libertad y de la
justicia, en cuanto una y otra son atributos substanciales del espíritu humano.
Fuente: Entrevista del Diario La República Encuesta "¿Hacia dónde va España?" del 1 de agosto de 1936 al Dr. Arturo Frondizi.
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