Sr. Illia. — Ruego a mi distinguido colega que me permita
una breve interrupción.
Sr. Araoz. —Con mucho gusto.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba,
a quien le concede una interrupción el señor diputado por Salta.
Sr. Illia. — Debo contestar a los señores diputados
oficialistas que la única responsabilidad que tiene la Unión Cívica Radical,
cuando estaba en el gobierno y tenia mayoría en esta Cámara, es la sanción de
la ley 10.650.
Sr. Díaz— Después de una huelga de los ferroviarios.
Sr. Illia. — Esa ley fue sancionada por los hombres de la Unión
Cívica Radical cuando teníamos la responsabilidad del gobierno, ley que fue
aceptada por el gremio ferroviario y que contemplaba todas sus aspiraciones.
Esa es la verdad.
En cuanto a las reformas posteriores a la ley 10.650,
efectuadas cuando la Unión Cívica Radical no dirigía el país ni constituía mayoría
en ambas Cámaras del Congreso, debo reiterar esta aclaración: tenemos mucho que
discutir. He leído detenidamente el libro de Pipino, —que deben conocer los señores
diputados pertenecientes al gremio ferroviario, pues participaba de la administración
de la Caja de Jubilaciones Ferroviarias—, quien decía que en aquella época las
comisiones directivas de la Unión Ferroviaria y de La Fraternidad estuvieron de
acuerdo con esa reforma a la cual nosotros nunca le hemos prestado apoyo. Y nunca
se lo podríamos prestar porque como muy bien dijo el señor diputado por Buenos
Aires, dejo a muchos hogares en angustiosa situación por sus jubilaciones y
pensiones ínfimas, que no les alcanzaban para poder afrontar las necesidades más
perentorias.
Pregunto a los señores diputados oficialistas si pueden
defender su posición —demostrando- nos aquella sanción con la cual no estamos
de acuerdo—, al no haber estudiado durante tres años la ley 10.650 y presentado
una reforma que contemplara las legitimas aspiraciones del gremio ferroviario,
trayendo simplemente un parche, con el que se desea resolver el problema.
Sr. Presidente. — Continúa en el uso de la palabra el señor
diputado por Salta, a quien la Presidencia le ruega que no conceda más
interrupciones.
Sr. Rodriguez. — ¿Me permite, señor diputado por Salta?
Sr. Presidente. — El señor diputado por Salta no concede más
interrupciones.
Sr. Rodriguez. — Nada más que una palabra.
El señor diputado Illia no ha leído el orden del día 193,
pues de lo contrario no habría dicho eso.
Sr. Illia. — ¿Vamos a tratar las reformas a la ley 10.650?
—Hablan varios señores
diputados a la vez y suena la campana.
Sr. Presidente. - Continúa con la palabra el señor diputado por Salta.
Fuente: Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario