Sr. Zavala Ortiz. - Señor presidente: por más enconada que
sea la lucha de los partidos políticos argentinos, tendrá que reconocer que la
Unión Cívica Radical se caracteriza por una depurada y cordial sensibilidad
nacionalista.
La patria es para nosotros un destino definitivo: es el
origen y el fin de todos nosotros, y no la cambiamos por ninguna otra. La
patria es para nosotros un bien supremo, porque pensamos encontrar en ella
todos los bienes que deseamos: en primer lugar, la libertad.
Para nosotros no es la patria donde nos dan de comer, donde
nos hacen justicia o donde nos pagan bien. La Unión Cívica Radical, que ha sido
perseguida como entidad y en sus miembros, nunca jamás perdió esta atracción
extraordinaria por la patria. Mientras parecía sentirse más hostigada, más
quiso encontrarla redimida y liberada de sus enemigos internos y de sus
enemigos externos.
Por eso la cuidamos. Por eso ponemos en ella nuestros mejores afanes y la defendemos en forma directa. Por eso también nos preocupa salvaguardarla de toda maquinación extraña dirigida en su contra.
Sr. Visca. - Si se levantara Yrigoyen, se pega un tiro.
Sr. Frondizi. - Se pegaría un tiro de verlos a ustedes ahí.
Sr. Visca. - No pueden hacerse el cartel de perseguidos.
Durante catorce años estuvieron persiguiendo.
Sr. Zavala Ortiz. Pueden negar la persecución sufrida por la
Unión Cívica Radical, pero nadie posiblemente ha dado tanta sangre, generosamente,
como la dió la Unión Cívica
Radical por las libertades patrias.
Sr. Visca. - ¿En qué revolución?
Sr. Zavala Ortiz. - Nosotros no tenemos 17 de octubre, una
manifestación con protección policial, pero tenemos sesenta años de lucha incesante
y de sacrificios.
-Hablan varios señores
diputados a la vez, y suena la campana.
Sr. Zavala Ortiz. - Somos partidarios de la democracia
porque considerarnos que es el único orden jurídico posible en una patria bien querida.
Pero para nosotros la democracia no es la' disolución ni el desenfreno de los
egoísmos sino la conciliación de las libertades, la armonía de los derechos.
Sr. Visca. - ¿Y el artículo 29? Que el señor diputado hable
del espionaje, señor presidente.
Sr. Presidente (Cámpora). - Señor diputado por Córdoba: de
acuerdo con la observación del señor diputado por Buenos Aires, le ruego"
que se concrete al artículo 29.
Sr. Zavala Ortiz: - Como lo han hecho todos los señores
diputados, estoy expresando los sentimientos que resguardan una posición
concreta.
Con la preocupación puesta en la patria y en la democracia,
considerarnos que este proyecto no satisface ni a una patria liberada ni a una democracia
auténtica.
Sr. Decker. - A quienes no satisface es a ellos.
Sr. Visca. - Que se concrete a la cuestión el señor
diputado.
Sr. Presidente (Cámpora). - Señor diputado por Córdoba: el
señor diputado por Buenos
Aires le hace la cuestión de que debe concretarse al
artículo en debate.
Sr. Zavala Ortiz. -- Harán la cuestión que quieran los
señores diputados, pero lo que no podrán hacer es destruir nuestros argumentos.
-Hablan varios señores
diputados simultáneamente, y suena la campana.
Sr. Presidente (Cámpora). - Continúa en el uso de la palabra
el señor diputado por Córdoba.
La Presidencia le ruega que se concrete al artículo en
discusión.
Sr. Zavala Ortiz. - Se ha señalado, en los distintos
discursos pronunciados, que ha habido en los antecedentes conocidos una dura
experiencia.
Se ha confundido en muchos tiempos la institución del Estado
con la persona o con el grupo político que ejerce el poder. Es por eso que los
tratados de derecho penal acopian innumerables antecedentes sobre esa confusión
hecha a designio para perseguir a los sectores opositores de un gobierno
determinado.
Soler cita el caso de Carpzovio, que llegó incluso a
considerar que el delito, contra el gobernante era un delito contra la
divinidad, era un parricidio porque el emperador era padre de todos, y era una
traición porque violaba la fe jurada.
Sr. Bustos Fierro. - No olvide que Carpzovio se refiere a la
concepción del derecho divino del príncipe.
Sr. Zavala Ortiz. - El ilustre penalista argentino menciona
también los tiempos de Ricardo II, de los cuales se decía: «que ningún hombre sabía
cómo debía portarse, hacer, hablar o decir, debido a esas penas de traición».
