La anunciada visita a esta Republica y a las del Uruguay y
Brasil del presidente de Chile, señor Alessandri, ha dado motivos para que se
aluda al A.B.C. que comprendía a la Argentina, Chile y Brasil, concertados en
alianza ofensiva y defensiva.
Fue esta una concepción precaria del "régimen" que
felizmente, los acontecimientos mundiales y las nuevas orientaciones en las
relaciones de los pueblos de America, ha relegado al osario de las cosas
muertas.
Pensamiento raquítico de gobiernos de limitada visión, tenia
que esfumarse ante el magnifico ideal de la solidaridad humana, mayormente
impuesto como imposición histórica, a las naciones latinoamericanas, en cuyo espíritu,
por tradición, por sacrificios y glorias comunes, vibra un sentimiento, de
santa y noble hermandad.
La Argentina, bajo el gobierno del presidente Yrigoyen, ha
hecho honor a esa tradición y ha levantado el emblema de la solidaridad
americana, como anhelo que palpita en el alma de su pueblo, que no puede
aceptar sin desmedro para su propia dignidad, la injustificable actitud que
significa el A.B.C., desde que ello importaría la unión de tres naciones
fuertes, para imponerse a los demás pueblos de America y disponer de sus
destinos.
Ratifico el doctor Yrigoyen, en circunstancia solemne, el
concepto de su política internacional, cuando en medio de la tragedia de la
guerra mundial, un país amigo acudió en demanda de ayuda, para el caso de que
la integridad de su territorio pudiera ser amenazada por intervenciones extranjeras,
respondiendo entonces el Presidente que la Argentina estaría junto a el con
todas sus fuerzas, para defenderlo.
El presidente Yrigoyen, penetrado de la misión histórica,
que un movimiento grandioso y democrático le impuso, al mismo tiempo que emprendía
la obra de rehabilitación institucional del país por la reasunción de su soberanía
tendía su vista mas allá de las fronteras de la Patria, y la encontró rodeada
de sospechas y prejuicios provocados por la insensata política internacional de
los gobiernos del "régimen". Hubo de afrontar la noble tarea en
restituirla a la confianza y al aprecio de sus hermanas y la victoria mas completa
ha coronado sus laudables esfuerzos.
Ya la Republica cosecha óptimos frutos de la semilla
sembrada y la Argentina, en relaciones cordiales con todos los pueblos del
mundo, estrecha los vínculos con los latinoamericanos, en una conjunción de
ideales de grandeza para todos, de respeto a sus soberanías y de perdurable paz
y amistad.
Fuente: Hipólito Yrigoyen "Pueblo y Gobierno" Tomo IV La Función Argentina en el Mundo, Volumen I Americanismo, Editorial Raigal, 1955.
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