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domingo, 5 de mayo de 2013

La Época: "El acuerdo del A.B.C." (17 de marzo de 1921)


La anunciada visita a esta Republica y a las del Uruguay y Brasil del presidente de Chile, señor Alessandri, ha dado motivos para que se aluda al A.B.C. que comprendía a la Argentina, Chile y Brasil, concertados en alianza ofensiva y defensiva.

Fue esta una concepción precaria del "régimen" que felizmente, los acontecimientos mundiales y las nuevas orientaciones en las relaciones de los pueblos de America, ha relegado al osario de las cosas muertas.

Pensamiento raquítico de gobiernos de limitada visión, tenia que esfumarse ante el magnifico ideal de la solidaridad humana, mayormente impuesto como imposición histórica, a las naciones latinoamericanas, en cuyo espíritu, por tradición, por sacrificios y glorias comunes, vibra un sentimiento, de santa y noble hermandad.

La Argentina, bajo el gobierno del presidente Yrigoyen, ha hecho honor a esa tradición y ha levantado el emblema de la solidaridad americana, como anhelo que palpita en el alma de su pueblo, que no puede aceptar sin desmedro para su propia dignidad, la injustificable actitud que significa el A.B.C., desde que ello importaría la unión de tres naciones fuertes, para imponerse a los demás pueblos de America y disponer de sus destinos.

Ratifico el doctor Yrigoyen, en circunstancia solemne, el concepto de su política internacional, cuando en medio de la tragedia de la guerra mundial, un país amigo acudió en demanda de ayuda, para el caso de que la integridad de su territorio pudiera ser amenazada por intervenciones extranjeras, respondiendo entonces el Presidente que la Argentina estaría junto a el con todas sus fuerzas, para defenderlo.

El presidente Yrigoyen, penetrado de la misión histórica, que un movimiento grandioso y democrático le impuso, al mismo tiempo que emprendía la obra de rehabilitación institucional del país por la reasunción de su soberanía tendía su vista mas allá de las fronteras de la Patria, y la encontró rodeada de sospechas y prejuicios provocados por la insensata política internacional de los gobiernos del "régimen". Hubo de afrontar la noble tarea en restituirla a la confianza y al aprecio de sus hermanas y la victoria mas completa ha coronado sus laudables esfuerzos.

Ya la Republica cosecha óptimos frutos de la semilla sembrada y la Argentina, en relaciones cordiales con todos los pueblos del mundo, estrecha los vínculos con los latinoamericanos, en una conjunción de ideales de grandeza para todos, de respeto a sus soberanías y de perdurable paz y amistad. 















Fuente: Hipólito Yrigoyen "Pueblo y Gobierno" Tomo IV La Función Argentina en el Mundo, Volumen I Americanismo, Editorial Raigal, 1955.

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