Es por eso, precisamente por este abuso, por esta demasía en
la reglamentación de los delitos políticos y de la calificación del delito de
traición y de espionaje, que nuestra Constitución, la riel 53 y la actual,
determina cuáles son los casos precisos, imperativos y categóricos de traición,
no admitiendo otros.
¿Cómo no justificar, entonces, que nosotros tengamos reparos
en este asunto, si sabemos perfectamente que muchos países -el nuestro incluso-
han sufrido legislaciones abusivas a este respecto? ¿Cómo no los vamos a tener
en el caso concreto y actual argentino, si el gobierno y el partido gobernante
no nos han dado más que motivos de zozobra en la legislación penal?
Sr. Bustos Fierro. - En los votos.
Sr. Zavala Ortiz. - El señor diputado Pastor ha hecho
mención a varias leyes o disposiciones dictadas bajo este gobierno. El decreto
de seguridad del Estado, la ley 13.569 y otras disposiciones van alambrando
cada vez más el movimiento, la posibilidad de actuar, de influir y de ser en la
sociedad argentina. No es solamente la legislación de fondo, la legislación
substancial de los códigos; es el edicto de policía, es la ordenanza municipal
que en cada momento se desgarra sobre el ciudadano para impedirle su más
elemental actividad; es la sanción penal.
Sr, Decker. - Está fuera de la cuestión. Que se refiera al
artículo en discusión.
Sr. Zavala Ortiz. - .. que interfiere en la actividad
económica, disponiendo en una forma discrecional de los bienes, de las
propiedades y de los derechos de la población. En una palabra, es todo un
sistema de represión que encadena, que encierra y aprisiona al pueblo argentino
y en el cual sucumben los derechos y las garantías de la Constitución, porque
en definitiva la Constitución muere en manos del comisario de policía.
Sr, Decker. -- El comisario de las policías bravas.
Sr. Zavala Ortiz. - ... o del comisionado municipal, para
quienes no hay derecho de reunión, de opinar, de comerciar, no hay ninguna garantía.
-Varios señores
diputados hablan simultáneamente.
Sr. Presidente (Cámpora). - Señor diputado por Córdoba: le
ruego vuelva a la cuestión en debate, para evitar que los señores diputados lo
interrumpan.
Sr. Zavala Ortiz. - Me estoy refiriendo al asunto en debate,
y estoy poniendo de manifiesto cuál es la orientación penal del gobierno y del
Partido Peronista.
Sr. Filippo. - Pero no ha dicho nada referente al proyecto.
Sr. Zavala Ortiz. --- Estaba señalando el aherrojamiento de
las libertades y de los derechos y de que este proyecto es una nueva muestra.
Sr. Presidente (Cámpora). - Le advierto al señor diputado
que lo que está en consideración es el artículo 29.
Sr. Visca. - Comprendo la situación del señor diputado para
plantear esta negación de la libertad; pero quiero recordarle que en esta
Cámara y en la de Parana han tenido entrada dos pedidos de desafuero para dos
diputados del sector radical: el señor Perette, miembro de la Cámara de Paraná,
y el señor Santander, integrante de ésta; quienes se han expresado en la ciudad
de Concepción del Uruguay en forma violenta y agraviante contra el señor presidente
de la República.
Si la Cámara viviera dentro de ese climas que señala el
señor diputado, habría podido despachar esos pedidos de desafuero; pero ese
clima es totalmente contrario, y tal lo es que leemos a diario en la prensa del
país que en distintos puntos de la República los señores diputados y otros que
ya no son legisladores ocupan tribunas y se expresan como desean del señor presidente
de la Nación. De manera que no es el caso de traer como ejemplo que un
comisario de policía haya intervenido, como ha dicho el señor diputado.
Sr. Mercader. --- Sí, es el caso. En Bahía Blanca, el señor
Horacio Menvielle fué sacado de la tribuna y procesado por desacato.
Sr. Visca. - No es así.
Sr. Presidente (Cámpora). - Ha vencido el plazo, señor
diputado por Córdoba.
Sr. Zavala Ortiz. - Hablo en nombre del bloque.
Sr. Presidente (Cámpora). - Continúa en el uso de la palabra
el señor diputado por Córdoba, le ruego que se concrete a la cuestión en
debate.
Sr. Zavala Ortiz. La benevolencia .a que hace referencia el
señor diputado por Buenos
Aires no tiene, desde luego, justificativo, cuándo existen en
nuestro sector bajas muy sensibles y notorias que demuestran de manera dolorosa
y evidente que el partido gobernante no ha sabido respetar la libertad de los
legisladores nacionales.
Es tal la situación del país a este respecto, que viene a mi
recuerdo la imagen magnífica que Burnham refiere en su polémica con Malraux.
