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lunes, 10 de marzo de 2014

Mario R. Monteverde: "Yrigoyen ético" (1992)

El hombre, el trabajador (profesional, productor de campo), el legislador provincial, el político de la sombra y el de la luz pública, el gobernante memorable, el ídolo del pueblo, todo esta comprendido por un Yrigoyen único: el Yrigoyen único.
La conducta del hombre, cualquiera sea la actividad que desarrolle, esta regida por normas morales, propias de su misma conciencia y condicionadas por factores tales como el tiempo en que se vive, el lugar, la actividad que se desarrolla, el medio social, etc. La política, actividad fundamental del ser humano (el zoon politikon de la antigua Grecia), no es ni puede ser ajena a tales normas morales Lo que Yrigoyen decía: «que se salven los principios»
Su vida austera, su accionar político y su obra de gobierno, tal como se relatan en estas paginas, son ejemplos de sus concepciones morales.
«Cada vez es más imperioso hacer del ejercicio cívico una religión política, un fuero inmune, al abrigo de toda contaminación, hasta dejar bien cimentadas las prerrogativas inalienables e imprescriptibles de la nacionalidad», decía.
Por eso, los radicales se llaman entre si «correligionarios», porque comparten una religión cívica donde los «principios», los «mandamientos» de la UCR, son de acatamiento obligatorio. «Ser radical en todo y hasta el fin», según palabras del propio Yrigoyen.
Quien tiene sólidos principios morales respeta a sus semejantes y no pisotea los derechos de otros. Una concepción ética de lo económico-social lleva a ayudar al débil y conduce a la justicia distributiva. Una firme línea de conducta no permite traicionar compromisos contraídos ante la ciudadana. Una adhesión a normas éticas determina comportamientos honrados- en la función publica.
Era todo un programa de vida. Y así paso a la historia como buena persona y buen gobernante.
Heredero del «que se rompa pero que no se doble» de Alem, Hipólito Yrigoyen lo confirmaba en su acción y lo ratificaba en su decir: 

«Es indispensable fijar como condición irreductible que la moral política es la base de todos los progresos y de todas sus formas eficientes», (mensaje al Congreso, 15/10/1921).

Lo que le viene ocurriendo al país desde que a Yrigoyen lo voltearon, parece confirmar el concepto.





























Fuente: Historia de la Argentina "Yrigoyen al Poder" en la "Republica Fuerte" 1914-1930, 1991. Editorial Sudamerica.

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