Es necesario dejar constancia de que en esa acción ha
existido en el seno de la comisión, constituida por siete miembros
representantes de todos los sectores de esta Honorable
Cámara, una férrea unidad que se ha traducido en cada una de
sus deliberaciones y en todas y cada una de sus actitudes y resoluciones.
Esta unidad no ha sido otra cosa que el reflejo de la
verdadera unidad nacional, que a poco de actuar esta comisión se percibió que
existía, respaldándola en todas sus decisiones.
Era la expresión de la unidad nacional, que después de
algunos inconvenientes se consolidó, porque es interesante recordar que, en el
momento de constituirse la comisión, había un ambiente de desorientación, y
hasta me atrevería a decir que de miedo, llegándose a creer, señor presidente,
que el propio ejército de la Nación, por intermedio de sus jefes y oficiales,
podría estar comprometido en una conspiración con representantes de Estados
extranjeros.
Y tengo el placer y el honor de declarar aquí, desde esta
banca, que no ha sido así,
y que salvo algunos jefes extraviados, sometidos a proceso o
detenidos ya, las fuerzas del ejército argentino son un sólido escudo de las
instituciones republicanas y democráticas de nuestra patria. (¡Muy bien! ¡Muy
bien!)
El propio ministro de guerra, general Tonazzi, desde su
ministerio y desde antes de llegar al ministerio, como lo hemos comprobado en
sumarios que por su carácter secreto nos ha sido imposible traer al debate de
esta Honorable Cámara, ha sido uno de los hombres que más se han preocupado por
que no existiera en el seno de nuestro ejército, ninguna vulnerabilidad, que
permitiera la infiltración de ideologías ajenas a nuestro sistema republicano o
adversas a la soberanía nacional.
Y no sólo ha colaborado en nuestra tarea el ministro de
Guerra. También lo han hecho así el ministro del Interior y el ministro de
Hacienda, y las instituciones que de ellos dependen, como el Banco Central,
cuyas conclusiones todos los señores diputados y la opinión del país conocen a
través de la prensa, y como la Dirección de Correos y Telégrafos, que ha
colaborado sin reticencias, con una celeridad que me complazco en reconocer, cada
vez que la comisión le ha solicitado informes que creía útiles para los fines investigativos;
y otro tanto puedo decir de los gobernadores de provincias y territorios, de
los ex gobernadores, de los funcionarios policiales; de los miembros de esta
propia Cámara, de la que representantes de casi todos los sectores llegaron para
ofrecer su apoyo de toda naturaleza; y de los prestigiosos senadores de la
Nación, que con el aporte que llevaron a la comisión, permitieron que
continuase la investigación en los momentos de incertidumbre, para llegar a
estar hoy en la etapa triunfal a que actualmente asistimos.
Diputado Teisaire. –– He escuchado atentamente y declaro que
he oído con sorpresa al señor presidente de la comisión, que ha hecho el elogio
de la colaboración que le ha prestado el Poder Ejecutivo. Como ha nombrado al
señor ministro del Interior, deseo me aclare si es colaboración el hecho de
haber negado el uso de la fuerza pública en el preciso momento en que la
comisión tomaba el hilo de la conspiración y empezaban a aparecer los hechos concretos; y si es colaboración el
hecho de que ese mismo ministro haya permitido la fuga del jefe de la Gestapo,
Sandstede, cuya detención había solicitado la comisión.
Diputado Damonte Taborda. –– Me he referido a la
colaboración informativa que ha prestado el ministro del Interior cada vez que
le fue solicitada.
En cuanto a la falta de apoyo de la fuerza pública para
realizar allanamientos, el señor diputado recordará que en este recinto se
llevó a cabo un magnífico debate en que se hicieron citas doctrinarias
Fuente: BIBLIOTECA DEL PENSAMIENTO ARGENTINO / V Tulio Halperín Donghi
La República imposible (1930-1945)
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