Dice el escritor y sociólogo norteamericano que a veces el
hombre contemporáneo se parea; al cangrejo, cuyo evolución en el fondo del mar es
la siguiente: llega a un estado de su existencia en que empieza a secarse su
caparazón; insensiblemente va perdiendo vida esa costra que lo defiende; no
obstante lo cual ésta no se desprende todavía hasta que en un determinado momento
cae totalmente la coraza que lo protege y queda el cangrejo en el fondo del mar literalmente
desnudo...
Sr. Vischi. - Como quedó el radicalismo.
Sr. Zavala Ortiz. - ... indefenso, y el más mínimo pez puede
hacerle daño. Así le ha ocurrido al pueblo argentino. Se le han ido secando poco
a poco sus libertades, que aparentemente, en los preceptos, constitucionales,
quedaban subsistentes; pero ahora está desnudo, inerme, a tal punto, que el
agente de policía lo puede conducir preso sin que tenga que responder por su
prisión ante ningún juez. Todo esto ocurre bajo una fórmula que ya se está
gastando y desprestigiando bastante: la fórmula del interés social, de la
conveniencia pública, del orden general.
Sr. Visca. - Y de la defensa de la democracia y de la
libertad de prensa.
Sr. Zavala Ortiz. - Esa consigna, que constituye el tabú de
todas las dictaduras, la descubrió Hegel en el siglo pasado, y ha servido para la
izquierda y para la derecha; para esa derecha y esa izquierda que, según dijo
un sociólogo contemporáneo, se embistieron en la guerra pasada en esa lucha
descomunal entre la Rusia comunista y la Alemania nazi. Esa es la fórmula con
que se quiere engañar; porque, en realidad, ¿quién determina el interés social?
Sr. Visca. - ¿Y quién determina la libertad de pensar?
Sr. Zavala Ortiz . - ¿Quién determina el orden público? Un hombre, . un gobernante que jamás dirá, desde luego, que el interés social está en contra de ese gobierno ni de su partido. Volvamos, entonces, a la fórmula clásica...
Sr. Zavala Ortiz . - ¿Quién determina el orden público? Un hombre, . un gobernante que jamás dirá, desde luego, que el interés social está en contra de ese gobierno ni de su partido. Volvamos, entonces, a la fórmula clásica...
Sr. Decker. - Volvamos al artículo. Planteo la cuestión,
señor presidente.
Sr. Zavala Ortiz. - ... de la personalidad humana, del
interés del hombre. Protejamos al hombre, porque es la primera persona de la sociedad...
Sr. Visca. - Es lo que ha hecho Perón.
Sr. Zavala Ortiz. - .. en vez de hacer lo que está haciendo
el peronismo, de proteger al Estado. Se dice que ésta es una sociedad humanista,
según lo ha expresado el señor presidente de la República; pero la verdad
es que en esta sociedad la única persona
que en realidad tiene garantía y subsistencia es la persona del Estado, y ese
Estado en manos de un gobierno, ese gobierno en manos de un partido, y ese
partido en manos de un solo hombre.
-Hablan varios señores
diputados a la vez, y suena la campana.
Sr. Presidente (Cámpora). - Señor diputado por Córdoba: la
Presidencia le ruega que se concrete al asunto en debate y le hace notar, amablemente,
que el señor diputado ha seguido muy bien el ejemplo del cangrejo: primero pasó
al artículo 19 y después a la discusión en general. (Risas.)
Sr. Zavala Ortiz. - Le dejo a Hegel al señor diputado para
que lo siga adorando. Nosotros adoramos los derechos de la personalidad humana.
Sr. Decker. - A los dioses de barro.
Sr. Zavala Ortiz. -- ¡Cómo el radicalismo puede mirar con
indiferencia la traición y el espionaje! ¡Cómo puede ser indiferente a la defensa
integral de la patria y de la democracia, por las cuales vive, lucha y sufre!
Sr. Visca. - ¡Si conocen la historia de las traiciones a
Yrigoyen en cuanta revolución quiso hacer!
Sr. Zavala Ortiz. - ¡Cómo puede mirar con indiferencia estas formas inicuas de actividad, sobre todo cuando las realice un argentino!
Pero frente a la alarma y al conjuro de antecedentes que se
nos traen para justificar esta legislación, uno piensa si el interés de un país
extranjero en defensa de su territorialidad, o de sus propósitos expansionistas
o defensivos, han de detenerse porque determinada nación tenga una legislación
severa. No, señores diputados; la ley no previene nada. La ley penal solamente
reprime. La forma de prevenir el espionaje y la traición es el celo con que los
ciudadanos cuiden los intereses del país. No es por estas leyes represivas que
vamos a evitar la traición y el espionaje, sino ton nuestro patriotismo, con
nuestra dignidad cívica que todos, de arriba y de abajo, debemos fomentar y que
el radicalismo fomenta con su magnífica fe nacionalista.
