Sr. Presidente (Campora).
— En consideración. Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.
Sr. Illia. — Señor
presidente: primeramente debo contestar al señor diputado Cooke por la
referencia que hizo a mi breve exposición anterior, cuando manifesté que los
diputados de la Unión Cívica Radical no podemos ser motejados por el gobierno
como traidores a la patria y formando parte de la antipatria. El señor diputado
Cooke se preguntaba como podía yo devolver esa frase a los señores diputados de la mayoría. Yo entiendo que no podemos hablar entre nosotros de traidores a la
patria, y eso es el significado de mis palabras. Quien las reproduce y divulga
es antipatriota.
No puede decirse que algún argentino sea traidor, a menos
que se pruebe el hecho de manera fehaciente. No podría ser un buen argentino
quien tuviese vinculaciones con los intereses foráneos.
He seguido con particular atención la exposición del señor
diputado Cooke, y frente a sus consejos de que votáramos afirmativamente este
proyecto, he de decirle que los hombres de la Unión Cívica Radical venimos
cumpliendo con un deber de solidaridad para con la ciudadanía argentina, con un
alto espíritu de desinterés. No buscamos el camino fácil del atajo o de la conspiración
para llegar al gobierno, como refería el señor diputado Cooke, y el lo sabe muy
bien. Otros son los que han buscado el camino del atajo para llegar al
gobierno.
Sr. Ottonello. —
Nosotros tampoco; hicimos una revolución.
Sr. Illia. — Después
del 24 de febrero de 1946, reconocimos que el pueblo argentino voto por las
actuales autoridades nacionales y no hemos realizado, como consecuencia,
ninguna política golpista. Pensábamos que debíamos volver otra vez a
reconstruir los cuadros de nuestro partido, al cual defendimos con calor y
defendemos con fervor actualmente, porque creemos defender así una verdad
argentina. Creemos que la Unión Cívica Radical, por su historia y por sus luchas
presentes, no puede ser traicionada por los hombres que nos hemos formado en
sus filas, y así hayamos estado en el gobierno o en la oposición, hemos tratado
de cumplir con nuestro deber
No hemos hecho una política golpista, efertista y de simple oposición.
¿Como la ibamos a hacer, señor diputado Cooke, si usted sabe cual era el clima político
de la Republica después de las elecciones del 24 de febrero de 1946? Éramos minoría,
muchos correligionarios se alejaron y quedo un puñado de ciudadanos para tratar
de que no se arriara la bandera del glorioso partido. Solo nosotros sabemos, y
no queremos venir aquí a cubrirnos con fáciles galardones, lo que nos ha
costado esta lucha y el modesto sacrificio que hemos realizado para mantenemos
en una línea de conducta seria y responsable al servicio de la Republica.
¿Como este partido que tiene estos antecedentes va a buscar
el camino fácil de la conspiración? ¿Como este partido que ha estado luchando
siempre para esclarecer la verdad argentina podría en algún momento pensar que
es mas fácil llegar al poder sin antes adoctrinar y tener una mayoría seria y
cierta en el pueblo argentino?
No tenemos ninguna clase de impaciencia, como lo hemos repetido
muchas veces. Nosotros queremos que sea el propio pueblo quien resuelva su
destino.
Sr. Colom. — Ya
lo ha resuelto, y lo va a volver a resolver próximamente.
Sr. Illia. — No
es de buen gusto hacer vaticinios de esa naturaleza, señor diputado Colom. Lo único
que nosotros pedimos y deseamos no es que nos acompañe la mayoría del pueblo
argentino si el decide otra cosa, sino que la lucha sea igual, pareja, sin
ventajas para nadie, presidida por un gobierno imparcial.
Sr. Colom. — Y lo
es.
Sr. Illia. — Aquí debemos hablar a cada momento del
presidente de la Republica no con el afán de agraviarlo, sino porque, como lo
saben muy bien los señores diputados, y así lo han manifestado en esta Cámara,
el presidente de la Republica es, además, el jefe del Partido Peronista y el líder
de todos los señores diputados...
Sr. Miel Asquia.
— Como lo fue Yrigoyen.