Nosotros sabemos, y así lo han de reconocer los ilustrados
juristas que han intervenido en este debate, que el iter criminis es exactamente igual en estos delitos que la
actividad física en acciones absolutamente inocentes.
Sr. Conte Grand. - ¡Cómo habla de inocencia! No puede hablar
de iter criminis.
Sr. Zavala Ortiz. - ¡Cómo no va a ser inocente la acción de
decir que la cosecha argentina está perdida! ¡Cómo no va a ser inocente, desde
este punto de vista, declarar una huelga!
Sr. Conte Grand. - Y para esta ley será inocente.
Sr. Zavala Ortiz.-El iter
criminis es exactamente igual que si estas acciones se realizaran con una
finalidad de traición o de espionaje.
Es necesario recordar, señores diputados, lo que ocurre
actualmente en ciertos países, por ejemplo, los últimos procesos por traición
en Hungría. ¿Cuáles han sido las causas de la acusación? El hecho de que una
persona determinada, una sucursal de una casa de comercio, inocentemente, haya
mandado un informe nor mal a la casa matriz en el extranjero indicando las
materias primas que va a necesitara.
Sr. Decker. --- ¡Qué inocente es el señor diputado, que no
conoce las nuevas formas de espionaje!
Sr. Zavala Ortiz. - Eso ha servido para las acusaciones por traición, nor felonía, hechas por el comunismo en esos países. Hay muchas compañías y capitales extranjeros a quienes el gobierno está llamando todos los días a que vengan al país. Si mañana una de ellas dice que no habrá caucho en el país sino por un mes, se puede tomar eso como un informe que atente contra la defensa y la seguridad nacionales.
Sr, Decker, - Eso es infantil.
Sr, Bustos Fierro. - Bajo la apariencia de casa; y de
negocios, hay muchas agencias de espionaje organizadas actualmente en el país.
Sr. Zavala Ortiz. - Pero hay casas qué son absolutamente
inocentes y, en consecuencia, no habrá forma de discriminar entre los distintos
casos, con motivo de la forma lata, equívoca, en que está redactada la ley. Es
menester, si realmente esta ley quiere servir para la represión de la traición
y del espionaje, que sus términos sean precisos y no ambiguos. Es necesario que
sirva para castigar al traidor, pero no a los ciudadanos que viven preocupados
por el bien público y que no pueden atentar la situación de obscuridad, de
silencio y de intimidación a que quiere llevar el Poder Ejecutivo al pueblo
argentino.
El señor presidente de la República ha dicho hace pocos días,
con motivo del problema internacional, que nada haría que fuera a contradecir los
deseos del pueblo.
Sr. Visca. - Y ha dicho muy bien. ¡Mire qué' dictador!
Sr, Zavala Ortiz. - Suponiendo que eso pudiera realizarse
-aunque dejamos a un lado que cuando el presidente de la República dijo eso al
pueblo ya tenía un compromiso firmado en' adhesión, a pactos de seguridad
continental.
Sr. Visca. - La Nación.
Sr. Bustos Fierro. - Es la Nación quien firma los pactos.
Si. Zavala Ortiz. - La Nación Argentina,- cuyas relaciones
exteriores son conducidas por el presidente de la República. En consecuencia; la
actitud del país ya está tomada, ya está comprometida.
Sr. Decker. - Que lea los pactos, porque demuestra ignorarlos.
Sr. Zavala Ortiz. - De todos modos, la verdad es que para
que el pueblo pueda decidir su voluntad, es necesario que esté bien informado y
'para que esté bien informado debe haber fuentes de información a disposición
de todo el mundo.
Esto que está haciendo la mayoría es la peor forma de cegar
las fuentes de información. Sería más serio y mucho más leal declarar la censura,
porque de ese modo la gente sabría qué puede decir y qué puede publicar. En
cambio, en esta forma, ante el temor de caer en la latitud, en la equivocidad
de los términos usados; se callará todo el mundo, se silenciará el pueblo.
Es necesario, entonces, si se quiere legislar para la
patria, den una fórmula precisa y coherente.
Por eso el radicalismo se opone a esta legislación lesiva y
equívoca, que servirá para despedazar el movimiento democrático argentino. (¡Muy
bien! ¡Muy bien!)
Sr. Presidente (Cámpora). - Señor diputado por Córdoba: debo
expresarle que en este debate no ha tenido ninguna consideración para con el
reglamento ni para con la Presidencia.
Sr. Zavala Ortiz. - Pero el señor diputado…
-Suena la campana.
Fuente: Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
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