Sr. Illia. — ¿Como
van a comparar con la labor de Yrigoyen? Yrigoyen no salto de Campo de Mayo a
la Casa Rosada; lucho durante veinte años desde el llano, adoctrinando a la ciudadanía
para formar un partido. Eso es lo difícil, eso es lo que no han hecho los
oficialistas de este momento.
El Partido Radical tiene autoridad para poder hablar de
estas cosas. Nosotros no abandonamos a Yrigoyen en 1930 y lo acompañamos después
cuando no podía favorecer a sus partidarios como autoridad, y seguimos
acompañando su memoria, pues sigue siendo la figura señera de la Unión Cívica
Radical. No utilizamos a Yrigoyen como lo utilizaron. . .
—Varios señores
diputados hablan a la vez, y suena la campana.
Sr. Presidente (Campora).
— La Presidencia ruega al señor diputado por Córdoba que se refiera al proyecto
en discusión.
Sr. Illia. — Señor
presidente: sabido es que el debate en general fue cerrado. Yo estaba anotado
para intervenir en el. Aunque no este estrictamente en la cuestión, los señores
diputados de la mayoría pueden tener minima tolerancia, porque debemos levantar
cargos substanciales referentes a la vida de nuestro partido y a dar fe y dignidad con que defendemos los
principios de la Unión Cívica Radical.
Yrigoyen fue utilizado en 1946 —y eso es lo tremendo, señores
diputados— por el partido oficial, que hizo su campaña con los nombres de Alem,
Yrigoyen y Perón, pretendiendo que el partido oficial actual se consubstanciaba
con la Unión Cívica Radical, con su ideario, y a continuador de la obra de
Yrigoyen. Hoy Los señores diputados, incansables en la injuria centran la Unión
Cívica Radical, denigran su pasado honesto y siempre al servicio digno de la
patria. Lo que queremos...
—Varios señores diputados
hablan a la vez, y suena la campana.
Sr. Presidente
(Campora). — Esta es la consecuencia, señor diputado, de no estar en la cuestión.
Sr. Illia. — Paso
entonces a expresar los conceptos en virtud de los cuales votaremos en contra
del artículo 29.
¿Como se puede decir o pensar que los diputados de la Unión Cívica
Radical no sancionan a quien conspira contra los auténticos intereses de la
patria?
Hubiéramos deseado que una cuestión de extraordinaria
magnitud como la que plantan los señores diputados, no hubiera llegado sorpresivamente
al recinto. Si en realidad existe una conspiración internacional contra el pais,
debió ser denunciada documentadamente por el Poder Ejecutivo.
¿Como vamos a estar defendiendo una falsa posición, cuando
la Unión Cívica Radical — bien lo saben los señores diputados—, en America y en
el mundo, sin complicaciones de ninguna naturaleza, creo una doctrina recta
internacional, de mutuo respeto entre todos los países, con el concepto de que
ninguno de ellos puede intervenir en las cuestiones de los otros? ¿Quien hablo
por primera vez de la autodeterminación de los pueblos?
El señor diputado Bagnasco ha dicho que la Unión Cívica no
era un partido doctrinario y que desde el gobierno había fracasado.
Sr. Bagnasco. —
No he dicho eso. Manifesté que en el gobierno no supo concretar la doctrina
radical.
Sr. Illia. — De
ser observada la doctrina internacional de Hipólito Yrigoyen por el gobierno
actual, Argentina hubiera contribuido eficazmente al afianzamiento de la paz,
no tendríamos desavenencias y resquemores con naciones americanas.
En aquella época la Unión Cívica Radical y el gobierno del
doctor Yrigoyen siguieron una política internacional de verdadera y efectiva
paz con todos los pueblos de America. Argentina era respetada en todo el mundo
y ocupaba una jerarquía internacional destacada.
—Suena la campanilla
indicadora de que ha vencido el termino de que dispone el orador para hacer uso
de la palabra.
Sr. Illia. — Argentina
tuvo la jerarquía internacional que los señores diputados quieren ahora dar a
esta nueva Argentina. En la Argentina de siempre los postulados internacionales
de autodeterminación de los pueblos y de respeto reciproco fortalecían las
relaciones internacionales, e incidentes como el que tratamos eran resueltos
sin estridencias y con comprensión.
Fuente: Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
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